La conjunción de la arqueología, la naturaleza y la sabiduría maya, nuevamente dio como resultado el fenómeno arqueo-astronómico del descenso del Dios Kukulkán en el Castillo de Chichén Itzá, una de las 7 maravillas del mundo contemporáneo.
Ante el encanto y fascinación de 10,079 turistas, con este evento, que se dio con un Sol radiante, se marcó el inicio de la primavera y, según las creencias ancestrales, de la fertilización de la tierra.
Cabe señalar que en total fueron 28,493 turistas los que presenciaron este año el equinoccio de Chichén, ya que a la cifra anterior hay que sumarle 11,514 del domingo -cuando la entrada es gratuita para los nacionales-, y los 6,900 de ayer lunes, que llegaron a pesar del mal tiempo generado por el Norte No. 41.
«Es un orgullo mostrar a gente de todo el mundo la forma tan sabia en que nuestros ancestros marcaban el inicio de la primavera y de la fertilización de la tierra para obtener buenas cosechas», comentó Mauricio Díaz Montalvo, director general del Cultur Yucatán.
A diferencia del año anterior, cuando la nubosidad afectó casi todo el tiempo en que ocurre el espectáculo; hoy, el fenómeno arqueo-astronómico se observó en todo momento, ni una sola nube se interpuso para el descenso de la serpiente emplumada.
La luz del Sol en cada uno de los nueve basamentos o niveles con los que cuenta el templo sagrado, logró concretar el «cuerpo» de la deidad maya en la alfarda norte del edificio.
Esta generosidad de Kinich Ahau (Dios del Sol) fue muy aplaudida por los miles de asistentes, ante los gritos de ¡México! ¡México! ¡México!, al que después se sumaron las menciones de otras naciones.
El descenso comenzó alrededor de las 3:45 de la tarde y llegó a su plenitud poco después de las 5. La gente ahí presente esperó hasta el último minuto, hasta la culminación de la combinación de luz y sombra para retirarse satisfecha.
Los aplausos que retumbaron en el Castillo generaron ecos que se convirtieron en los “cantos de quetzales”, aves sagradas para la civilización maya, y cuyo plumaje era usado para adornar la indumentaria de los reyes y sacerdotes.
Espectáculo milenario
El milenario espectáculo que sigue y seguirá vigente sin importar el paso de los siglos, nos hace un recordatorio sobre el profundo conocimiento que tenían los mayas en arquitectura y en astronomía, y del “pacto” que tenían con la naturaleza.
Chichén, Patrimonio de la Humanidad y Una de las 7 maravillas del mundo contemporáneo
Cabe recordar que, en 1988, la Unesco declaró a Chichén Itzá como Patrimonio de la Humanidad y casi 20 años después la “New Open World Corporation”, convocó a una elección global basada en internet que dio como resultado que el templo de Kukulkán quede, desde el 7 de julio de 2007, como una de las “Nuevas Siete Maravillas del Mundo Contemporáneo”.