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La zona arqueológica de Kulubá sigue sorprendiendo con nuevos hallazgos

La espesa vegetación que hay Tizimín, en el Oriente de Yucatán, guarda con celo una majestuosa ciudad maya-itzá: Kulubá, cuyos trabajos recientes dejaron al descubierto nuevos palacios y una Plataforma de los Depósitos.

“Ahora, Kulubá tiene cinco Palacios: de los Mascarones, de la U, Los Chenes y los recien descubiertos de los Pilares y de la Ocupación de los Itzáes”, reveló Alfredo Barrera Rubio, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y Doctor Honoris Causa por la Universidad Estatal de Rusia.

En entrevista exclusiva para hablar de los resultados de la cuarta etapa del proyecto Kulubá, que inició en noviembre 2019 y terminó en abril de 2021, dijo que ya están listos y que de los 29 huesos de entierros encontrados, algunos son cráneos con deformaciones.

Con los nuevos hallazgos, la zona arqueológica que será la número 18 que se abrirá al público en Yucatán el próximo año, será más atractiva para los turistas, “no sólo por sus rejolladas y edificios que albergaron a los reyes mayas, sino por su peculiar belleza arquitectónica distribuida entre la selva baja de Tizimín”.

Barrera Rubio, que en 45 años de trayectoria ha recibido múltiples reconocimientos en México y Rusia, exploró cuatro estructuras que forman parte del núcleo central de Kulubá, cuya plaza central mide 100 metros de largo por 100 de ancho en forma rectangular con 14 estructuras.

“Los trabajos de exploración e investigación ya se terminaron, ahora estamos en etapa de análisis de los artefactos y materiales encontrados, como cerámica, obsidiana, concha y 29 huesos de entierros”, precisó.

–¿Cuáles son esos resultados?

–Analizamos los materiales y objetos hechos con concha, obsidiana, cerámica y los entierros localizados en dos extremos del Palacio de los Pilares, en el costado norte y en el costado sur –indicó.

En el costado norte había unos 12 entierros secundarios, es decir, que están removidos, no hay ofrendas, “quizá fueron colocados ahí por los itzáes que conquistaron a los antiguos habitantes de Kulubá”.

En la parte sur, la mayoría de los huesos son cráneos en un área que es una especie de altar.

“Hay un altar y un muro, entre ellos colocaron los cráneos que al parecer son de gente importante, porque tienen deformación craneana, tienen incrustaciones en los dientes y otros rasgos son poco comunes”, indicó.

–¿Por qué Kulubá sería un atractivo turístico para Tizimín?

–Kulubá está en una zona donde se conecta con la ruta turística de Valladolid, Ek Balam y Tizimín, además de la zona arqueológica hay edificios coloniales cerca y playas, como Río Lagartos y San Felipe. Kulubá tiene todos para ser un gran atractivo turístico –aseveró el arqueólogo con 45 años de trayectoria en el INAH.

El investigador consideró que es un gran potencial, pero falta mucho por hacer.

“Uno de los principales obstáculos para el turismo es el acceso, son como dos kilómetros que requieren pavimentación o un camino de terracería y otro sería la falta de vigilancia en las 234 hectáreas que son propiedad federal”, precisó.

Para Barrera Rubio, Kulubá tiene mucho potencial, porque está en un petén, es decir, una isla de selva, con una vegetación y animales poco comunes.

También está rodeado de potreros y pastizales donde se refugian muchos animales, como venados, mono araña y pájaros.

Kulubá sería atractivo por la vegetación, sus senderos ecológicos, la observación de pájaros y fauna.

Las comisarías aledañas, como Tixcancal, ubicada a 15 kilómetros de Kulubá ofrece visitas a los cenotes para bañarse y refrescarse.

El cenote se llama Akabchén y es uno de los atractivos que deja una importante derrama económica a los pobladores de la zona.

EL PALACIO DE LOS PILARES

Barrera Rubio dijo que en las excavaciones correspondientes a la primera estructura, ubicada en el costado poniente de la Plaza, se encontró el Palacio de los Pilares, que tiene 55 metros de largo, 15 de ancho y bóvedas colapsadas de seis metros de alto, “aunque originalmente la altura era de 12 metros”.

“Lo interesante es que tenía adosado otro castillo, en lugar de uno encontramos dos en una misma estructura, al segundo lo denominamos el Palacio Itzá o Palacio de la Ocupación de los Itzáes, porque los edificios muestran dos momentos importantes de los mayas en Kulubá: el Clásico Tardío (600-900 a.C.) y el Clásico Terminal (850 a 1,050 a.C.)”, explicó el escritor e investigador del INAH Yucatán.

La primera mansión de los reyes prehispánicos corresponde al Clásico Tardío y la segunda, que estaba integrada a la primera estructura trabajada es un palacio del tipo de galería, con columnas interiores, del Clásico Terminal.

El último palacio muestra el apogeo de Chichén Itzá “está muy claro en la pintura mural, arquitectura y cerámica, es algo que está patente en los materiales arqueológicos que encontramos”.

Con esos dos descubrimientos, Kulubá ya tiene en total cinco palacios mayas.

Barrera Rubio, autor de los libros “En busca de los antiguos mayas: historia de la arqueología en Yucatán” y “Fray Estanislao Carrillo y el Enano de Uxmal”, revela a EFE otros hallazgos en Kulubá: dos subestructuras.

Descubrió un altar que está enfrente del Palacio de los Pilares y lo denominó Plataforma de los Depósitos, “porque ahí se encontraron almacenes subterráneos que servían para guardar sal o granos, como ramón y maíz”.

“Es una estructura un poco rara, poco usual en la arquitectura maya, tiene contrafuertes en su alrededor y una escalinata que culmina con una terraza en la parte superior y registra dos etapas de ocupación: el Regional y el Clásico Tardío”, explicó.

En el caso del altar pequeño hay cinco depósitos unidos a una plataforma.

Alfredo Barrera Rubio, galardonado en Rusia por sus aportaciones, investigaciones y descubrimientos sobre la cultura maya, destaca la importancia del sitio arqueológico que no es de primer rango, según los mapas arqueológicos, pero en base con las exploraciones que realicé desde la primera temporada de investigación (1989-2000) debería ser de tercero”.

Otra particularidad de Kulubá es que fue un sitio clave para los itzáes, uno que Chichén Itzá llegó a dominar para controlar la producción de cacao y el acceso a la costa norte que era importante por la producción de sal y el comercio.

Por su parte, el nuevo delegado del INAH en Yucatán, Arturo Chab Cárdenas, aseguró que este 2022 Kulubá no se abrirá al público, ya que faltan servicios.

“Estamos en pláticas con el Ayuntamiento de Tizimín por lo temas de infraestructura”, añadió.

 

Texto y fotografías Marta López Huan.

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