Yucatán

Sufres alteración del sueño por confinamiento?… aquí unos consejos

El confinamiento en casa como estrategia para reducir la propagación del Covid-19, ha expuesto a millones de personas alrededor del mundo en una situación sin precedentes que incrementó los niveles de estrés, ansiedad, depresión y produjo alteraciones el sueño. Esta situación de contingencia y los factores que lo conllevan, provocó que personas que no tenían problemas de sueño ahora los presenten, y quienes ya tenían antecedentes, se agraven. El responsable del Laboratorio del Sueño de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Jesús Moo Estrella, explicó por qué es importante recuperar la calidad y cantidad de sueño en estos tiempos de contingencia. “El sueño mejora el funcionamiento del cerebro, dormir adecuadamente facilita el pensamiento analítico, el aprendizaje y la memoria, lo que en conjunto nos mantiene en buen estado de alerta para responder desde casa las demandas del trabajo en los adultos y de la escuela en los niños” afirmó. Un buen descanso nocturno, dijo, nos ayuda a ser más tolerantes a la frustración del confinamiento y más empáticos para el cuidado mutuo, evitando o reduciendo los sentimientos de depresión. En ese sentido, el especialista brindó algunas recomendaciones, para la sociedad en general: -Mantener un horario regular para acostarse y levantarse, la variación en fin de semana que no sea mayor a una hora. -En el día, puede darse breves tiempos programados para desestresarse, en los cuales puede hablar con alguien o escribir sobre los pensamientos que le generan estrés. -En la medida de lo posible use su hamaca y cama solo para dormir. Descolgar la hamaca, hacer la cama y no usarla de nuevo hasta la noche, permite asociar estos espacios con la relajación y el sueño. -Usar las redes sociales ayuda a reducir el estrés, sin embargo, no es recomendable hacerlo a la hora de dormir, el espacio de la cama y hamaca debe ser exclusivo para el sueño. -Limite la cantidad de tiempo que está expuesto a noticias sobre el Covid-19. -Hacer ejercicio regularmente, dos a tres veces por semana durante 30 a 40 min y tres a cuatro días en intensidad leve a moderado, en las primeras horas del sol o las últimas de la tarde, mejora significativamente la liberación de melatonina, que es la hormona que nos ayuda a iniciar el sueño. Esta rutina también nos ayudará a mejorar a mejorar la calidad del sueño. -Evite los estimulantes por la tarde noche como el café, té, chocolates, embotellados y refrescos con alto contenido de azúcar. Asimismo, Moo Estrella destacó que uno de los grupos profesionales más vulnerables en estos momentos a las alteraciones del sueño, son los profesionales de la salud, por lo que también brindó recomendaciones para ellos: -Programar en el día tiempos breves con sus colegas de confianza o miembros de la familia, para expresar sus emociones de estrés y preocupaciones sobre la situación laboral. -Limitar tanto como le sea posible el tiempo dedicado a las noticias sobre el Covid-19, y que no está relacionado con su situación laboral. -Ejercitarse regularmente en el tiempo libre, pero no cercano al horario para dormir o hacer una siesta. -Realizar comidas ligeras y en la medida de lo posible, en horarios fijos y dos horas antes de dormir, para evitar la interrupción del sueño debido a la digestión. -Si experimenta síntomas relacionados a la privación del sueño como: fatiga, irritabilidad, respuestas emocionales intensas, dificulta para concentrarse o tomar decisiones, informe a sus colegas y superiores y tome una siesta. Una siesta incluso corta puede ayudar a reducir estos síntomas.

México

Buscan desarrollar un dispositivo portátil de bajo costo para detección de COVID-19

Mediante la colaboración entre el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav), Unidad Monterrey, el Centro de Investigaciones en Óptica (CIO), Unidad Aguascalientes, y el Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C. (CICY), se permitirá crear dispositivo para detección de COVID-19. El antecedente de este proyecto inició con una colaboración —aún vigente— entre el CIO y el CICY, en conjunto con el Cinvestav, donde se estudia el desarrollo de cloroplastos mediante dispositivos con tecnología optofluídica. La optofluídica es una ciencia que fusionó la óptica y la microfluídica (esta última estudia el comportamiento de los fluidos a escala micromética). Con la aparición reciente del COVID-19 el equipo —integrado por los doctores José Luis García Cordero, del Cinvestav, Daniel Alberto May Arrioja, del CIO, y Luis David Patiño López, del CICY— consideró que la combinación de perfiles y conocimientos reunidos en este proyecto previo sobre microfluídica, les permitía aportar nuevas propuestas en la detección de dicha enfermedad. Esta prueba de detección estaría compuesta principalmente por un chip microfluídico que realizaría pruebas serológicas, sin necesidad de grandes cantidades de muestra y reactivos, con el objeto de detectar anticuerpos afines al virus en suero de pacientes que han sido infectados, incluso, asintomáticos y remisos. El dispositivo, el cual funciona como un “microlaboratorio” que controla flujos de muestras y reactivos y permite observar las reacciones a escala muy pequeña, podría arrojar resultados en 30 minutos. Sin duda, la parte medular del proyecto es la del Dr. García Cordero, quien ya ha probado exitosamente este tipo de microchips, aunque no para COVID-19. La microfabricación y funcionalización de biosensores se realiza en el Cinvestav, Unidad Monterrey, donde se cuenta con equipo de laboratorio para operar y controlar el chip, cuyos resultados se analizan con un microscopio de fluorescencia. Ahora, el reto consiste en sacar el desarrollo del laboratorio, haciendo un dispositivo portátil, de bajo costo, y llevarlo a los puntos de prueba pertinentes. En esta etapa es donde intervienen los doctores May Arrioja y Patiño López quienes, con la intención de prescindir del microscopio de fluorescencia, están abordando el reto desde dos caminos paralelos: el desarrollo de un esquema convencional de fluorescencia, pero a escala miniatura (CIO) y una microscopía de difracción cercana de los spots de fluorescencia (CICY). Ambas instituciones están instrumentando y controlando el chip mediante sistemas embebidos, que es un sistema electrónico que realiza funciones específicas en tiempo real. La pertinencia del desarrollo de esta tecnología se debe a que no existen dispositivos, al menos en México y menos para el COVID, para inmunoensayos que combinen las tecnologías propuestas. Además, el desarrollo podría ser replicable para detectar cualquier infección de tipo viral hoy y en el futuro (EGCL / Divulgación CICY).

Mundo

Hallan huesos de animales de la Edad de Hielo en un río de Rusia

Miembros de la Sociedad Geográfica Rusa y el Centro de Buceo de los Urales encontraron decenas de fragmentos de huesos de animales que datan de la Edad de Hielo en el fondo del rio Tobón (Kurgán, Rusia) durante una expedición conjunta que realizaron entre los pasados 22 y 24 de febrero. Los hallazgos más raros y valiosos fueron el diente de un rinoceronte, el sacro de un caballo y el húmero izquierdo y las costillas de un mamut.    

Mundo

Muere Katherine Johnson, la matemática que llevó a la humanidad a la Luna

«Si ella dice que son buenos, entonces estoy listo para ir», dijo el astronauta John Glenn, el primer hombre en orbitar la Tierra, de Katherine Johnson, la matemática afroamericana de la NASA que en 1969 llevó a cabo los precisos cálculos para que el Apolo XI aterrizara en la Luna y que falleció este lunes a los 101 años. «Nuestra familia de la NASA está triste al enterarse de la noticia de que Katherine Johnson falleció esta mañana a los 101 años. Era una heroína estadounidense y su legado pionero nunca se olvidará», escribió en su cuenta de Twitter el administrador de la agencia aeroespacial, Jim Bridesnstine. Eso se debe en parte a que, en una época en la que ser mujer y científica en EU ya presentaba sus propias dificultades, ella se enfrentaba además al desafío de ser afroamericana en un país en el que muchos estados tenían todavía vigentes las llamadas leyes Jim Crow, que buscaban perpetuar la segregación entre blancos y negros. Sin embargo y a pesar de todas las dificultades, mucho antes de llevar a la humanidad a la Luna, Johnson ya había superado muchas barreras. Brillantez y pericia con los números Nacida en 1918 en White Sulphur Springs, un pueblo del estado de West Virginia que en aquel entonces no superaba el millar de habitantes, su brillantez y pericia con los números la llevaron a ser aceptada en la escuela preparatoria del West Virgina State College, donde más tarde acabó siendo estudiante universitaria y donde en 1937 se doctoró con los honores más altos en Matemáticas. Ya en 1939, y después de ejercer de profesora en diversas escuelas públicas para negros, se convirtió en una de los tres primeros estudiantes afroamericanos en formar parte del alumnado de la Universidad de West Virginia, la más prestigiosa del estado. Años más tarde, se convirtió en una de las mujeres negras que formaban un equipo en el Centro de Investigación Langley para calcular la trayectoria de los primeros lanzamientos espaciales, unas operaciones que hoy hacen los computadores. Fueron sus cálculos los que ayudaron a que la misión Apolo XI llegara a buen puerto y a que Neil Armstrong pisara la Luna (1969), pero también los que fijaron la trayectoria del primer viaje al espacio de un estadounidense, Alan Shepard (1961). Cuando la Nasa empezó a usar computadores para la misión en que John Gleen orbitó la Tierra por primera vez (1962), le pidieron a Johnson verificar los cálculos de la máquina. A pesar de los años de anonimato al que Johnson y sus compañeras se vieron relegadas, el reconocimiento, aunque con retraso, llegó en 2015, cuando el entonces presidente de EU, Barack Obama (2009-2017), le entregó la Medalla Presidencial a la Libertad. En la ceremonia en su honor, el mandatario proclamó: “Katherine Johnson rechazó verse limitada por lo que esperaba la sociedad de ella por su sexo y raza mientras expandía los límites de la humanidad». Dos años más tarde, la NASA le dedicó un edificio en su honor en su sede en Langley (Virginia), la Instalación de Investigación Computacional Katherine G. Johnson. Su labor en la NASA fue durante años desconocida para el gran público, hasta la llegada de la película «Hidden Figures» («Figuras ocultas», 2016).