Un público que demostró conocer sus canciones y las hizo propias cantándolas a lo largo de poco más de una hora fue el que recibió la noche de este domingo a Elsa y Elmar, en un concierto organizado por la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) y el Palacio de la Música que coronó con este recital su 7mo. Aniversario.
Fue un viaje musical por el romance y la reflexión sobre las relaciones humanas, conducido por la voz de la cantante colombiana y su estilo pop alternativo que las y los presentes acompañaron con emoción explícita desde que la autora e intérprete salió al escenario de este Centro Nacional de la Música Mexicana.
Sin perder un solo coro o incluso la letra completa de la mayoría de las canciones, el público mantuvo un ánimo y energía constantes en esta fiesta que la Sedeculta organizó con el objetivo de continuar con el trabajo de diversificar la oferta cultural en Yucatán a expresiones artísticas alternativas y contemporáneas que encuentran un espacio dentro del Renacimiento Maya

Desde el primer acorde hasta la última de las tres canciones que formaron parte del encore, del clásico “¡otra!”, Elsa Carvajal, alma que da vida a Elsa y Elmar, estableció una conexión directa con la audiencia presente que la esperaba desde unas tres semanas antes, cuando se anunció el concierto cuya venta de boletos terminó en menos de medio día.
El tono emocional del concierto, que circuló ida y vuelta entre el pop bailable, el alternativo indie y la balada romántica, fue el sello que la voz dulce pero firme de la cantante mantuvo y motivó al público a cantar con ella.
Los saludos y el agradecimiento a Mérida, a Yucatán y a las autoridades del Gobierno del Estado que hicieron posible el recital, así como al Palacio de la Música por recibirla estuvieron presentes y cada uno tuvo el efecto de encender aún más el ambiente con la respuesta aprobatoria del público que aplaudía y vitoreaba a Elsa y Elmar.

El formato del concierto, en una sala con cerca de 500 asientos, permitió lograr un ambiente de mayor intimidad y cercanía, lo cual facilitó la entrega total de las y los jóvenes que en su mayoría llenaron el Palacio de la Música.
Y no puede dejar de mencionarse el trabajo de la banda de soporte que acompañó a la artista, con una instrumentación adecuada que mezcló desde percusiones intensas hasta sintetizadores suaves que conforman parte del estilo indie, pop alternativo del proyecto de Elsa y Elmar.
Temas relacionados con la pérdida de los amores, el paso del tiempo, la melancolía y la esperanza fueron parte de una velada llena de sus canciones más conocidas y que tuvieron una evidente recepción positiva entre la audiencia. Piezas como Me viene bien, Exploradora, Ya no somos los mismos,

Brazos en alto, aplausos al final de cada pieza, todas y todos de pie, acompañaron un canto que va desde abrirse a ser vulnerable hasta a la capacidad de empoderarse y salir adelante ante los retos que la vida impone.
La emoción de la cantante tampoco dejó de verse durante todo el concierto, en el que además de cantar se dio tiempo para dialogar y hacer breves introducciones a cada pieza como recordando los motivos y las historias detrás de cada melodía y sus letras.
Poco importó que fuera domingo por la noche y el cierre del fin de semana porque la fiesta organizada por la Sedeculta en el Palacio de la Música por su 7mo. Aniversario fue lo que el público esperaba: un encuentro íntimo, de proximidad con la cantante que deseaban escuchar en vivo, de sentir cercana y comunicándose con ellas y ellos en una noche más de arte y cultural en Yucatán.