En lugar de trabajar como el resto de las instituciones de los países civilizados, aquí nuestra burocracia cultural se acostó en pijamas en su hamaca, a comer donas y se les acabó la cuarentena y tienen decenas de asuntos pendientes.
En lugar de trabajar como el resto de las instituciones de los países civilizados, aquí nuestra burocracia cultural se acostó en pijamas en su hamaca, a comer donas y se les acabó la cuarentena y tienen decenas de asuntos pendientes.