Uno de los momentos en los que existe un mayor descuido en la alimentación de las niñas y los niños es el del refrigerio durante el recreo en las escuelas, ya que muchas veces ingieren lo primero que se les cruza, advirtió la responsable del área de promoción de la salud de la Coordinación General de Servicios de Salud de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Martha Guillermo Magaña.
Por esta razón, la nutrióloga recomendó que un lunch saludable debe incluir una fuente de proteínas de calidad, granos enteros, frutas, verduras, productos lácteos o una fuente de grasas saludables.
“El objetivo principal es crear almuerzos que cumplan dos factores claves: que los niños realmente coman y que les proporcionen la energía necesaria para todo el día”, resaltó.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua 2021 revela que en nuestro país, la prevalencia de sobrepeso es del 23% en menores de 9 años y del 24.7% en adolescentes; mientras que en obesidad es del 25% en menores de 10 años y del 18% en adolescentes.
“Esto nos arroja la impactante cifra de que el 48 por ciento de los menores en edad escolar y el 42.7 de los adolescentes, tienen un peso corporal superior al saludable”, afirmó la nutrióloga.
Por ello, explicó que las niñas y los niños deben comer cinco veces al día: desayuno, comida, cena, así como dos colaciones o refrigerios entre ellos, con el fin de proveerles la energía necesaria para sus actividades cotidianas.
“El refrigerio o lunch escolar no debe suplir al desayuno ni la comida, de hacerlo, puede originar problemas de sobrepeso u obesidad infantil”, subrayó.
También, aseveró, su alimentación es muy importante para lograr un buen desarrollo, ya que justo en esa etapa es cuando su cuerpo aprovecha todos los nutrientes que se le aportan, pero al estar en constante movimiento, esto demanda que tengan las suficientes calorías, aunque al tener un estómago más pequeño, lo peor que se puede hacer es saturar al infante con comida.
“El lunch debe ser algo planeado y básico, pues su principal función es ayudar a que el niño mantenga un buen nivel de energía durante todo el día, pero sin interferir con el hambre para las tres comidas principales”, agregó.
Guillermo Magaña mencionó que para elaborar este refrigerio se necesita conocer la cantidad de calorías que deben consumir los pequeños, pues varía según la edad: preescolares entre 3 y 5 años deben consumir 1300 kilocalorías (kcal) al día, aproximadamente, de estas, hasta 240 kcal sólo en el lunch.
Por el contrario, los adolescentes de secundaria requieren de 2183 kcal al día, de las cuales, 400 kcal deben ser en el refrigerio escolar.
Además, dijo que hay que procurar que sean bajos en grasas, azúcares y sal, que no contengan más de 180 kcal; si son cereales, que sean de granos enteros o integrales como avena, cebada y trigo, al igual que se debe agregar pequeñas cantidades de alimentos de origen animal o leguminosas.
“Si optas por frutas deshidratadas, vigila que no tenga azúcar añadida y que no sean más de cuatro piezas”, remarcó.
Sobre golosinas o botanas, sugirió que podrían incluirse máximo dos veces por semana y se puede sustituir algún alimento preparado por opciones como: una porción de leche semidescremada, yogurt (sólido o bebible), jugos de frutas, verduras o néctares (libres de azúcares u otros edulcorantes).
Con respecto a las galletas, pastelitos, botanas y postres, señaló que deberán tener energía máxima de 140 kcal por porción y la menor cantidad de azúcar, grasa y sodio posible e “incluirlas en el lunch escolar de tus hijos sólo una vez a la semana”.