En la vida cotidiana, cualquier persona puede atravesar por momentos abrumadores, aterradores y que se escapen de control, sin embargo, algunas sufren experiencias traumáticas que llegan a desencadenar reacciones que duran meses e incluso años, señaló el subdirector del Instituto de Salud Mental del Gobierno del Estado de Yucatán, Cristian Molina Pizarro.
Durante la conferencia “Trastorno del estrés postraumático complejo (TEPC)”, realizada en el marco de las actividades de la XV Feria de la Salud de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), el especialista indicó que este padecimiento lo sufren personas que han experimentado abusos en repetidas ocasiones, violencia, accidentes graves, agresión sexual, catástrofe natural o ser diagnosticado con una enfermedad potencialmente mortal, entre otros.
“Los policías, militares, bomberos y trabajadores de ambulancias son más propensos a tener tales experiencias, ya que a menudo deben hacer frente a escenas horribles; a los soldados les pueden disparar o pueden sufrir una explosión, así como pueden ver a amigos muertos o heridos”, apuntó.
Informó que los síntomas de TEPC pueden empezar inmediatamente, después de unas semanas o meses tras el suceso traumático, asimismo, regularmente las personas se sienten desconsoladas, deprimidas, ansiosas, culpables o enojadas.
Además de estas reacciones emocionales comprensibles, existen otros síntomas como lo son los flashbacks y pesadillas, en donde la persona puede encontrarse reviviendo el suceso una y otra vez.
“Estas pueden ser tan reales que uno se siente como si se estuviera viviendo la experiencia de nuevo; uno puede verlo en su mente, pero también se pueden sentir las emociones y sensaciones físicas de lo que ocurrió, como miedo, sudoración, olores, sonidos y dolor”, comentó.
Otro de los síntomas, dijo, es evitar los lugares y personas que le recuerdan el trauma o simplemente no hablar de ello, a tal punto que tratan de no sentir nada en absoluto, consiguiendo una insensibilidad emocional.
Molina Pizarro agregó que otra de las consecuencias del TEPC es encontrarse alerta todo el tiempo, como si estuviera buscando el peligro constante sin poder relajarse o lo que se llama hipervigilancia.
Destacó que es sumamente importante pedir apoyo, pues con este trastorno el sistema de supervivencia, y el de sanación-crecimiento y restauración se inhiben entre sí.
“No podemos ser creativos y amorosos cuando estamos asustados, así como en un entorno de peligro no podemos curarnos”, señaló.
Por otro lado, el experto mencionó que el TEPC presenta malestares físicos como dolores musculares, diarrea, colon irritable, palpitaciones, depresión, dolores de cabeza, sentimientos de pánico y miedo, así como consumo excesivo de alcohol y uso de drogas, incluyendo analgésicos.
Para finalizar, detalló que para tratar este mal existen aspectos tanto físicos como psicológicos, por lo que se recurre a psicoterapia, EMDR (técnica que utiliza los movimientos del ojo para ayudar al cerebro a procesar los recuerdos traumáticos), terapia de grupo y medicación, entre otros.