Con el proyecto Tren Maya se plantea una estrategia de crecimiento para la región y una nueva política para un proceso de cambio económico y social, lo que llevará a objetivos distributivos para la reducción de las desigualdades y la marginación social, manifestó el investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Raúl Vela Sosa.
El académico expresó lo anterior durante su participación en el cuarto foro “Nuevos Enfoques sobre los Proyectos de Infraestructura y Bienestar en México: El caso del Tren Maya”, que realizó Fonatur en coordinación con el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIE-UNAM), la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante el mensaje inaugural del evento, el rector de la UADY, José de Jesús Williams, destacó que el Tren Maya es uno de los proyectos gubernamentales de infraestructura más importantes del país, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas en la región y detonar el desarrollo socioeconómico.
“Estas actividades le brindan a la UADY la oportunidad para que, desde la academia e investigación, aporten experiencia, conocimiento y formen políticas públicas para fortalecer y consolidar la toma de decisiones”, agregó.
Con esto, dijo, se busca que en la construcción del Tren Maya se aproveche de manera integral y sustentable el potencial turístico, ambiental, cultural, social y económico de la región sureste.
Por su parte, Vela Sosa presentó la ponencia “El Tren Maya: proyecto económico de base territorial”, en la que expuso diferentes opiniones que han surgido entre los economistas de la región sureste del país en torno al tema.
“Hemos estado en la búsqueda de nuevas alternativas para incentivar el desarrollo económico que logre mejorar las condiciones de vida de la población y la reducción de la marginalidad y la pobreza”, advirtió.
Añadió que el transporte ferroviario se erige como un nuevo factor de crecimiento para que la región sea un espacio económico y social, y que sea el Tren Maya el que ayude a propiciar los cambios en los patrones de distribución territorial.
Este proyecto, dijo, vislumbra al sureste mexicano desde una nueva dimensión espacial, con capacidad de potenciar en él actividades productivas y comerciales, con un eje de conexión que sería la ruta.
Asimismo, indicó que el funcionamiento del tren debe fortalecer la identidad y pertenencia de la región, sustentando el proyecto en una participación efectiva de los actores y de sus relaciones sociales y culturales.
Será fundamental la generación de empresas sociales, productivas y de servicios, constituida por los propios agentes locales para que obtengan parte del excedente económico, consideró.
“Si el Tren Maya logra constituir un espacio económico funcional y dinámico en la región peninsular, la política pública deberá prever las necesidades futuras de proyectos de infraestructura en la región, porque el funcionamiento del tren será el eje de un nuevo modelo de integración y desarrollo regional”, puntualizó.