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Acoso al turismo, deforestación y explotación infantil detrás del conflicto en Chichén Itzá

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informan que la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, en Yucatán, se mantiene abierta al público en sus horarios normales y no ha suspendido sus servicios un solo día.

El lunes 2 de enero de 2023, alrededor de medio centenar de personas —relacionadas con algunos de los innumerables grupos que se benefician de la operación de esta importante zona de monumentos arqueológicos, Patrimonio de la Humanidad, entre ellos algunos ejidatarios, guías y vendedores ambulantes— bloquearon algunas vías de acceso a las instalaciones del sitio,

Lo anterior, para impugnar algunas de las acciones de ordenamiento que el INAH ha emprendido, desde hace más de una década, para asegurar el buen funcionamiento de la zona en beneficio del público visitante.

Particularmente en lo que respecta a la regulación del comercio informal que ha invadido el área, buscando siempre que las y los artesanos y vendedores puedan ejercer su oficio de la mejor manera y sin afectar la experiencia de visita.

El INAH mantiene siempre abiertas las puertas al diálogo con todos los sectores involucrados en la operación y aprovechamiento de la zona arqueológica, convencidos de que nuestra actividad favorece y debe propiciar la generación de ingresos y el empleo productivo de las comunidades en el entorno. Por ello, demandamos el diálogo directo, sin intermediarios.

 

El INAH está comprometido con la reivindicación de los pueblos indígenas y afrodescendientes de México, por lo que rechazamos cualquier acto de discriminación y luchamos por la defensa y el fortalecimiento de las lenguas originarias, por lo que rechazamos enfáticamente que exista exclusión o que se prohíba hablar la lengua maya en cualquiera de las zonas arqueológicas en México.

 

En el INAH estamos convencidos de que, mediante el diálogo intercultural, el respeto mutuo y la comunicación abierta, poniendo en el centro el interés colectivo­, es posible encontrar los mejores esquemas para que las zonas arqueológicas fomenten la valoración y el cuidado del patrimonio, al tiempo que favorezcan el desarrollo comunitario.

Los quejosos ya se reunieron con Juan Cristóbal Orozco Alonso, subdelegado en oficina de representación de la Secretaría de Gobernación en Yucatán, pero hasta ahora no parecen haber alcanzado un acuerdo.

Provenientes de las comunidades mayas de Pisté, X-Calakoop y San Felipe, pertenecientes al municipio oriental de Tinum –donde se asienta Chichén Itzá–, los manifestantes dijeron que no se les permite trabajar ordenadamente.

Muy temprano, con piedras y pancartas, el pasado día 2, los afectados detuvieron el paso de vehículos turísticos.

Según los manifestantes, desde hace casi una década los artesanos y comerciantes que se instalaron en Chichén Itzá han pedido la expropiación de 700 hectáreas de esa zona arqueológica y que se destine 15 por ciento de los ingresos que capta mensualmente el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para sus comunidades mayas.

Arturo Chab Cárdenas, titular del INAH Yucatán, informó que la zona arqueológica seguirá abierta al público a pesar del bloqueo. Explicó que los visitantes son conducidos a la zona arqueológica de Chichén Itzá a través de otros sacbés (caminos blancos), que eran los caminos que los antiguos mayas abrieron entre el monte y la selva.

Se impidió emplear niños y poner lonas 

Autoridades del instituto también manifestaron que una de las quejas de los líderes de comerciantes es que se les solicitó no emplear niños para abordar a los visitantes, ya que esto es una modalidad de explotación infantil.

De igual modo, los encargados de preservar el sitio han tenido que solicitar a los grupos de ambulantes que no coloquen lonas porque obstruyen la vista a los visitantes, al tiempo de señalarles que tienen áreas específicas para ofertar sus productos.

El INAH tuvo que poner orden porque los turistas son asediados constantemente por el ambulantaje sin permitirles el libre paso, incluso con situaciones de confrontación de visitantes que reaccionan con molestia ante el acoso de algunos vendedores.

El reporte del INAH Yucatán destacó que las autoridades locales afirman que no están en contra de los derechos de las comunidades, pero que la imagen del sitio se deteriora por la actividad de ambulantaje, así como la destrucción de áreas verdes cuando improvisan estacionamientos, así como por la reventa de accesos al sitio.

En ese sentido, fue detectada una red de revendedores de entradas a la zona arqueológica por una asociación de “guías” que no son certificados por el INAH y que ha cometido abusos contra visitantes proporcionándoles información falsa.

De igual manera, se controló el aumento de artesanos dentro del sitio y se delimitaron los espacios donde almacenan y guardan las estructuras de sus puestos, evitando crear senderos nuevos que ocupan también como baños improvisados.

Chichén Itzá recibió más de 2.5 millones de turistas en 2022, siendo el sitio prehispánico más visitado en el país.

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