Las vacunas contra el virus SARS-CoV-2 no evitan que enfermes de COVID-19, si bien son capaces de reducir la gravedad de la infección, según estudios. Por eso es importante que, aunque ya hayas recibido una o dos dosis, o en caso de que no estés vacunado, estés pendiente de los síntomas de una infección por coronavirus.
El proyecto Zoe, del Reino Unido, que cuenta con más de cuatro millones de voluntarios, ha permitido monitorizar la evolución de las manifestaciones de la enfermedad, las cuales han cambiado debido a la entrada en juego de las vacunas y la contagiosa variante Delta.
De acuerdo con esta iniciativa liderada por Tim Spector, profesor de epidemiología genética de la Universidad King’s College de Londres, los síntomas “tradicionales” anteriores, como la anosmia (pérdida del olfato), dificultad para respirar y fiebre son menos comunes que antes.
Por el contrario, signos como estornudos y escurrimiento nasal, que antes se pensaba que no estaban relacionadas con la infección por COVID-19, ahora se han hecho presentes.
De acuerdo con Zoe, estos son los cinco síntomas más comunes cuando:
Estás completamente vacunado:
Dolor de cabeza
Escurrimiento nasal
Estornudos
Dolor de garganta
Pérdida del olfato
Cuentas con una sola dosis:
Dolor de cabeza
Escurrimiento nasal
Dolor de garganta
Estornudos
Tos persistente
No te has vacunado:
Dolor de cabeza
Dolor de garganta
Flujo nasal
Fiebre
Tos persistente
“En general, vimos síntomas similares de COVID-19 en personas vacunadas y no vacunadas. Sin embargo, aquellos que ya habían recibido una inyección informaron menos síntomas durante un período de tiempo más corto, lo que sugiere que se estaban enfermando menos gravemente y mejorando más rápidamente”, explica el sitio web de la iniciativa. (El Financiero)