El lunch escolar debe ser algo planeado, ya que su principal función es ayudar a que la niña o el niño mantenga un buen nivel de energía durante la jornada escolar, afirmó la responsable del área de promoción de la salud de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Martha Guillermo Magaña.
Por esta razón, la nutrióloga recomendó que un refrigerio saludable debe basarse en el plato del buen comer: la mitad del plato o recipiente con verduras y frutas, de preferencia los vegetales; menos de un cuarto del plato de granos y cereales, en especial los que son a base de maíz, arroz y los integrales.
También, continuó, incluir una parte pequeña de leguminosas, alimentos de origen animal y no olvidar las grasas saludables: aguacate o aceite de oliva, y si la o el menor puede comer con seguridad se pueden incluir nueces o almendras.
“El objetivo principal es crear refrigerios que cumplan dos factores claves: que los niños realmente coman y que les proporcionen nutrientes de calidad”, enfatizó.
Por ello, la especialista aclaró que las y los infantes deben comer tres comidas principales al día, el lunch escolar, y si tuvieran una actividad extraescolar, pueden incluir una comida vespertina.
Además, subrayó que el refrigerio no debe suplir al desayuno ni la comida, de hacerlo, puede originar problemas relacionados con la nutrición y el peso de las y los pequeños.
También, aseveró, su nutrición es muy importante para lograr un buen desarrollo, ya que justo en esa etapa es cuando su cuerpo aprovecha todos los nutrientes que se le aportan y al estar en constante movimiento la demanda de energía es mayor, pero no debemos caer en la sobre alimentación.
“Hay que procurar que los lunch sean bajos en azúcares y sal, y sobre todo, evitar los productos ultraprocesados”, advirtió.
En dado caso, dijo, se debe optar por frutas deshidratadas, vigilar que no tenga azúcar añadida y que no sean más de dos porciones.
Sobre golosinas o botanas, la funcionaria académica sugirió que podrían incluirse máximo una vez por semana y una buena opción serían las palomitas naturales y las tiras de zanahoria crujientes hechas en la freidora de aire.
También añadió que se puede sustituir ocasionalmente algún alimento preparado por una porción de leche semi descremada o yogurt (sólido o bebible).
Con respecto a las galletas, pastelitos, botanas y postres, señaló que se pueden consumir ocasionalmente, pero evitando convertirlas en premios o recompensas.