Debanhi Escobar es solo una de las tantas mujeres desaparecidas recientemente en Nuevo León… y aunque solo hay un culpable de que Debanhi no haya regresado a casa, es decir, quien la secuestró y privó de su libertad desde aquella madrugada del pasado 9 de abril, la atención se ha centrado en culpar a personas inocentes: sus amigas.
El caso de Debanhi estremeció a los usuarios de redes sociales cuando apareció la fotografía de la última vez que la joven habría sido vista cuando sola y en medio de la noche parada junto a la carretera.
“Qué tan mierd* tienes que ser y tan poco empático para dejarla ahí???”, recriminó alguien en uno de los tantos mensajes de odio que han recibido las amigas que presuntamente abandonaron a Debanhi tras ir a una fiesta juntas. “No tengo ni idea de quien es Debanhi, pero solo de ver su foto parada a media carretera me dan ganas de llorar, espero nunca tener ‘amigas’ así”, expresó alguien más.
“Sus amigas la abandonaron”, dicen
Sin embargo, ¿es realmente culpa de las amigas de Debanhi que haya desaparecido? La joven desapareció el 9 de abril, pero no es un caso completamente aislado. Junto a ella múltiples mujeres han desaparecido en Nuevo León y la situación continúa agravándose al día de hoy.
A María Fernanda, que fue encontrada muerta en un domicilio, ninguna de sus amigas la abandonó. Ella, aparentemente, se encontraba segura a bordo de su propio vehículo cuando desapareció el 3 de abril. No esperaba ningún Uber en la carretera ni había discutido con nadie para que terminara en esas condiciones. Simplemente desapareció y nadie volvió a saber nada de ella…
Sin embargo, algunas personas han decidido que culpar a las amigas de Debanhi porque, supuestamente, la abandonaron, es una mejor idea que recordar que no debería pasarle nada a ninguna mujer solo por estar sola en la calle o en donde sea, como han señalado diferentes colectivos feministas.
“La culpa no es de las amigas. La culpa es de quien pudo habérsela llevado, manas”, recuerda el colectivo Mujeres de la Sal. “Cuestionen la misoginia interiorizada con la que avientan sus discursos porque volvemos a la misma mierd* que tanto tratamos de cuestionar y cambiar”, explican. (Plumas Atómicas)