Hace un centenario ocurrió un suceso extraordinario, la inauguración de la carretera a Chichén Itzá, una obra de ingeniería que impulsó no sólo la comunicación terrestre en esa región del estado, sino también a la industria turística de Yucatán, declaró el historiador Jorge Ojeda Victoria.
Durante la conferencia “100 años de la carretera a Chichén Itzá y la Piedra Cúbica Piramidal de los Masones”, en el Aula Magna de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), el doctor en antropología resaltó que el visionario de esta magna obra de su tiempo, que tuvo como eje principal la ciudad sagrada de los mayas convertida hoy en ícono mundial, fue Felipe Carrillo Puerto, el primer gobernador socialista del estado, quien en 1923 puso en servicio esta importante vía.
“La carretera de Chichén Itzá, más que una mejora material, esta obra fue un parteaguas en la historia del turismo, impulsada por el gobierno de Felipe Carrillo Puerto, y ahora la piedra cúbica piramidal de los masones, que no hay otra igual en México”, recalcó.
Durante su exposición ante integrantes del Colegio de Ingenieros Civiles de Yucatán AC y profesores de la Facultad, recordó que esa carretera fue el modelo que se repitió en la construcción de vías en la entidad, por lo menos hasta la década de 1950; durante ese tiempo, añadió, el eslogan del prócer del proletariado era “Tierras, Escuelas y Carreteras”.
Ojeda Victoria reveló que el proyecto socialista logró cambiar el paisaje, de ser un estado de haciendas y vías férreas se pasó a uno de ejidos y carreteras, con infraestructura escolar y para enaltecer las antiguas ciudades mayas.
“Este paisaje es el que impera pues desde entonces, y es el mismo desde el cual ha operado el turismo como industria. Chichén Itzá es una reivindicación moderna”, enfatizó.
En su turno, el arqueólogo Eduardo Pérez de Heredia, señaló que un hecho con un aire especial de ese acontecimiento fue que se enmarcó en un monumento masónico, la llamada “Piedra Cúbica Piramidal”.
La cual, dijo, representa la obra maestra que todo masón debe realizar en su calidad de compañero y maestro del oficio, también simboliza la finalización de dicha obra, el coronamiento de los esfuerzos, el objetivo realizado y la aprehensión del mundo espiritual.
“Es un monumento masónico que existe en Chichén Itzá para conmemorar la inauguración de la carretera hace 100 años, labrado con diagramas, dibujos y signos masónicos”, reiteró.
Detalló que la piedra se encuentra por el juego de pelota maya, completamente cubierta de diagramas e inscripciones.
Antes de finalizar, Pérez de Heredia destacó la importancia que las futuras generaciones deben respetar y resguardar todo lo relativo a la historia, desde árboles hasta rocas, para que sean elementos no destruidos y se les pueda dar un verdadero valor.