La activista y embajadora del Gran Acuífero Maya, Camila Jaber ha expresado su preocupación por el sistema de cenotes y las cuevas inundadas ante la construcción del Tren Maya en la zona turística de la Península de Yucatán, megaproyecto que el gobierno de México emprendió desde diciembre de 2019 y se espera finalice en 2030.
“Ha aumentado la preocupación, porque el tren no pasará por la carretera, para ‘no molestar a nadie’, pero ahora pasará por un corredor biológico muy importante, sobre un tipo de suelo frágil, susceptible a los hundimientos, lo cual puede ser muy catastrófico.
Desde que se planteó el Tren Maya, ha habido un gran cuestionamiento por toda la infraestructura que conlleva este megaproyecto en zonas que están todavía muy poco pobladas”, expresó la especialista en innovación y desarrollo sustentable en una entrevista con EL UNIVERSAL realizada el 10 de marzo de 2022.
Camila Jaber advirtió que, debido a la estructura de las construcciones, los cenotes y cuevas podrían colapsar por la fragilidad del suelo, lo que alteraría los ecosistemas; además, aumentaría el riesgo de que el tren también pudiera desplomarse.
“El nervio es que por la prisa, por apresurarse a hacer el proyecto y expedir permisos lo más rápido que se pueda, se haga mal o que se encuentre una solución práctica, que es taladrar los cenotes y cuevas de pilotes. Ingenieros han comentado a los dueños de los predios donde pasará el tren que no habrá colapsos porque pondrán columnas en las cuevas», dijo.
¿En qué consiste el Tren Maya y cuál sería su impacto ambiental?
Durante los casi tres años que lleva en construcción el Tren Maya, proyecto prioritario del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha sido criticado por especialistas y ambientalistas que han alertado sobre los daños que causaría la construcción a las zonas naturales de la región.
El megaproyecto tiene como fin conectar los estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, además de fomentar, de acuerdo con el sitio oficial, el turismo, el empleo, la derrama económica y la movilidad de los habitantes.
El plan, que es promovido por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), reconstruirá en 726 kilómetros las vías del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec mientras que en los 800 kilómetros restantes se crearán nuevas vías.
Pese a que el desarrollo del proyecto comenzó años atrás, se han producido cambios, como es el caso del Tramo 5, que va de Cancún a Tulum, una zona que cuenta con el sistema de ríos subterráneos más grande del mundo.
En enero de 2022 se anunció que se modificaría la ruta en el área de Playa del Carmen, aún cuando ya se habían talado 29 mil árboles, reportó EL UNIVERSAL.
A raíz de ello, las asociaciones ecologistas, la comunidad científica, los ambientalistas, así como gente de la región han denunciado que el tren pasaría por una zona selvática frágil donde cavernas, cenotes y acuíferos tendrán un impacto ambiental irreversible.
De acuerdo con diversas publicaciones realizadas en EL UNIVERSAL, el desarrollo del Tren Maya implicaría numerosos riesgos e impactos ambientales del sureste de la República mexicana, que debido a los cambios repentinos en las rutas es imposible cuantificar todos los daños que se ocasionarán a los ecosistemas marinos y terrestres.
Además, otro de los problemas que se plantea es que la sobre urbanización de la zona provoque la extinción de especies como tortugas, cocodrilos y serpientes por mencionar algunas.