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Ceresos de Yucatán obtienen 7.62 de calificación

El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP) 2022 otorgó a Yucatán el segundo lugar a nivel nacional con una calificación de 7.62 sobre 10 en las evaluaciones realizadas a los Centros de Reinserción Social de Mérida, incluyendo el mixto y el femenil, así como a los ubicados en Tekax y Valladolid.

El primer estado mejor calificado fue Querétaro con 8.22; en segundo sitio, Yucatán con 7.62; y el tercero fue Quintana Roo, con 7.19. La calificación más baja la obtuvo Tamaulipas con 4.26. El promedio general de las 32 entidades fue de 6.25.

Los cuatro centros de reinserción social de Yucatán obtuvieron una calificación promedio de 7.62, siendo el mejor calificado el Cereso Femenil con 7.99; le sigue el de Valladolid, con 7.90; el tercer sitio es para el de Tekax, con 7.60; y el Mixto de Mérida, con 7.00, todos con tendencias al alza en comparación con años pasados.

El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria es una herramienta de evaluación que aplica la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en las 32 entidades federativas. En el caso de Yucatán, se lleva a cabo de manera coordinada con la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán.

En el Cereso de Mérida, que tiene una capacidad para 2 mil 180 hombres y 100 mujeres, y al momento de la supervisión la ocupación era de 1,156 y 19, respectivamente, se encontraron áreas de oportunidad, como la insuficiencia de personal de seguridad y custodia; deficiente separación entre procesados y sentenciados; inadecuada clasificación de las personas privadas de la libertad; insuficiencia o inexistencia de actividades deportivas, así como programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria, entre otras.

Asimismo, destacó por la distribución de personas privadas de la libertad en relación a la capacidad del centro; prevención de violaciones a derechos humanos y atención en caso de detección; programas para la prevención y atención de incidentes violentos; supervisión del funcionamiento del centro por parte del titular; capacitación del personal penitenciario; cuenta con reglamentos y manuales; actividades laborales y de capacitación, entre otros.

En el Centro de Reinserción Social de Valladolid, cuya capacidad es para 144 hombres y 12 mujeres, y al momento de la supervisión la población era de 101 y 4, respectivamente, se señala deficiencia en la atención a personas privadas de la libertad en condiciones de aislamiento y separación entre hombres y mujeres; falta de mecanismos para prevención de violaciones a derechos humanos y atención en caso de detección.

Otros aspectos a mejorar fueron respecto al personal de seguridad y custodia; separación entre procesados y sentenciados; y en la atención a personas con discapacidad.

Entre los aspectos positivos, se señalan un apropiado número de personas privadas de la libertad en relación a la capacidad del centro; programas para la prevención y atención de incidentes violentos; supervisión del funcionamiento del centro por parte del titular; condiciones materiales e higiene de instalaciones del área médica; capacitación del personal penitenciario; normatividad que rige al centro y procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias; organización y registros para el cumplimiento del plan de actividades; atención a personas adultas mayores; atención a personas LGBTTTI; a personas que viven con VIH/SIDA así como programas para la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria.

En el Centro de Reinserción Social del Sur, Tekax, la capacidad es de 132 hombres y 20 mujeres; y al momento de la supervisión era de 137 y 8, respectivamente; se encontraron áreas para mejorar, como la separación entre hombres y mujeres; insuficiencia de vías para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos; insuficiencia o inexistencia de instalaciones necesarias para el funcionamiento del centro; deficiente separación entre procesados y sentenciados; deficiencia en la atención a mujeres y/o menores que viven con ellas; así como de personas con discapacidad, que viven con VIH o SIDA e insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.

Y se encontraron mejoras en programas para la prevención y atención de incidentes violentos; en la alimentación; condiciones materiales e higiene de instalaciones del área médica, talleres y/o áreas deportivas; capacitación del personal penitenciario; procedimientos para la imposición de las sanciones disciplinarias; actividades educativas; atención a personas indígenas, entre otros.

En el Centro de Reinserción Social Femenil del Estado de Yucatán, cuya capacidad es para 172 personas y cuya ocupación era de 20 durante la supervisión, se encontraron áreas para mejorar situaciones como la atención a personas privadas de la libertad en condiciones de aislamiento; vías para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos; las condiciones materiales e higiene de los talleres y/o áreas deportivas; así como la clasificación de las personas privadas de la libertad.

Entre los aspectos positivos se encuentran la distribución de personas privadas de la libertad; programas para la prevención y atención de incidentes violentos; servicios para mantener la salud; supervisión del funcionamiento del centro por parte del titular; alimentación; condiciones materiales e higiene de cocina y/o comedores; condiciones materiales e higiene de instalaciones del área médica e instalaciones para alojar a las personas privadas de la libertad; capacitación del personal penitenciario; normatividad que rige al centro; separación entre procesados y sentenciados; atención a personas indígenas y LGBTTTI..

 

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