Entre sombreros, bolsas, cuadros y más coloridas artesanías, Dulce Quiñones Sánchez cuenta que aprendió de su papá el trabajo artesanal. “Crecí muy apegada a él, me gustó mucho la pintura y más tarde lo vi como una buena oportunidad de negocio”, dijo desde su stand en la muestra Yucatán Expone, que desde el viernes 12 de mayo se encuentra en el Zócalo de la Ciudad de México.
Originaria de Sinanché, en donde tiene su taller, expresa su orgullo por el crecimiento que ha tenido su proyecto “Colores Yucatecos”, pues desde un comienzo tenía la visión de dar empleos y hoy lo está logrando, gracias a que su clientela de mayoreo se ha ampliado y que logró abrir una tienda en el Centro de la ciudad de Mérida.
“Somos puras mujeres que trabajamos en esto, mis tías, mis hermanas, inclusive la chica que atiende el local… sólo hay un chico y mi papá que a veces me apoya”, relató sonriente, y agregó, “siento que en un par de años más esto va a ser una empresa grande, con más mujeres trabajando con nosotros”.
Sobre su participación en este evento, que es coordinado por la Secretaría de Fomento Económico y Trabajo (Sefoet), dijo sentirse contenta porque las ventas van muy bien y los clientes aprecian su trabajo.
“Estamos muy agradecidos de que nos den la oportunidad de traer nuestros productos a otros estados, sobre todo porque no nos limitamos a que nos conozcan en Yucatán y así también ampliamos nuestra cartera de clientes, porque captamos gente que tiene sus tiendas y nos pide enviar mayoreo”, apuntó.
Otro expositor de esta edición, la primera de Yucatán Expone este año, es Milton Elvir Hernández, oriundo de Valladolid, quien lleva alrededor de 30 años dedicado a la talla en madera. “Me he dedicado a esto toda la vida, ya no lo veo como un trabajo, sino que simplemente hago piezas y se me van vendiendo. No es presunción, pero a la gente le agrada muchísimo el trabajo y eso es un aliciente para mí”, señaló.
Entre sus creaciones se encuentran imágenes representativas de la cultura maya, paisajes, animales, flores y frutas, entre otras, que dependiendo de la magnitud del diseño pueden requerir desde una hora o un día hasta varios meses para ser concluidas. Aunque sea un mismo diseño, el artesano asegura que las piezas no quedan iguales pues todo se hace a mano, siendo lo primero tener la madera adecuada y un diseño en especial.
“No traje tanta mercancía como en otras ocasiones y ahorita ya veo muy reducido. La verdad que en estos días me ha ido muy bien y estoy muy contento por eso. Como quien dice, se están rompiendo las expectativas sobre la feria”, comentó acerca de su experiencia.
Entre los 150 stands que conforman la muestra, abierta hasta el domingo 21 de mayo, también se encuentra el de Deysi Chan Naal, artesana del ramo textil, quien aprendió a bordar con la técnica de punto de cruz desde los ocho años.
“Primero que nada, tienes que buscar un dibujo adecuado para las blusas, ternos o hipilitos, para poder cortar el canevá, que es un material de algodón. Entonces, tendrías que contar cuántos puntos tienes para cortar tu material y ya después a buscar los hilos y empezar el bordado”, relató.
La propietaria de “Xokbichuy Teabo Deysi” compartió que hacer un hipil toma de tres a cuatro meses, dependiendo del tamaño del bordado, mientras que el terno puede tardar de 10 meses a un año en terminarse. De acuerdo a su experiencia, depende del empeño que se ponga al hacerlo.
Aunque desde muy joven se dedicó a vender estas prendas, fue hace ocho años cuando decidió darle un nombre a su negocio, crear una página y registrarlo. Hoy, con satisfacción, asegura que hay al menos 10 personas que trabajan con ella, pues es un trabajo que requiere mucho tiempo y es también gracias a ellas que puede formar parte de esta edición en el Zócalo Capitalino.
Los motivos naturales son constantes en los bordados típicos de Yucatán, Deysi asegura que “cuando te gusta y te llama la atención, sólo con ver el dibujo te inspiras a hacerlo y empiezas el trabajo. Hacemos flores, frutitas, pajaritos, todo eso, y lo otro que estamos trabajando son las grecas, porque a mucha gente le gusta y también hay que innovar”.
Mientras retoma su bordado, resalta que contar con una página y tener presencia en redes sociales le ha dado buenos resultados. De esta manera, unos clientes supieron que estaría en la Ciudad de México y fueron a comprarle.
“Le doy gracias a Dios, primeramente, y también le agradecemos al Gobernador que nos inviten a esta actividad, porque nos ayuda a promocionar nuestro trabajo artesanal”, finalizó.
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