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México, el mejor país para observar el próximo eclipse total de Sol

Cuando la Luna oculte al Sol, el próximo 8 de abril, el “Gran Eclipse Norteamericano” se apreciará mejor desde México debido a sus condiciones climáticas, informó el investigador del Instituto de Geofísica (IGEF), Primoz Kajdic. En el continente americano, el fenómeno iniciará en Mazatlán, luego pasará por Durango, Torreón, Piedras Negras, Monclova y, posteriormente, por Estados Unidos y Canadá. Aunque se avistará en los tres países -por esta razón se le conoce con ese nombre- las condiciones climáticas más favorables y la duración de cuatro a siete minutos se registrarán en nuestro país, explicó el doctor en Astronomía. El espectáculo, agregó, comenzará a las 9:51 horas. Se espera que el disco solar sea cubierto por completo de las 11:07 a las 11:11, y concluirá a las 12:32 horas. En la Ciudad de México se avistará cómo la Luna cubrirá aproximadamente 75 por ciento del disco solar, lo que ocurrirá a las 10:51 horas, alcanzará su máximo punto a las 12:14 para finalizar a las 13:38 horas. Para contemplarlo es necesario ubicarse en un sitio con cielo despejado y sin nubes, explicó el experto adscrito al departamento de Ciencias Espaciales del IGEF. Además, en la franja donde se mire el fenómeno de manera total, será posible divisar estrellas, planetas, incluso el cometa 12P/Pons-Brooks, también llamado “cometa diablo”. “Será un espectáculo porque no son solo la Luna y el Sol los actores principales, sino porque tendremos una serie de actores secundarios que harán de este evento inolvidable”, afirmó el universitario ante estudiantes e investigadores asistentes al auditorio Tlayolotl “Dr. Ismael Herrera Revilla”. Durante la charla “Cómo observar el Gran Eclipse Norteamericano”, Kajdic recordó que se trata de un juego entre tres objetos celestes que, al estar en línea recta, hacen que el satélite natural se interponga entre el Sol y la Tierra y cubra el brillo de nuestra estrella. Son eventos extremadamente raros. Si se piensa en un solo punto del planeta ocurrirá, en promedio, cada 375 años; pero en esta ocasión, en la ciudad de Mazatlán -donde se apreciará este año- también fue posible ver, en 1991, un eclipse solar, apuntó el investigador. Si bien cada año se registran dos eclipses parciales en el mundo, como el de 2023, en octubre, en la Península de Yucatán, los fenómenos totales (cuando todo el disco solar es cubierto completamente por la Luna) se presentan una vez cada 18 o 24 meses. El satélite, abundó, recorrerá una trayectoria de 16 mil kilómetros, desde que inicia el eclipse hasta que termina, y en el resto del país este se apreciará solo de manera parcial. Kajdic enfatizó que hay que tomar precauciones, porque en la mayor parte de México será parcial, lo que implica que mirar al Sol más de un segundo daña nuestra vista permanentemente, razón por la cual se recomienda evitar observarlo a simple vista, a través de una cámara de foto o video, sin protección adecuada. El investigador precisó que existen lentes especiales con filtro que permiten el paso de poca luz y aun así es fundamental verlo solo por unos segundos, o bien, usar un vidrio para soldar el cual debe tener un grado 14 o más sombras. Para mayor seguridad sugirió acudir a una zona arbolada para descubrir en el suelo las luces y sombras donde se reflejará el disco solar cubierto por la Luna. No funciona usar radiografías, lentes o cristales de vidrio oscuro, tampoco ahumados, o negativos fotográficos. El Instituto ofrece información en el sitio https://eclipse2024.geofisica.unam.mx/ donde se pueden encontrar instrucciones o animaciones de cómo construir algunos aditamentos. UNAM GLOBAL

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Obtienen del algodón, tejidos con propiedades antibacterianas y de regulación de calor

El algodón es el cultivo no alimentario más importante en el mundo, entre los principales usos que se le da a su fibra está la producción de textiles (hilo y tela). Recientemente, esta planta también ha cobrado interés para el desarrollo de materiales capaces de regular el calor, proteger contra bacterias o la radiación ultravioleta, entre otras aplicaciones. De acuerdo con Geonel Rodríguez Gattorno, investigador del Departamento de Física Aplicada del Cinvestav Mérida, uno de los enfoques en la fabricación de este tipo de materiales, cuyas propiedades son conocidas como funcionales o inteligentes, es el uso de fibras naturales y sintéticas en combinación con nanopartículas de un metal. Con esto en mente, la estudiante Lilián Pérez Delgado, del programa de Doctorado en Ciencias con especialidad en fisicoquímica, bajo la dirección de Rodríguez Gattorno y en colaboración con otros investigadores e investigadoras, publicaron un estudio mostrando el desarrollo de 18 tejidos de algodón recubiertos con nanopartículas de plata para obtener materiales multifuncionales que puedan funcionar como una barrera de protección ante bacterias y sean capaces de disipar o conservar el calor. Lo anterior debido a que la plata tiene excelentes propiedades bactericidas y de transferencia del calor a la vez que sirve de sistema modelo referencial para dotar de diversos atributos a los materiales a los cuales es añadido. Además, dado que factores como el tiempo de reacción, la temperatura y la concentración de diversas sustancias utilizadas en la generación de los llamados materiales inteligentes tienen un efecto en sus propiedades, no solo evaluaron las características de los tejidos, también las correlacionaron con el procedimiento de elaboración. “Decidimos enfocarnos en los parámetros de preparación que pueden potenciar de forma combinada la transferencia de calor y el efecto bactericida. Esto porque definir las condiciones más adecuadas para la síntesis de los materiales compuestos de algodón y nanopartículas metálicas podría tener implicaciones en el desarrollo de telas útiles en el sector de la salud o en el ámbito deportivo, por mencionar algunos”, dijo Rodríguez Gattorno. Lo anterior ya que este tipo de telas tendrían potencial en el desarrollo de ropa para el personal médico, a fin de evitar el riesgo de contaminación o infección con alguna bacteria; así como en prendas de uso deportivo capaces de modular el calor. La principal conclusión del estudio, publicado en la revista Nanomaterials, es que, para lograr efectividad combinada en términos de transferencia de calor y actividad bactericida, sin emplear gran cantidad del metal, las nanopartículas deben estar lo más dispersas posible sobre el tejido de algodón a distancias promedio entre partículas del orden de la longitud de onda de luz visible. Otro aspecto identificado por el grupo de investigación es que cuando la temperatura y el tiempo de reacción incrementaron, tanto la cobertura como la aglomeración de las nanopartículas de plata sobre el tejido de algodón también lo hicieron. Sin embargo, al aumentar la concentración del surfactante (sustancia que permite el depósito de las nanopartículas sobre una superficie) la dispersión de las nanopartículas de plata fue mejor, siendo esta la condición óptima si se busca potenciar el efecto bactericida y de transferencia de calor. Adicionalmente, en el trabajo se estableció la relación entre las distintas condiciones de síntesis y el color de los 18 tipos de tejidos obtenidos. En ese sentido, se determinó que al aumentar la temperatura de reacción los tejidos se van oscureciendo progresivamente del amarillo al marrón oscuro. “Se tomó en cuenta el color porque es otro de los factores de interés en la industria textil y la adición de nanopartículas metálicas, en este caso de plata, representan una opción para teñir fibras, evitando con ello el uso de agentes tóxicos durante el proceso de fijación de los tintes”, explicó el investigador. Para el desarrollo de los materiales fue diseñado y fabricado un dispositivo de síntesis múltiple, el cual contempló temperaturas de 100, 130 y 160 grados Celsius, tres concentraciones del surfactante (polivinil-polibidiona) y diferentes tiempos (60 y 30 minutos), lo que posibilitó la obtención simultanea de 18 tejidos distintos. Después se evaluó la transferencia de calor, la respuesta contra poblaciones bacterianas de ambientes marinos naturales de la península de Yucatán (cenote, pantano y playa) y cultivos bacterianos de referencia, en este caso Escherichia coli y Staphylococcus aureus; los datos fueron vinculados con los parámetros de síntesis de cada tejido evaluado, a fin de determinar las condiciones más adecuadas para potenciar la transferencia de calor y el efecto bactericida. Es de destacar que los materiales mostraron propiedades bactericidas, pero la eliminación más significativa ocurrió con las bacterias del grupo Gram-negativas, varias de ellas presentes en ecosistemas costeros y potencialmente patógenas.En el trabajo participaron varios grupos de investigación de los departamentos de Física Aplicada y de Recursos del Mar, ambos del Cinvestav Mérida; así como del Instituto Tecnológico de esa ciudad.

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Cuidar de las “bacterias buenas” podría evitarnos daños cerebrales

Los alimentos que conforman parte de la dieta de las personas pueden tener impacto negativo o positivo en la salud, en específico en el cerebro. El consumo de grandes cantidades de grasas saturadas y azúcares refinadas, afecta las habilidades mentales, las emociones y la manera de envejecer, entre otros aspectos. Claudia Pérez Cruz, del Departamento de Farmacología del Cinvestav, se ha dedicado a estudiar la relación entre alimentos conocidos como funcionales (capaces de generar efectos positivos en la salud) con la conformación de la microbiota intestinal y la prevención de afectaciones en el cerebro, incluida la inflamación y algunas enfermedades neurodegenerativas, entre ellas el alzhéimer. En el intestino, principalmente, viven un conjunto de microorganismos que pueden afectar la función del cerebro y más de 90 por ciento de ellos son bacterias, las cuales se clasifican en: benéficas (ayudan a mantener una salud óptima) y patógenas (liberan sustancias dañinas o causan enfermedades). En diversos estudios científicos se ha identificado que las alteraciones en la microbiota, cuando hay más bacterias patógenas, por ejemplo, están relacionadas con enfermedades periféricas y en el cerebro. En el laboratorio, Pérez Cruz y su equipo de trabajo se han enfocado en evaluar el impacto de las dietas ricas en alimentos funcionales (semilla de chía, nopal, soya, así como la raíz de la cual se obtiene la cúrcuma, entre otros) y prebióticos (como la fibra soluble) sobre la función cerebral. De esta manera han encontrado que, al cambiar la conformación de las bacterias presentes en el intestino, a partir de la ingesta de diversos alimentos, se modula la liberación de productos microbianos (metabolitos y diversas sustancias) y de esta forma la función cognitiva puede mejorar. Estos datos indican, por una parte, que la ingesta de algunos alimentos podría evitar la aparición de daño cognitivo en edades avanzadas y también resaltan la importancia de la microbiota en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas o en su prevención. Los experimentos, llevados a cabo en modelos animales, consistieron en inducir a los ratones a una dieta alta en azúcar, grasa y manteca, para después administrarles alimentos funcionales y evaluar si esto generaba un mejor crecimiento de las bacterias benéficas y disminuía la liberación de sustancias dañinas, es el caso del lipopolisacárido (LPS) o endotoxina. La dieta alta en grasa saturada y azúcar genera obesidad, esto altera a las bacterias del intestino, algunas de ellas pueden liberan sustancias, como el lipopolisacárido, que activan al sistema inmune y producen inflamación, lo anterior causa daño cognitivo; sin embargo, los resultados de los estudios señalan que los alimentos funcionales son capaces de impedir dicho proceso. Otros de los estudios realizados en el Departamento de Farmacología del Cinvestav se han enfocado en qué pasa en ratones con la enfermedad de Alzheimer y si la combinación de alimentos funcionales logra evitar el daño neurodegenerativo, poniendo especial interés en la microbiota. Para ello, la investigadora ha realizado pruebas de memoria en modelos animales con el padecimiento neurodegenerativo y una alimentación normal, observó que los ratones no se acordaban de las cosas y no podían realizar diversas tareas, pero cuando tenían una dieta funcional mejoraba su desempeño cognitivo, esto es relevante porque para la enfermedad de Alzheimer no existe, hasta el momento, ninguna cura. Además, las y los investigadores vieron que cuando los animales fueron alimentados dos terceras partes de su vida de forma saludable, se logró detener el desarrollo del daño cognitivo. Entre los marcadores de la neurodegeneración evaluados estuvo la proteína beta amiloide, principal componente de las placas que se encuentran en el cerebro de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer, el cual disminuyó con la administración de alimentos funcionales. La neuroinflamación también tuvo un descenso con este tipo de alimentos y se restauró la composición de la microbiota intestinal, esto lleva a concluir que una dieta adecuada puede promover el crecimiento de bacterias que liberan sustancias benéficas para el hospedero y limitar el de las patógenas cuyos compuestos producidos son nocivos. Entonces, es importante cuidar la alimentación desde la infancia, ya que los cambios en la dieta pueden explicar el 57 por ciento de la variación estructural de la microbiota intestinal, esto genera inflamación de bajo grado, lo cual lleva a daño cognitivo y, finalmente, las posibilidades de desarrollar alzhéimer aumentan, pero con una dieta basada en alimentos funcionales el efecto es contrario. Este tipo de estudios en los que se relacionan el eje microbiota-intestino-cerebro son relevantes pues enfermedades como la de Alzheimer, causante de demencia, están asociadas a eventos que pasan a lo largo de la vida y en etapas adultas y de vejez las alteraciones metabólicas, como la obesidad y diabetes, tienen un impacto importante en la degeneración del cerebro.

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Crean bloqueador solar amigable con el medio ambiente

Los dermatólogos recomiendan utilizar protectores solares. El problema es que el ingrediente activo (el que bloquea la luz UV) de la mayoría de ellos es un compuesto sintético que puede provocar alergias y afectar a distintas especies marinas. Preocupado por esta situación, el Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM desarrolló un método amigable con el ambiente basado en melanina. “Dicho pigmento absorbe la radiación UV y aunque lo generamos biotecnológicamente, es 100 por ciento idéntico al producido por nuestro cuerpo (y el de otros organismos). Por ello, este bloqueador solar natural no sería contaminante o tóxico, y se podría utilizar en el mar”, detalló el investigador Guillermo Gosset Lagarda. A decir del responsable del Laboratorio de Ingeniería de Vías Metabólicas del IBt, tras 15 años de investigación encontraron que al mezclar información de dos tipos bacterias —mediante ingeniería genética— podían producir melanina a gran escala. El proceso consiste en tomar una bacteria de suelo, la Rhizobium etli, extraerle el gen de la tirosinasa e introducirlo en la bacteria Escherichia coli —que vive de forma natural en nuestros intestinos— a fin de que sintetice dicha enzima. Al conseguir una cepa de E. coli con tales características se hacen cultivos en medios líquidos para generar melanina. “A partir de eso desarrollamos procesos de producción”. Al escalar este método se lograrían cantidades a nivel industrial con costos más accesibles. “Hasta el momento no hemos identificado un límite en el proceso, por lo que podríamos obtener miles de litros y generar kilogramos de melanina pura”, aseguró Gosset Lagarda. “El objetivo es tener un producto, antes no disponible, de manera abundante y resolver muchos problemas de salud, ambientales y sociales”, aseguró el investigador del IBt. Sin embargo, aún falta la participación de una empresa farmacéutica interesada en que este bloqueador solar sustentable llegue al mercado. Vida marina en peligro Cada año, 200 toneladas de restos de cremas de protección solar llegan a los océanos y ello pone en peligro la vida marina, según un artículo publicado por la revista Applied Sciences. Por ello, aunque cuidarnos del Sol es crucial, debemos hacerlo de forma responsable. Al respecto, Roberto Arreguín Espinosa de los Monteros, del Departamento de Química de Biomacromoléculas del Instituto de Química (IQ) de la UNAM, explicó que hay dos tipos de bloqueadores: los que usan ingredientes químicos, que se absorben en la piel y liberan calor al descomponerse, y los que emplean métodos físicos para reflejar la luz, sin ser asimilados por la dermis. Aunque a decir del biólogo, la diferencia más importante entre unos y otros es que mientras los primeros afectan a los organismos marinos, los segundos no alteran el ambiente. “Por ello yo recomiendo los bloqueadores físicos, elaborados a partir de minerales como el óxido de zinc o el dióxido de titanio”. Las afectaciones provocadas por los químicos de estos productos, como la oxibenzona, el octinoxato y los parabenos, ya son perceptibles en la segunda barrera de coral más grande del mundo, en el Caribe mexicano, y estos daños se magnifican si consideramos las alteraciones padecidas por la fauna ligada a tales colonias coralinas, como peces, esponjas, medusas, crustáceos, moluscos, estrellas de mar y tortugas, entre otros animales. Y esto tiene repercusiones sociales, pues además de ser sitios de desove piscícola, los corales protegen a comunidades costeras de inundaciones y tsunamis, contribuyen a la seguridad alimentaria (debido a la pesca) y son útiles en la elaboración de algunos medicamentos contra el cáncer. Ante la ausencia de normas regulatorias para estos productos, los especialistas sugieren proteger la piel de la radiación ultravioleta sin recurrir a químicos nocivos e, idealmente, mediante barreras físicas como sombreros, gafas o camisas de manga larga. “Debemos cuidar nuestro ecosistema y parte de ello implica usar cremas sin ingredientes que afecten al ambiente; eso haría una gran diferencia”, exhortó el investigador. UNAM GLOBAL

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Con robots, profesores UADY enseñan a estudiantes el pensamiento computacional

Con robots y actividades lúdicas, docentes de la Unidad Multidisciplinaria Tizimín de la Universidad Autónoma de Yucatán (UMT-UADY) enseñaron a adolescentes y jóvenes los principios básicos del pensamiento computacional. Durante la XII Edición de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY) 2024, a través de los talleres “Exploradores digitales: descubriendo el pensamiento computacional con robots” y “Desarrollando el pensamiento computacional en niñas, niños y jóvenes a través de actividades divertidas y desafiantes”, las y los profesores mostraron a estudiantes cómo pueden aplicar conceptos de la informática para resolver cualquier problema que se le presente. En el caso de Exploradores Digitales, la maestra de la UMT-UADY, Cinthia González Segura, explicó que los adolescentes interactuaron con robots ya programados con el fin de que conozcan cómo resuelven algún problema. “Ellos pueden conocer el pensamiento computacional de manera divertida e interactiva, adentrarse en los pilares fundamentales que son: descomposición, reconocimiento, abstracción y algoritmo”, señaló. En este mismo taller, dijo, luego de participar con los distintos robots que se presentaron, se les pidió a las y los jóvenes realizar un programa, que al final fue evaluado, para determinar si se cumplió el objetivo: enseñar este pensamiento computacional. Respecto a la actividad Desarrollando el pensamiento computacional, la maestra Neyfis Solís Baas detalló que tiene el objetivo de mostrar cómo se pueden aplicar los cuatro pilares del conocimiento que les ayuda a resolver cualquier problema de la vida cotidiana porque no solo se usan para informática o matemáticas. “Las actividades que traemos hoy no requieren tecnología, no es necesario tener una computadora, por eso lo conocemos como Taller Desenchufado, porque no queremos que dependan de un dispositivo tecnológico, solo que aprendan a usar su lógica y razonamiento”, abundó. Añadió que estos talleres los han llevado a otras comunidades y escuelas para que más jóvenes se acerquen a este concepto, como en Tixcacalcupul, y esperan acercarse a más instituciones.

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Buscan que niñas y niños formen parte de la nueva generación científica

 Para despertar el interés por la ciencia en niñas y niños de primaria, el programa de divulgación “Pasaporte al Camino del Conocimiento Científico” pone al alcance de los pequeños la exposición de diversos temas de forma lúdica. En entrevista para el noticiero Contacto Universitario de la UADY, la investigadora del Cinvestav Mérida, Dalila Aldana Aranda, detalló que este programa, creado en 2008, tiene el fin de incentivar a las y los menores de edad a conocer su entorno y formar parte de la nueva generación científica. También, continuó, busca acercar a las y los estudiantes de educación básica con investigadores de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), Unidad Mérida. “A finales del año pasado obtuvimos el premio de Comunicación de la Ciencia por este programa y la UADY ha sido realmente una de nuestras instituciones pioneras desde su creación, siempre ha estado apoyándonos y acompañándonos”, resaltó. Aldana Aranda informó que esta iniciativa trabaja en tiempo real, de manera presencial y a distancia en 10 sedes, el cual es operado por cerca de 100 monitores entre académicos y estudiantes becarios de posgrado del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt). Mencionó que se realiza en los estados de Baja California, Campeche, Chiapas, Tabasco, Sinaloa, Querétaro, Quintana Roo y Yucatán. Cada sesión, explicó, consta de la exposición de un tema científico/tecnológico de ciencias biológicas, ingenierías y ciencias sociales y humanidades en sus modalidades presencial y a distancia, seguido de un taller o experimento en tiempo real no mayor a 30 minutos; posteriormente, dijo, interacción en directo de niños y adultos con el ponente. Señaló que el Programa consta de 12 sesiones que se llevan a cabo los sábados, que inició en enero y finaliza en junio; añadió que cada año se atienden, en promedio, siete mil pequeños. Por último, la investigadora del Cinvestav reveló que otra innovación de esta iniciativa es que cada sesión se sube en directo al Facebook: Pasaporte al Camino del Conocimiento Científico, obteniendo seguidores en esta plataforma donde varios estudiantes de las Escuelas Normales acuden para preparar sus prácticas con experimentos.

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Lagartija única en Chiapas: UNAM participa en su descubrimiento

Un grupo de científicos descubrió en Chiapas una nueva especie de lagartija, el dragoncito de Coapilla (Abronia cunemica), endémico de México, del cual se ha registrado tan solo cinco ejemplares. Entre los investigadores que contribuyeron al hallazgo se encuentran Adrián Nieto Montes de Oca e Israel Solano Zavaleta, miembros de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Además, participaron Adam Clause, gerente de la Colección de Herpetología del Museo de Historia Natural de San Diego, California (Estados Unidos); Roberto Luna-Reyes, de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural de Chiapas (SEMAHN); y Oscar Miguel Mendoza-Velázquez, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH). Según Nieto Montes de Oca, quien junto a sus colaboradores ha descrito al menos 20 nuevas especies de animales en los últimos años, este descubrimiento es resultado de más de una década de trabajo y la necesidad de conocer todas las lagartijas en México. Una herramienta clave en esta labor es la secuenciación de ADN, facilitando la creación de un árbol filogenético de estos reptiles. Solano Zavaleta, colaborador frecuente de Nieto Montes de Oca, mencionó que el descubrimiento tuvo un factor de fortuna, ya que un contacto reportó haber visto un ejemplar inusual. Tras comparar con registros existentes, Solano Zavaleta confirmó que el ejemplar no correspondía a ninguna especie conocida en la región. “Las Abronia son un género de lagartijas difícil de estudiar por su escurridiza naturaleza. A veces, es fácil coincidir con ellas y observar tres o cuatro, pero hay días, incluso semanas, en que no se avistan”, explicó. El dragoncito de Coapilla habita en los árboles de Chiapas, pesa 20 gramos y mide aproximadamente 15 centímetros. Como otros miembros de su familia, posee una cola prensil, usada para sujetarse a las ramas y escalar hasta 40 metros de altura. Su coloración es café claro y su cabeza presenta marcas en forma de flecha. Además, carece de escamas supraauriculares y escamas posterolaterales de la cabeza. El hábitat de la lagartija está compuesto por una gran laguna rodeada de bosques de pino y encino. Aunque existen poblaciones y áreas de cultivo en el lugar, su aislamiento favorece la supervivencia de esta especie. No se han reportado avistamientos en zonas cercanas, lo que sugiere una distribución limitada. Está en peligro La Abronia cunemica, con una población reducida como las demás especies de su género, enfrenta el riesgo de extinción. La tala ilegal de árboles es su principal amenaza. “Las Abronia viven en los árboles, y la tala ilegal es un problema grave en México. De los bosques mesófilos de montaña que teníamos originalmente, solo queda el 10%”, señaló Nieto Montes de Oca. El tráfico ilegal de especies también amenaza a la Abronia cunemica. Su apariencia llamativa y su similitud con los dragones las hacen atractivas para el mercado negro. Según Vida Silvestre Coatl, algunas lagartijas se han vendido hasta en dos mil dólares. “Hemos tenido que ser cautelosos y no revelar la ubicación precisa de ciertos animales para protegerlos”, agregó Nieto Montes de Oca. Actualmente, se trabaja en un plan de conservación para las Abronia, incluyendo al dragoncito de Coapilla, con la participación de entidades académicas y gubernamentales. La importancia de las lagartijas Las lagartijas desempeñan un papel ecológico y social significativo. En la agricultura, ayudan a controlar plagas e insectos, y en zonas urbanas, evitan la proliferación de mosquitos, moscas y arañas. Contrario a la creencia popular, la mayoría no son venenosas. Además, sirven tanto de depredadores como de presas, siendo alimento para serpientes y aves. A nivel social, contribuyen al ecoturismo, un sector en auge que permite a los viajeros explorar áreas naturales y culturas tradicionales. México, con alrededor de 417 especies de lagartijas, de las cuales las Phrynosomatidae representan el 15.9%, es un destino importante para el ecoturismo. Para concluir, los investigadores de la UNAM instan a preservar la diversidad de lagartijas en México, pidiendo a la población no agredirlas ni capturarlas, y en caso de avistamientos, informar a las autoridades pertinentes.

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Nueva combinación de fármacos como potencial tratamiento contra el dengue

El uso de fármacos previamente aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) es una de las estrategias de varios grupos científicos alrededor del mundo para combatir enfermedades virales emergentes o reemergentes, como es el caso de la covid-19 y del dengue. Esta última es un problema de salud pública en México y otras regiones del mundo, al no existir una vacuna que pueda ser aplicada en la población general, ni un tratamiento específico. Rosa María Del Ángel, adscrita al Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav, ha encabezado diversas investigaciones para evaluar fármacos ya aprobados, solos o en combinación, con potencial de impedir la infección por el virus del dengue. En el caso de un estudio recientemente publicado en la revista iScience, se analizaron dos medicamentos: la atorvastatina, empleado para disminuir los niveles de colesterol en la sangre, y el antiparasitario conocido como ivermectina, ambos aprobados también por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Lo anterior con miras a identificar posibles terapias contra la infección ocasionada por el virus del dengue. Selvin Noé Palacios Rápalo, estudiante de doctorado y primer autor del artículo, explicó que, durante el proceso de infección del virus del dengue, ciertas proteínas virales se importan al núcleo celular con el fin de alterar el transporte entre el núcleo y el citoplasma, lo cual es necesario para promover la replicación viral (multiplicarse e invadir). Algunos medicamentos, como la ivermectina y la atorvastatina pueden evitar el transporte de proteínas al núcleo, por esa razón, la investigación analizó si estos fármacos pudieran inhibir dicho proceso y así disminuir la infección.El estudio estuvo enfocado en la proteína del virus del dengue, conocida como no-estructural 3 (NS3, por su nombre en inglés), la cual es indispensable para alterar el transporte núcleo-citoplasma. Entre los aspectos identificados, en células hepáticas y en un modelo in vivo, está que la atorvastatina e ivermectina, tanto en combinación como separadas, pudieron impedir el importe nuclear de la proteína NS3 y con ello no se alteró el transporte núcleo-citoplasma. Esto trajo como consecuencia una reducción de la replicación viral. Algunos de los experimentos se realizaron en células hepáticas, pues se sabe que el hígado es uno de los principales órganos blanco de la infección. En estas células, la localización de las proteínas virales se determinó mediante microscopía confocal. “Las imágenes obtenidas de las células hepáticas permitieron identificar si, tras la aplicación de los tratamientos evaluados, las proteínas virales cambiaban su localización del núcleo celular al citoplasma, ya que con ello la replicación del virus se vería afectada y también el desarrollo de la infección”, señaló Palacios Rápalo. Además, mediante citometría de flujo, una técnica de laboratorio utilizada para contar el número de células infectadas, el grupo de investigación determinó que con la aplicación de los tratamientos de forma combinada se reducía significativamente el porcentaje de infección. Con el fin de determinar el efecto de los fármacos en la infección con dengue, en un modelo animal, se emplearon ratones AG129 carentes de los receptores de interferón de tipo I y la respuesta de interferón, ya que de esta manera son susceptibles a la infección y es posible llevar a cabo el estudio. “La administración de los medicamentos a los ratones AG129 infectados comenzó desde el cuarto día después de la infección; el peso de los ratones y los signos clínicos de la enfermedad fueron monitoreados diariamente. Así, encontramos que la supervivencia fue mayor al aplicar los medicamentos, en comparación con el grupo control (el cual no fue tratado con los fármacos). De hecho, la combinación de atorvastatina e ivermectina aumentó significativamente (cinco días) el tiempo medio de vida de los ratones”, expuso Palacios Rápalo. Además, a partir de estudios histológicos de diversos órganos de los ratones se identificó que tanto los fármacos administrados de manera individual como en combinación lograron inhibir la localización nuclear de las proteínas virales del dengue, lo cual fue evaluado mediante microscopía confocal. “Es de destacar que en los experimentos in vitro e in vivo el tratamiento combinado tuvo mayor efecto de reducción de la infección por el virus del dengue que la administración de los fármacos de manera independiente. Estos hallazgos constituyen una base sólida para iniciar estudios clínicos en pacientes”, finalizó.

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Niñas y niños de Umán conocen a los “Mosquitos Buenos”

Un grupo de 10 niñas y niños acompañados de cinco docentes visitaron el Laboratorio para el Control Biológico del Aedes Aegypti (LCB) de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) como parte de la fase de socialización del proyecto ¡Mosquitos Buenos! (Uts K’oxol) que lidera esta estancia. Las y los pequeños de la escuela primaria “Pastor Ramírez Coello” del fraccionamiento San Lorenzo del municipio de Umán, forman parte de una de las nueve escuelas que estarán conociendo cómo se realiza este proyecto. Durante el recorrido, expertos del LCB explicaron que previamente se eligió al municipio de Umán como el lugar para iniciar la liberación de los moscos con Wolbachia; en este caso, trabajarán en cuatro colonias, dos para intervención y dos de control, y para ello identificaron a las autoridades pertinentes para posteriormente comenzar con la etapa de socialización del proyecto. Asimismo, les enseñaron a las niñas y los niños el ciclo biológico del Aedes Aegypti, la diferencia entre pupas y adultos macho y hembra, así como las actividades que se realizan dentro del LCB: eclosión de huevos, separación de pupas, irradiación de pupas, cría de larvas y la producción masiva de huevos. Por otra parte, les informaron a los docentes y alumnos que la implementación de este programa incorpora la producción en laboratorio, de manera controlada, de mosquitos Aedes Aegypti macho con Wolbachia, una bacteria natural presente en el 60 por ciento de los insectos y otros animales. Al liberar naturalmente en el campo a los también denominados “mosquitos buenos” y al copular con las hembras de la especie, éstas producirán huevos infértiles, reduciendo significativamente la población de insectos transmisores de enfermedades. Los especímenes macho con la mencionada bacteria que tienen como particularidad un color oscuro con bandas blancas en el cuerpo y en las patas, son producidos en el LCB del Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UADY, que actualmente cuenta con la capacidad instalada para producir y liberar un millón de estos insectos. El LCB es una infraestructura única en México, Centro América y el Caribe, un laboratorio líder para el desarrollo, evaluación e implementación de estrategias innovadoras para el control de mosquitos basados en la producción masiva y liberación. Además, este proyecto es resultado del trabajo colaborativo entre la UADY, la Universidad Estatal de Michigan, los Servicios de Salud de Yucatán y la Secretaría de Salud federal, con el apoyo de Development Innovation Ventures de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.