Para Paulina, la pandemia de COVID-19 tuvo varios significados. De entrada, el temor que todo mundo tuvo: enfermar y morir, pero además, hubo otros miedos que fueron desencadenados por lo que podría venir si ella o su mamá llegaran a contagiarse, ya que ninguna de las dos tiene seguridad social.
A estas alturas de la pandemia, ninguna de las dos enfermó de COVID, pero el cuerpo decidió enfermar de algo que aún no se termina de detectar y por lo tanto, los gastos de estudios y análisis se hicieron con el dinero del ahorro que se había logrado. Hasta el momento Paulina, de 32 años, continúa con ese empleo que no le brinda las prestaciones básicas.
Los datos dados a conocer por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) muestran que el drama económico de las personas en México se concentró en la población joven y sin acceso a los servicios básicos de salud.
Entre 2018 y 2020, el porcentaje de la población en situación de pobreza de adolescentes y jóvenes aumentó de 42.3 por ciento a 46.1 por ciento, en cada caso. Esa misma situación se vivió en los menores de 18 años y adultos que pasaron de 50.3 por ciento a 52.6 por ciento y de 36.5 por ciento a 39.5 por ciento, respectivamente.
El único grupo que presentó una disminución de pobreza fue el de los adultos mayores al pasar de 43.2 por ciento a 37.9 por ciento.
En conclusión: hay un aumento de 3.7 puntos porcentuales en la población en situación de pobreza de 12 a 29 años y una disminución de 5.3 puntos porcentuales en la población adulta mayor.
¿Y qué pasó con la pobreza extrema?
Durante 2018 y 2020, el porcentaje de la población en situación de pobreza extrema de adolescentes y jóvenes, que son de 12 a 29 años y los menores de 18 años y adultos, de 30 a 64 años, presentaron aumentos de 2.3, 1.9 y 1.7 puntos porcentuales en pobreza, respectivamente.
Por otro lado, la población de adultos mayores, de 65 años o más, mostró una disminución en este indicador al pasar de 8.8 por ciento a 6.7 por ciento en 2020.
Eso es cuanto a la pobreza por edades, pero de los datos que se dieron a conocer el pasado jueves, resaltó otro, que es referente al acceso a los servicios básicos de salud.
Entre 2018 y 2020, el porcentaje de la población sin acceso a los servicios de salud mostró un aumento al pasar de 16.2 por ciento a 28.2 por ciento, lo que representa un aumento de 15.6 millones de personas respecto a 2018, al pasar de 20.1 a 35.7 millones de personas en 2020.
Y el aumento se registró en las 32 entidades del país. En las que más, fueron Oaxaca, que pasó del 16.3 por ciento al 36.9 por ciento; Guerrero, del 13.8 por ciento a 33.5 por ciento y Chiapas, al pasar del 17.6 a 37.1 por ciento de la población.
PERSPECTIVAS DENTRO DE CONEVAL
En entrevista con SinEmbargo, José Nabor Cruz Marcelo, director ejecutivo del Coneval, respondió a la pregunta de quiénes son los nuevos pobres, que los datos del Consejo apuntan a que gran parte de esas 3.8 millones de personas que se sumaron a la pobreza son jóvenes o adultos que habitan las zonas urbanas del país y que a diferencia de lo que en teoría se hubiera esperado, es decir, un incremento en los niveles de pobreza en el ámbito rural, esto no ocurrió y hubo una reducción de alrededor de 1 punto porcentual de los niveles de pobreza rural.
“Por otro lado, la pobreza urbana aumentó un poco más de 3 puntos porcentuales. Ahí hay un primer indicio de que este incremento de la pobreza muy probablemente se haya alojado mucho más en los ámbitos urbanos del país.
Pero también tenemos un comportamiento de la pobreza por grupos de edades y vemos dos trayectorias: por un lado una reducción importante de más de 5 puntos porcentuales de la pobreza en la población de más de 65 años y por otro lado, un incremento tanto en la población de cero a 18 años y sobre todo, de la de 30 a 54 años.
Haciendo inferencias podemos considerar que una buena parte de estas mexicanas y mexicanos en situación de pobreza pueden ser jóvenes o adultos que habitan las zonas urbanas del país”, explicó.
Y en cuanto al tema de salud, el que millones de personas hayan reportado que no tuvieron acceso a esto, se reflejó en los siguientes datos: durante 2020, hubo una reducción de mexicanos que tuvieron que atenderse un problema médico, al pasar de 44 millones en 2018 a 42 millones.
Pero los mexicanos que se buscaron atender en un consultorio adyacente a farmacia, pasaron de 8.5 millones en 2018 a 10 millones en el mismo periodo.
También hubo un aumento en los que se buscaron atender en un consultorio de hospital privado, ya que la cifra pasó de 12.9 millones a 17 millones.
En junio de 2020, la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex) informó que el 10 por ciento de los pacientes diarios que acuden a los consultorios médicos adyacentes a farmacias fueron redirigidos a hospitales para atender COVID-19. Desde el inicio de la pandemia serían ya 36 mil los pacientes con síntomas que acudieron en primera instancia a estos servicios.