Mundo

Un fármaco contra la lepra, posible tratamiento contra Covid-19, según estudio

La clofamizina, un fármaco utilizado para tratar la lepra, es eficaz contra la infección causada por el SARS-CoV-2 en células humanas y hámsters, según un estudio publicado hoy en la revista Nature. La clofamizina es un medicamento seguro, que puede tomarse por vía oral y cuyo coste de fabricación es bajo, tres aspectos que le convierten en un candidato potencialmente atractivo para tratar al Covid-19. En el estudio, los investigadores, liderados por Sumit Chanda, virólogo del Sanford Burnham Prebys Medical Discovery Institute, La Jolla, California, analizaron la eficacia de este fármaco contra los coronavirus y descubrieron que era capaz de inhibir la replicación de dos de ellos (el SARS-CoV-2 y el MERS-CoV de Oriente Medio) en cultivos celulares humanas y de mono, y en tejido pulmonar humano. En un modelo de hámster infectado con el SARS-CoV-2, la administración de clofamizina antes o poco después de ser infectado redujo significativamente el número de partículas víricas halladas en los pulmones. Además, cuando este medicamento se administró junto al remdesivir, ambos fármacos actuaron de forma sinérgica en la reducción de la replicación viral. Una dosis baja de remdesivir combinada con clofamizina mejoró significativamente el control viral en el modelo de hámster, según el estudio. Los autores creen que la clofamizina podría ser un candidato atractivo para el tratamiento del SARS-CoV-2, del MERS y posiblemente de otros coronavirus, pero deberán probarlo en ensayos clínicos que confirmen su potencial como opción de tratamiento. Debe evitarse la automedicación.

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Comunidad científica aún busca desarrollar tratamientos específicos contra Covid-19

La covid-19 se ha extendido por todo el mundo provocando una pandemia con millones de personas infectadas y muertes. Actualmente, la comunidad científica está trabajando arduamente en el desarrollo de tratamientos específicos y para esto es importante comprender la respuesta de anticuerpos a la infección, dado que su producción es una parte importante de la respuesta inmune adaptativa. En este contexto, Alejandro Lagunas Rangel, estudiante de doctorado en el Departamento de Genética y Biología Molecular, publicó recientemente un artículo en la revista Immunobiology donde expone el tema de la inmunidad mediada por anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y destaca su participación en el uso del plasma de personas que transitaron por la enfermedad y la aplicación directa de anticuerpos como tratamiento. Dicha publicación se basa en explicar cómo ocurre el proceso de seroconversión; es decir, cuando una persona se infecta con el SARS-CoV-2, cómo se producen los anticuerpos durante y después del contagio. Los anticuerpos, proteínas que son secretadas por las células plasmáticas y se desarrollan para protegernos de agentes infecciosos, pueden ayudar a detener la infección viral mediante diferentes mecanismos que incluyen neutralizar el virus al reconocer epítopos o determinantes antigénicos en su superficie, bloquear la entrada o fusión del virus en la célula huésped, así como mejorar la actividad de otros componentes inmunes como los fagocitos y las células asesinas naturales. Los niveles de anticuerpos aumentan rápidamente entre los días siete y 10 después del inicio de los síntomas y alcanzan su punto máximo entre los días 17 y 19, y son detectables más allá del día 30, donde los niveles de IgM (anticuerpos de la respuesta primaria) comienzan a caer, mientras que los IgG (anticuerpos de memoria) se mantienen. “Lo que se ha reportado es que la concentración de anticuerpos en el suero de los pacientes ha mostrado una correlación negativa con los niveles de ARN viral, lo que sugiere que, colaboran para neutralizar y eliminar el virus; por eso se ha señalado el uso de plasma de pacientes convalecientes como una posibilidad de tratamiento para combatir la enfermedad grave, sin embargo, su eficacia aún no es clara y se requieren más estudios”, señaló Alejandro Lagunas. El tratamiento con plasma de convalecencia (una parte de la sangre), consiste en la administración pasiva de anticuerpos policlonales para proporcionar inmunidad inmediata y se ha utilizado anteriormente como tratamiento para algunos patógenos virales como el ébolavirus, el SARS-CoV y el MERS CoV. Sin embargo, en el caso del SARS-CoV-2, solo está recomendado para pacientes con enfermedad grave con el fin de tratar de salvar su vida. Es necesario señalar que el plasma también contiene otras moléculas como citocinas antiinflamatorias, factores de coagulación, anticuerpos naturales, defensinas y otras proteínas indefinidas obtenidas de donantes que pueden ayudar a los receptores. Para su administración, el donante debió contraer la infección pero ya no ser portador, tener altos niveles de anticuerpos, ser compatible con el receptor (preferentemente del mismo grupo sanguíneo) y se sugiere realizarse al día 14 después del inicio de los síntomas. El uso de plasma como tratamiento tiene ventajas, pues se suministrar directamente citocinas y anticuerpos que actúan inmediatamente, mientras que entre sus desventajas se encuentran reacciones febriles no hemolíticas, sobrecarga circulatoria asociada a transfusiones y reacciones alérgicas. Actualmente, la efectividad del plasma de convalecencia aún no está clara y no hay datos suficientes de ensayos clínicos bien controlados y con el poder estadístico adecuado para determinar en favor o en contra de su uso para el tratamiento de los pacientes con covid-19. “Recientemente, dado que no se puede producir plasma a gran escala, también se ha sugerido el uso de anticuerpos neutralizantes monoclonales como estrategia terapéutica y profiláctica. Estos anticuerpos se obtienen principalmente mediante la selección de anticuerpos neutralizantes de pacientes infectados con SARS-CoV-2 utilizando diferentes metodologías, aunque también se pueden diseñar con modelos bioinformáticos frente a antígenos específicos, para luego ser clonados e inducir su producción”, concluyó el estudiante del Cinvestav.

Reportajes

El uso de plásticos con “bisfenol” o BPA puede dañar el hígado, revela estudio

El impacto social y económico por afectaciones hepáticas en México ha ido en aumento los últimos años por cuestiones multifactoriales, entre las que se destacan las infecciones virales (hepatitis B y C), el consumo de alcohol, enfermedades metabólicas o hígado graso. Sin embargo, un estudio realizado en el Cinvestav ha detectado otro factor que afecta al hígado. El grupo científico encabezado por Arturo Ortega Soto, investigador del Departamento de Toxicología del Cinvestav, realizó un estudio en el que se observó cómo la exposición al bisfenol A (BPA), compuesto tóxico usado en la manufactura o derivados de algunos productos de plástico, provoca daño en la función hepática. “Cuando los recipientes de plástico con BPA se calientan, liberan la sustancia, la cual actúa como un disruptor endocrino que afecta la biología de la reproducción. Sin embargo, en años recientes se ha encontrado evidencia de que también afecta la función hepática”, explicó Ortega Soto. Los órganos del cuerpo mantienen una comunicación muy estrecha y cuando la exposición a BPA afecta la función hepática también causa daño en el cerebro, la clave de estas afectaciones se encuentra en los transportadores de aminoácidos. La estructura química de las membranas celulares y otros tejidos tiene un componente de lípidos que impide el paso indiscriminado de sustancias hacia el interior o exterior, eso depende de su tamaño o estructura química, entonces los aminoácidos, como el ácido glutámico o ácido aspártico (glutamato o aspartato), no son capaces de entrar libremente a las células. Estos aminoácidos funcionan como ladrillos con los que se construyen las proteínas, son biomoléculas que actúan en los tejidos, sus transportadores inmersos en las membranas celulares los reconocen y gracias a un gradiente de carga y de concentraciones se pueden introducir a la célula. Al introducirse a las células pueden ser utilizados en la síntesis de proteínas o bien participar en la comunicación celular como en el cerebro; en el que se instituyen como medio de comunicación entre las neuronas y sus demás componentes, como las células gliales. Pero ante la presencia de BPA, estos aminoácidos no cumplen con su función de manera adecuada y generan alteraciones en el hígado que terminan repectutiendo en la función cerebral ocasionando encefalopatía hepática. Diversas agencias ambientalistas reportan que una exposición de BPA en el rango de punto uno a punto cinco microgramos por kilogramo de peso de una persona, puede ser dañino. Entonces, un individuo con peso de 70 kilogramos, tendría 350 microgramos como límite para no observar daño. Estas cantidades se deben matizar porque los estudios de química sanguínea, como las realizados un laboratorio clínico, se observa la función hepática pero su análisis no es muy sensible ya que solo mide la función de enzimas importantes para el metabolismo del organismo en general como las transaminasas. En cambio, cuando se hacen estudios, como el reportado, se extrae el hígado al modelo de experimentación y mediante microscopía se observa el tejido y se analizan biomoléculas como los transportadores de aminoácidos, en zonas donde no se ven daños aparentes, se pueden identificar alteraciones en elementos clave en la comunicación del hígado con el cerebro; es un estudio más avanzado que implica medir parámetros del funcionamiento celular más sensibles. El periodo de exposición a BPA también se debe matizar porque no se presenta el mismo daño en un individuo en desarrollo que uno en edad avanzada (el sistema nervioso central termina de madurar los 20 años), por lo tanto, la presencia de este contaminante afecta al hígado, ahí se transforma y termina dañando al cerebro. “Con el estudio podríamos obtener un marcador que permita detectar en forma rápida y en etapas tempranas afectaciones al hígado por exposición al BPA, entonces si somos capaces de ofrecer a los médicos herramientas más sensibles que les proporcionen información, a nivel molecular, si ya empezó un daño a la función hepática se tendría un diagnóstico más certero y probablemente se prevendría el daño al sistema nervioso central”, sostuvo Arturo Ortega Soto. Los resultados de la investigación se publicaron en las revistas Journal of Biochemical and Molecular Toxicology y Frontiers in Neuroscience, cuyo el autor fue principal Catya Jiménez Torres, egresada del doctorado en Toxicología y quien actualmente realiza su estancia postdoctoral en la Universidad de Carolina del Sur

México

La pandemia de COVID-19 todavía no está controlada, advierte experto

Martha Anaya retoma las palabras del Dr. Alejandro E. Macías, médico e investigador de la Universidad de Guanajuato, sobre la pandemia de COVID-19 en México, quien considera que la enfermedad todavía no está controlada dentro del territorio. “Bien lo advierte el Dr. Alejandro E. Macías que la pandemia todavía no está controlada”, explica la periodista. Anaya explica que el experto advierte sobre “los cambios evolutivos” que se presentará el COVID-19, será como una especie de juego de “el gato y el ratón”, entre los avances científicos, las vacunas y el propio virus. “Con un poco de suerte y mucha ciencia seguramente lograremos vencerlo, pero esto llevará tiempo”, explica. Y sugiere seguir con todos los cuidados pertinentes que ha recomendado la Organización Mundial de la Salud (OMS) para frenar los contagios durante esta pandemia de COVID-19. Medidas para frenar la pandemia de COVID-19 Lávate las manos con frecuencia. Usa agua y jabón o un desinfectante de manos a base de alcohol. Mantén una distancia de seguridad con personas que tosan o estornuden. Utiliza mascarilla cuando no sea posible mantener el distanciamiento físico. No te toques los ojos, la nariz ni la boca. Cuando tosas o estornudes, cúbrete la nariz y la boca con el codo flexionado o con un pañuelo. Si no te encuentras bien, quédate en casa. En caso de que tengas fiebre, tos o dificultad para respirar, busca atención médica

México

En México operará un Centro de Investigación sobre el Envejecimiento, pionero en AL

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México la esperanza de vida ha ido en aumento y en 2019 fue de 75 años en promedio. Si bien, esto puede considerarse un aspecto positivo, es necesario considerar que con el envejecimiento las capacidades físicas y mentales de las personas se ven afectadas, lo cual contribuye a agravar algunas enfermedades o a la aparición de otras condiciones características de la edad avanzada. Para entender los procesos biológicos relacionados con el declive de las funciones del organismo durante el envejecimiento y contribuir a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, en el 2018 inició la planeación del Centro de Investigación sobre el Envejecimiento, señaló Ricardo Félix Grijalva, responsable técnico del proyecto. Este Centro, cuya construcción y equipamiento culminará a finales de octubre de 2021, fue concebido para abordar el envejecimiento desde el enfoque de la biología celular y molecular, generando conocimiento que pueda trasladarse, a través de las ciencias médicas, al tratamiento de los pacientes geriátricos e incidir, no sólo en el aumento de la esperanza de vida, sino en la calidad de la misma. Lo anterior, en especial porque los datos del Censo de Población y Vivienda 2020, del INEGI, indican que en México el 12 por ciento de la población tiene 60 años o más, siendo la capital la entidad con mayor proporción de este grupo de personas. El Centro de Investigación sobre el Envejecimiento es financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (Sectei), la construcción está ubicada en la Sede Sur del Cinvestav. El proyecto general consta de tres etapas, en la primera se hizo la planeación arquitectónica y los trámites para poder iniciar su construcción, a la par fue conformado el plan estratégico, es decir, todo lo relacionado con la investigación a desarrollar dentro del campus. La segunda fase, la cual está cerca de culminar, es la construcción del inmueble, un edificio de cinco pisos que contará con 25 laboratorios; la etapa con la que se completará el proyecto es el equipamiento del inmueble. La fecha tentativa de entrega del edificio equipado es para los últimos días del mes de octubre de 2021 y se espera que a más tardar a principios del 2022 el Centro ya esté operando, mencionó Ricardo Félix. Acerca de la plantilla científica que alojará el Centro, dijo, va a estar constituida por 25 investigadores, de los cuales 13 laboran actualmente en el Cinvestav y sus temas de estudio están relacionados con el envejecimiento celular y molecular, o con las enfermedades que afectan comúnmente a los adultos mayores, entre ellas Alzheimer y Parkinson. La otra parte será cubierta con la contratación de investigadores que realicen trabajo acerca del envejecimiento desde el enfoque ya mencionado, pero también con especialistas de otras instituciones que van a ser albergados en el Centro, pero mantendrán su adscripción original. La idea es agrupar a los investigadores que trabajan estos temas a fin de potenciar sus áreas de conocimiento y propiciar la colaboración entre ellos. A esto también contribuirá la ubicación del Centro, al sur de la capital, ya que en los alrededores están los Institutos Nacionales de Salud, lo cual facilitará el desarrollo de proyectos multidisciplinarios. En cuanto a la formación de recursos humanos, se tiene contemplado un programa de maestría y otro de doctorado en gerociencia, y se buscará estén inscritos en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Conacyt. La investigación realizada en este Centro complementará los esfuerzos llevados a cabo en diversas instituciones académicas y universidades del país, y con ello se logrará la creación de una red de especialistas en el tema, destacó Ricardo Félix. Finalmente dijo que una vez listo, el Centro de Investigación sobre el Envejecimiento será pionero en Latinoamérica, y que espera pronto se convierta en un referente en cuanto al estudio de los procesos y mecanismos involucrados en el envejecimiento celular.

Yucatán

Científicos del CICY detectan al SARS-CoV-2 en aguas residuales en Q. Roo

Científicas y científicos de la Unidad de Ciencias del Agua del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), realizaron estudios en las aguas residuales en zonas urbanas de Quintana Roo y determinaron una metodología para detectar el SARS-CoV-2 en el agua residual en las plantas tratadoras de esta zona, encontrando concentraciones desde 100 hasta 7,500 copias del genoma del SARS-CoV-2 por litro. La líder de este proyecto e investigadora del CICY,  Cecilia Hernández Zepeda, explicó que esta metodología de epidemiología por agua residual se ha usado en otros países y permite poder tomar acciones de forma oportuna dependiendo la incidencia del SARS-CoV-2 en las aguas residuales de una comunidad, ya que las altas concentraciones del virus en el agua se deben a la alta incidencia de casos de COVID-19 en personas infectadas por el virus. “Esta técnica tiene ciertas ventajas ya que se puede calcular cuántas personas están infectadas en una población sin tener que muestrear a cada persona en toda una comunidad; esto permite tener una respuesta rápida, económica y eficiente para los tomadores de decisiones”, señaló. La Dra. Hernández Zepeda dio a conocer que estos estudios realizados por el CICY se efectuaron en aguas residuales, en aguas subterráneas y en descargas de aguas subterráneas en zonas costeras (mayormente en la zona urbana de Cancún, además de Puerto Morelos y Solidaridad), donde únicamente se encontró presencia del virus en el agua residual. Es decir, que el RNA del SARS-CoV-2 aún no se encuentra en los cenotes o zonas costeras, asimismo puntualizó que aún no se ha encontrado ni comprobado que el agua residual o tratada sea un canal de infección para las personas. La científica indicó que estos estudios se pueden realizar en el agua residual ya que el SARS-CoV-2 puede replicarse en células epiteliales del intestino de las personas infectadas. Ello significa que el virus es excretado en las heces de los pacientes sintomáticos o asintomáticos, posteriormente estas excreciones llegan al drenaje y finalmente a las plantas de tratamiento, desde donde se aplican técnicas como RTq-PCR (similar a la prueba que se utiliza para la detección del virus en humanos). “Se utilizaron cuatro métodos ya publicados y probados, que se basan en reducir la muestra eliminando sólidos y concentrar las partículas virales obtenidas de las muestras de agua, las realizadas por el CICY fueron eficientes para detectar el RNA del SARS-CoV-2 en aguas residuales”, detalló. Finalmente reconoció la colaboración de Aguakan, así como al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que financió la investigación (JCDO / Divulgación CICY).

Mundo

Fármaco oral contra el Covid19 con resultados prometedores

El gigante farmacéutico Merck, en compañía de una laboratorio estadounidense, dieron a conocer un fármaco oral contra el Covid-19, cuyos resultados fueron positivos en la reducción de la carga viral. A finales de enero, Merck interrumpió su trabajo sobre dos vacunas contra el Covid-19, para investigar dos tratamientos contra la enfermedad, incluido el molnupiravir, desarrollado por la empresa estadounidense Ridgeback Biotherapeutics A través de un comunicado, Wendy Painter, directora de medicamentos de Ridgeback Bio, señaló que los resultados son alentadores: “Sabiendo que existe una necesidad insatisfecha de tratamientos antivirales para el Sars- CoV2, estos resultados preliminares nos alientan”. La segunda fase de la prueba, realizada en 202 pacientes extrahospitalarios con Covid-19, arrojó que este medicamento redujo de manera significativa la carga viral en los pacientes después de cinco días de tratamiento. De acuerdo con el laboratorio, no hubo alerta en cuestión de seguridad, pues “de los cuatro incidentes graves reportados, ninguno fue considerado en relación con el fármaco estudiado”. Por su parte, William Fischer, uno de los directores de la investigación y profesor de medicina de la Universidad de Carolina del Norte, aseguró que los resultados son favorecedores: “Si se refuerzan con estudios adicionales, podrían tener importantes consecuencias en términos de salud pública, ya que el virus continúa propagándose y evolucionando en el mundo”. A la par, Merck se encuentra trabajando en un tratamiento llamado MK-711, cuyos resultados muestran una reducción de más del 50% en el riesgo de muerte o insuficiencia respiratoria en pacientes hospitalizados.

Noticias Reportajes

Estudian impacto de cambiar el uso del suelo en diversos microorganismos

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la superficie agrícola en el país ha ido en aumento y en el periodo 2007-2011 alcanzó cerca de 124 mil hectáreas. Aunque la transformación de la cubierta vegetal original es una de las principales amenazas para los ecosistemas terrestres, no se tiene suficiente información de cómo afecta la composición, la diversidad y las funciones de los microorganismos presentes en el suelo. Las comunidades de hongos, bacterias, arqueas y virus del suelo participan en el reciclaje de nutrientes, la dinámica de la materia orgánica, el mantenimiento de la fertilidad del suelo, entre otros procesos. Si bien, el cambio de la cubierta vegetal es una de las actividades humanas que más modifican la diversidad de los seres vivos en los ecosistemas naturales, el impacto depende del tipo de ecosistema original y del manejo que se le dé. Un estudio en el que participó Luc Dendooven, adscrito al Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav, y Yendi Navarro Noya, egresada de esta institución, analizó las alteraciones en la diversidad de algunos microorganismos del suelo (bacterias, arqueas y virus) cuando un bosque de montaña de encino y uno de pino-encino fueron transformados en cultivos de maíz. Este trabajo da pauta a evaluar si la productividad de estos cultivos de maíz es equivalente a los beneficios que ofrecen los bosques templados de alta montaña y los organismos que los habitan, entre ellos, los microorganismos del suelo, explicó Yendi Navarro, quien actualmente está adscrita a la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Los resultados obtenidos, a partir de la secuenciación masiva del ADN (ácido desoxirribonucleico) presente en las muestras recolectadas, indicaron que los grupos de microorganismos fueron afectados de manera distinta. La diversidad de arqueas se mantuvo, mientras que la de bacterias disminuyó más de la mitad tras la conversión de los dos tipos de bosque. En el caso de los virus, se estudiaron principalmente a los que infectan a bacterias, llamados bacteriófagos, y aunque la diversidad de las bacterias decreció, se encontró una mayor diversidad viral en los suelos arables en comparación con los forestales. De acuerdo con Yendi Navarro, lo anterior indica que es necesario investigar más acerca de los bacteriófagos y los factores que afectan su dinámica en el suelo. Como parte de la investigación también se analizó si hubo pérdida o cambio de funciones potenciales por parte de los microrganismos; es decir en la diversidad de genes o diversidad funcional, y los datos indicaron que ésta se redujo hasta en un 25 por ciento cuando cambia el uso de suelo y disminuyen las comunidades de bacterias. Entre las implicaciones de los resultados, publicados en la revista en línea Environmental microbiology reports, está que la transformación de los boques templados de alta montaña puede impactar en los procesos que llevan a cabo los microorganismos del suelo, y esto a su vez llevar a la baja productividad del cultivo, en especial si es de uso intensivo, como ocurre con el maíz. En cuanto a la metodología de la investigación, consistió en tomar muestras del suelo dentro del Parque Nacional la Malinche, ubicado en los estados de Tlaxcala y Puebla, tanto de los dos tipos de bosque como de las áreas transformadas en cultivo de maíz. En el laboratorio se extrajo y se secuenció el ADN total de las muestras a fin de identificar el material genético de las bacterias, arqueas y virus presentes en el bosque de encino, de pino-encino y en las áreas convertidas en cultivo y a la par determinar las funciones potenciales, representadas por genes, que los microorganismos pueden estar llevando a cabo en el suelo. Luc Dendooven señaló que, si bien, los bosques evaluados están dentro del Parque Nacional la Malinche, este es uno de los esfuerzos realizados por varios grupos de investigación para entender mejor los suelos de los bosques del Eje Volcánico Transversal, el cual atraviesa diversos estados incluidos Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Guerrero, Jalisco, Nayarit y la Ciudad de México. Finalmente, el investigador del Cinvestav resaltó la importancia de continuar estudiando a los microorganismos del suelo y los procesos en los cuales están involucrados, por ejemplo, la fijación de nutrientes (como nitrógeno, hierro y fósforo) necesarios para el desarrollo de las plantas o el secuestro de carbono atmosférico.

Yucatán

Designan a Julia Guadalupe Pacheco recipiendaria del reconocimiento Consuelo Zavala 

En la comisión de postulación del Reconocimiento “Consuelo Zavala Castillo”, sus integrantes aprobaron por unanimidad otorgar dicho premio a la Doctora Julia Guadalupe Pacheco Ávila, propuesta por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), por su desempeño en el área de la ciencia. La presidenta de la comisión, Janice Escobedo Salazar (PRI) reconoció la participación activa para la presentación de tres propuestas de mujeres con trayectoria destacada, para ser candidatas a este reconocimiento que destaca la memoria de las féminas en el ámbito de la cultura, ciencia, educación y su lucha a favor de sus derechos. Al leer la Convocatoria, la diputada Milagros Romero Bastarrachea reiteró que dicho galardón se otorga para destacar el desempeño de la mujer “en el área de la cultura o la ciencia o la educación o la lucha para promover los derechos de las mujeres”, es decir, en uno de los requisitos, no uno en específico. Además, la diputada de Morena, Fátima Perera Salazar, aclaró que la Comisión de Postulación hizo un trabajo responsable y consciente al revisar cada uno de los currículos, por lo que “la Convocatoria es clara, en esta ocasión la doctora Julia es merecedora de este Reconocimiento por el simple hecho de destacarse en el campo científico”.  

Reportajes

Tecnología ARN aplicada a vacunas contra el Covid rompe paradigmas y abre nuevas posibilidades

El proceso para el desarrollo de una vacuna requiere años de investigación; sin embargo, en el 2020 en un tiempo récord se lograron producir diferentes vacunas contra el nuevo coronavirus, incluidas las basadas en ácidos nucleicos (ADN o ARN, moléculas portadoras de las instrucciones genéticas), tecnología que por primera vez ha sido autorizada para su uso en humanos. Las vacunas reducen de manera significativa el riesgo de contraer infecciones, ya que preparan al sistema inmune para reconocer y combatir distintos patógenos como virus, bacterias y protozoarios parásitos. La tecnología más utilizada para crear vacunas contra distintos virus consiste en emplear al patógeno debilitado o atenuado para que se produzcan anticuerpos capaces de neutralizar la infección y también células del sistema inmune encargadas de identificar y eliminar al agente invasor o a las células afectadas, explicó Jaime Ortega López, investigador del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav. En el caso de las vacunas contra covid-19 desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna, que han mostrado una eficacia superior al 94 por ciento en los ensayos clínicos de la fase tres, usan instrucciones genéticas, en forma de ARNm (ácido ribonucleico mensajero), para producir la proteína espiga a través de la cual el nuevo coronavirus se une y entra a las células humanas, y así generar una respuesta inmune sin necesidad de utilizar al agente infeccioso. En estas vacunas el ARN mensajero sintético, es decir la parte del código genético viral encargada de producir la proteína espiga, está protegido de la degradación de las ribonucleasas, enzimas que participan en varios procesos fisiológicos, por cápsulas nanométricas de moléculas grasas conocidas como liposomas. Tras la aplicación de la vacuna por vía intramuscular, las cápsulas nanométricas entran en contacto con varias células humanas, permitiendo la entrada del ARN mensajero para que la maquinaria celular sintetice la proteína viral, y sin causar la infección, ayudar al sistema inmune a reconocer al patógeno cuando se enfrente a él de forma natural. Cabe destacar que los liposomas son poco estables a temperatura ambiente, y a fin de que puedan mantenerse y proteger al ARN mensajero, dichas vacunas requieren temperaturas muy bajas para su conservación, de hasta 70 grados bajo cero. Una de las ventajas de la tecnología de ácidos nucleicos para el desarrollo de vacunas, es que si se conoce la secuencia encargada de producir la proteína que despierta la respuesta inmune, en este caso la espiga (ubicada en la superficie del virus y que le da su forma de corona), es posible reproducir dicho fragmento del gen en el laboratorio en un corto tiempo. En cuanto al impacto de la aprobación, total o de emergencia, para uso humano de las vacunas de ARN mensajero, Ortega López resaltó, contribuirá a optimizar los procesos de producción y reducir los costos. Por lo que se puede esperar que estas metodologías pronto sean aplicadas a otras infecciones virales y bacterianas, a padecimientos desatendidos como la enfermedad de Chagas, así como al cáncer y en terapia génica. La vacuna contra el coronavirus de Pfizer-BioNTech, que se aplica en dos dosis, fue la primera autorizada para su uso de emergencia por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Actualmente, está aprobada por las agencias reguladoras correspondientes de Baréin, Brasil, Arabia Saudita, Nueva Zelanda y Suiza, y para su uso de emergencia en más de 30 países, incluido México. En el caso de la vacuna de Moderna, también de dos dosis, es la segunda en ser autorizada para su uso de emergencia por la FDA, y está aprobada en Suiza, y para su utilización de emergencia en Canadá, la Unión Europea, Islandia, Israel, Mongolia, Reino Unido, Catar, Singapur, Noruega y Estados Unidos.