Oceana, la mayor organización internacional abocada a la conservación de los océanos, advirtió que graves amenazas acechan a los arrecifes de Bajos del Norte, ubicados a 250 kilómetros de la costa de Yucatán, donde detectó un alto índice de enfermedad y mortalidad de corales.
En un comunicado informó que en reciente expedición científica, apoyada por Blancpain, en ese que es uno de los arrecifes más importantes del Golfo de México –y que ha sido poco estudiado debido a la distancia en que se encuentra– identificó nuevas amenazas, como la presencia de pez león, especie invasora que pone en riesgo el equilibrio del ecosistema.
En tal sentido, lanzó una alerta para proteger el arrecife, dada la gran biodiversidad que alberga y las fuertes amenazas que enfrenta.
De acuerdo con los resultados de la primera etapa de la expedición Proyecto Alacranes, muchos de los corales de tipo cerebro (Pseudodipforia) y los de tipo flor (Eusmilia fastigiata), de todos los sitios de muestreo, se encontraron muertos o con lesiones muy avanzadas.
También se encontró que diversas colonias de los corales de la especie Montastrea cavernosa presentan lesiones y mortalidad, mientras que algunas otras colonias de coral tienen enfermedades como banda amarilla, manchas negras y distintos niveles de blanqueamiento.
La agrupación destacó que en una visita previa que realizaron en 2019 no se observó este fenómeno en Bajos del Norte, por lo que para los científicos es alarmante el deterioro que sufrieron en dos años.
“Puede tratarse de la enfermedad por pérdida de tejido de coral pétreo (Stony coral tissue loss disease SCTLD), que no ha sido reportado previamente en estos arrecifes. Sin embargo, el origen e impacto de estas enfermedades se deterominará en los siguientes meses”, dijo Mariana Reyna, líder de la expedición.
Agregó que en el agua se registraron temperaturas de entre 29 y 30°C constantemente, y se requiere un análisis temporal para saber qué tan anómalas son y si esto podría estar afectando a la biodiversidad.
Otro hallazgo relevante es la presencia del pez león, considerada una especie invasora que se alimenta de especies pequeñas y no tiene un depredador. En dicha expedición “se le encontró en casi todos los sitios visitados, lo que resulta alarmante debido al impacto nocivo que tiene en el equilibrio de los ecosistemas y a que pone en riesgo a pobladores enteras”.
“Logramos hacer ciencia que nunca se ha hecho en esta zona. Queremos que las personas y las autoridades estén al tanto de lo que ocurre en Bajos del Norte para que en el futuro se tomen acciones para proteger este hábitat”, señaló Miguel Rivas, director de campañas de Hábitas.
Añadió: “Debemos enfocar nuestros esfuerzos para preservar esta riqueza y no debemos esperar a que el daño esté hecho y la zona devastada para actuar”.
Oceana resaltó que los arrecifes de coral cubren menos de 1% del océano y son hogar de alrededor de 25% de todas las especies marinas conocidas hasta ahora, por lo que resultan fundamentales para la reproducción y las corrientes marinas, además de que fungen como una barrera natural que protege a la población costera de tormentas y huracanes.
El organismo aseguró que, según sus primeros análisis, el resto de la comunidad arrecifal se encuentra “en buen estado, llena de vida y abundancia”. Los científicos advirtieron que “sigue siendo un área vulnerable, porque al escasear la pesca en las zonas ya explotadas, los pescadores se ven obligados a ir más lejos y aquí hay poca vigilancia para estas actividades”.
De igual manera, se informó que en esta nueva expedición se recabó evidencia necesaria sobre las especies que ahí habitan y la salud general de los arrecifes para impulsar los cambios necesarios que aseguren el futuro del sitio, pues no cuenta con alguna figura legal que le proteja. (Proceso)