El 50 por ciento de los estudiantes aplaza frecuentemente la dedicación a sus estudios por realizar actividades de mejor interés para ellos, manifestó la especialista del Programa Institucional Estar Bien UADY, Katya Ramírez Centeno, durante la impartición de “Manos y pies en acción: un taller para entender y autorregular la procrastinación”.
Durante la charla virtual, la psicóloga explicó que la procrastinación es el hábito que se tiene de aplazar voluntariamente la realización de alguna actividad que debe ser terminada en un plazo de tiempo establecido.
Al dirigirse a las y los estudiantes, les preguntó que si se han sentido identificados con ese círculo se darán cuenta que dicha conducta no genera tranquilidad, ya que solo están posponiendo el inicio o el final de una actividad específica importante mediante la realización de una innecesaria o simplemente más agradable.
“La procrastinación no implica necesariamente la ausencia de capacidades, inteligencia o preparación, sino que es el resultado de diferentes factores, entre ellos, elevados niveles de estrés y ansiedad, derivando estos trastornos en una afectación física y mental, lo que ocasiona bajos niveles de satisfacción laboral, estudiantil y en la vida general”, explicó.
Con el paso del tiempo, Ramírez Centeno indicó que este hábito tiene costos no solo a la productividad, sino efectos destructivos medibles en nuestra salud mental y física, incluidos estrés crónico, angustia general psicológica y baja satisfacción con nuestra vida.
También, continuó, síntomas de depresión, costumbres deficientes de salud, enfermedades crónicas e incluso hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
Por lo que señaló que es necesario darse cuenta que la procrastinación es un asunto de emociones, no de productividad, y la solución no involucra descargar una aplicación de gestión de tiempo o aprender nuevas estrategias de autocontrol, sino que tiene que ver con manejar nuestras emociones de una manera diferente.
En tal sentido, brindó algunas recomendaciones como: buscar una forma de encontrar sentido e importancia a la tarea, eliminar los distractores como redes sociales, bulla, televisor, así como organizar un horario estimando el tiempo para cumplir con los deberes.