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Vera Tiesler comparte con universitarios nuevas interpretaciones bioarqueológicas

La doctora Vera Tiesler, especialista en paleopatología, bioarqueología y tafonomía, impartió la conferencia magistral “Diversidad, territorio y cultura en el este mesoamericano prehispánico: nuevas interpretaciones bioarqueológicas” a estudiantes de Ciencias Antropológicas de universidades de Campeche, Zacatecas, Guatemala y Yucatán. Tiesler, profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores, compartió los resultados de estudios interdisciplinarios que, a partir del análisis de restos humanos, permiten reconstruir aspectos de la vida cotidiana, la movilidad y la identidad de las poblaciones mesoamericanas. Entre los temas destacados habló sobre las modificaciones craneales y dentales como prácticas culturales que reflejan identidad social, étnica y de linaje. Asimismo, relató los hallazgos del proyecto “Hoyo Negro”, en Tulum, donde se descubrieron restos humanos de más de 13 mil años de antigüedad junto con especies de megafauna, constituyendo una “cápsula del tiempo fascinante” para el conocimiento del poblamiento temprano de América. “Lo que buscamos con la bioarqueología es dar rostro humano al pasado profundo, entendiendo las trayectorias de vida de hombres, mujeres, niños y líderes, así como las redes de movilidad y conectividad que caracterizaron a Mesoamérica”, subrayó Tiesler. Vera Tiesler tiene una trayectoria académica que incluye más de 200 artículos y capítulos de libros, así como la autoría y edición de decenas de obras en español e inglés. Su trabajo ha sido reconocido con diversos galardones, entre ellos la medalla Alfonso Caso y dos premios nacionales del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Durante su ponencia, la investigadora recordó también su vínculo con Yucatán, al cumplirse cuatro décadas desde su primera visita a la península y destacó la importancia de espacios como los encuentros con estudiantes que “celebran la antropología y la interdisciplina, y permiten el encuentro de estudiantes, investigadores e instituciones de distintas partes de México y el extranjero”. El evento concluyó con un espacio de diálogo, en el que estudiantes y asistentes formularon preguntas sobre poblamiento temprano, contacto cultural y prácticas rituales, recibiendo respuestas que invitaron a reflexionar sobre la diversidad y complejidad de las sociedades prehispánicas.

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Gobierno y ciencia, aliados en la prevención de desastres por huracanes

Sitios de la UADY y el ENES de la UNAM ofrecen información confiable sobre estos fenómenos meteorológicos. Mencionados en el Popol Vuh como parte de las divinidades creadoras y reconocidos por la cultura taína como deidad de la tempestad, los huracanes son símbolos de la fuerza de la naturaleza en el Caribe. En Yucatán, además de formar parte de su historia y memoria colectiva, también representan un campo de estudio constante y de políticas públicas enfocadas en la prevención de desastres. “Entre junio y noviembre, la Península de Yucatán es escenario potencial de estos gigantes atmosféricos que, aunque representan riesgos por sus vientos e inundaciones, también cumplen una función ambiental al recargar el manto acuífero y equilibrar la temperatura de los océanos”, explicó Georgina Elizabeth Carrillo Martínez, responsable del Centro Meteorológico del Campus de Ingeniería y Ciencias Exactas de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY). La especialista, quien también dirige el Laboratorio de Hidráulica e Hidrología de la Facultad de Ingeniería, subrayó que el monitoreo atmosférico permite anticipar con precisión la categoría y trayectoria de estos fenómenos, lo que brinda a la ciudadanía la oportunidad de prepararse y tomar precauciones. “Para que los huracanes no nos agarren descuidados, debemos estar informados a través de los reportes oficiales del Gobierno del Estado y los municipios, y evitar exponernos en situaciones de riesgo”, señaló. Carrillo Martínez advirtió que el cambio climático ha intensificado los ciclones, que hoy alcanzan categorías 4 o 5 con vientos superiores a 281 kilómetros por hora, liberando una energía comparable a la de una bomba atómica. Recordó los casos de Gilberto en 1988 e Isidoro en 2002, ambos con graves afectaciones para la Península, y que dejaron la enseñanza de que estos fenómenos no siempre siguen trayectorias predecibles. La Coordinación Estatal de Protección Civil (Procivy) informó que, en lo que va de la temporada, se han formado seis sistemas tropicales y 29 ondas, todas sin riesgo directo para Yucatán, aunque se anticipan tormentas y huracanes de mayor intensidad. También dio a conocer que la próxima temporada invernal 2025-2026 traerá 19 frentes fríos a la región y, aunque habrá amaneceres fríos, se espera un invierno más cálido debido al fenómeno “La Niña”. La población puede consultar información actualizada en el Centro Meteorológico de la UADY y en el micrositio de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la UNAM “Ciencia y climatología a tu alcance”. Gracias a la investigación académica y a la cultura de prevención, Yucatán enfrenta cada temporada con más herramientas. En este esfuerzo, parte de la política de prevención del Renacimiento Maya pone al centro el bienestar de la población. De igual forma, la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) contribuye con contenidos de divulgación en programas como Somos Ciencia e Ingenio Viral, disponibles en sus redes sociales, para acercar a niñas, niños y a la ciudadanía en general el conocimiento científico sobre estos fenómenos naturales.

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Analizan impacto de nanopartículas en los cultivos de maíz

Temas como el cambio climático, la sobreexplotación de recursos naturales y el acceso a nueva tecnología son alguno de los principales retos a los que se enfrenta el campo nacional para apuntalar la soberanía alimentaria del país; sobre todo, en cultivos considerados de gran importancia en la dieta del mexicano, entre los que figura el maíz. Una de las alternativas emergentes con amplias expectativas es el uso de nanotecnología, con la cual se espera mejorar la producción de los cultivos. En ese sentido, por más de una década, Fabián Fernández Luqueño, investigador del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav, ha analizado el uso de nanopartículas como alternativa o adyuvantes a los fertilizantes comerciales. En uno de sus más recientes artículos publicado en la revista científica Chemosphere, analiza el impacto de nanopartículas de hierro en el cultivo del maíz y en los organismos del suelo de cultivo, sobre todo en las lombrices que, como es sabido, mantienen la salud del suelo. “El uso de nanomateriales en el campo tiene mucho potencial, sobre todo aquellos sintetizados con base en algunos elementos benéficos para las plantas, como es el caso del hierro que, al ser aplicados en nanopartículas, incrementa la biodisponibilidad en el suelo y aumenta tanto la absorción como el transporte del compuesto en la planta”, explicó Fernández Luqueño. Si bien el uso de nanomateriales en el campo ha encontrado detractores al especular toxicidad para los organismos del suelo, el investigador del Cinvestav aclara que las alteraciones provocadas en el suelo son a corto plazo, siempre que las nanopartículas adecuadas (en función de tamaño, composición, cristalinidad, entre otras características) sean aplicadas de forma correcta y en concentraciones ideales, pues los suelos son bastante resilientes, es decir, tienen la capacidad de regresar a su estado normal en un breve periodo. De manera particular, en la investigación encabezada por Fernández Luqueño sobre el uso de las nanopartículas de hierro (hematita y magnetita de hierro) en cultivos de maíz, señala que las plantas tuvieron un mejor rendimiento a partir de la adición de 100 o 400 miligramos de nanopartículas de hierro por cada kilogramo de suelo seco. “Vimos un incremento en la actividad fotosintética de la planta. Sobre todo, en los pigmentos fotosintéticos y variables en planta, por ejemplo, peso seco y fresco a fin de determinar la cantidad de biomasa, donde vimos una mejora. Sin embargo, también percibimos una afectación en el número de lombrices adultas que habitaban en el suelo de cultivo”, señaló. En el caso de los efectos a las lombrices, aclaró que solo se identificó menor cantidad de individuos adultos, aunque también se contabilizaron mayor número de lombrices jóvenes, refiriendo que las nanopartículas de hierro no exterminan a la población de esos animales. El estudio fue realizado durante 110 días en condiciones controladas de invernadero, con muestras de suelo y plantas otorgadas por la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, en Saltillo, Coahuila. A decir de Fabián Fernández Luqueño, la aplicación comercial de nanotecnología en el campo aún precisa más estudios que ayuden a sustentar una normatividad de su uso, pero los resultados de este tipo de investigación prevén su factibilidad como una alternativa, en aras de contribuir a mejorar la productividad del campo nacional.

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Universidades y tecnológicos: semilleros de ciencia con impacto local

Inicia el programa Investigadoras e Investigadores por Yucatán con 28 proyectos respaldados por la Secihti. La primera generación de 28 proyectos del programa Investigadoras e Investigadores por Yucatán, de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) inició sus cursos propedéuticos, consolidándose como semilleros del talento científico con impacto social. Un ejemplo de estas iniciativas, emanadas de universidades, tecnológicos y escuelas normales, es el trabajo de Glendi del Rosario Uh Zapata, de la Universidad Tecnológica del Poniente. Ella busca diseñar y construir un invernadero inteligente para la jícama de Maxcanú, con sensores, aplicaciones móviles, web e Inteligencia Artificial. El sistema permitirá replicar las condiciones del suelo y clima en otras regiones, sin perder calidad en el cultivo. “Este programa nos permite superar limitaciones y transformar las ideas en soluciones concretas. La ciencia no se queda en el papel, sino que se vincula con los estudiantes y con la comunidad”, dijo Uh Zapata. Su historia es una de las 28 que lo integran y que buscan convertir a Yucatán en un referente de investigación con propósito social. Las investigaciones están encabezadas por docentes en activo que, además de su labor académica, han decidido impulsar soluciones desde la investigación aplicada. Su participación refleja la inquietud de quienes forman nuevas generaciones y, al mismo tiempo, ahora cuentan con apoyo institucional para llevar sus propuestas más allá del aula y ponerlas al servicio de la comunidad. Durante la inauguración, la secretaria Geovanna Campos Vázquez indicó que este esfuerzo se enmarca en las directrices del Renacimiento Maya para impulsar el desarrollo local. “El Gobernador Joaquín Díaz Mena nos ha expresado que desea que el conocimiento tenga un impacto real. Estamos generando ciencia, pero una ciencia que aporte a la sociedad y contribuya a resolver los problemas de nuestro entorno”, señaló. La funcionaria detalló que cada proyecto tendrá una duración de 21 meses y contará con el acompañamiento del Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico del Estado de Yucatán (Siidetey). El respaldo incluye infraestructura, asesoría técnica y vinculación con investigadoras e investigadores en activo, consolidando a Yucatán como un polo de conocimiento en el sureste. Por su parte, Paulina Bautista Cupul, directora de la Escuela Normal “Juan de Dios Rodríguez Heredia”, de Valladolid, destacó el valor de este respaldo institucional. “Los directivos tenemos la responsabilidad de generar condiciones para que el potencial de los investigadores florezca. Su vocación genuina es clave para el desarrollo social y económico de nuestro estado”, afirmó. Las investigaciones seleccionadas abarcan temas de gran relevancia comunitaria, entre ellas la preservación del maíz nativo, el fortalecimiento de la apicultura y la avicultura, la innovación en el aprendizaje de matemáticas con realidad virtual, la revitalización de la lengua maya y la atención a la salud mental mediante expresiones artísticas y culturales. Con este arranque, Yucatán avanza hacia un modelo científico y tecnológico que pone el conocimiento al servicio de la sociedad. El curso propedéutico se convierte así en un puente entre la academia y la comunidad, garantizando que la investigación sea una herramienta tangible para el desarrollo y el bienestar colectivo.

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Gobierno del Estado impulsa y protege el ingenio yucateco

La Secihti organizó el Taller Integral de Innovación, Propiedad Intelectual y Comercialización Tecnológica, que reunió a emprendedoras y emprendedores de Mérida, Oxkutzcab, Tixkokob y Espita. Yucatán es cuna de grandes talentos que desarrollan bienes y servicios, como es el caso del chef Edwin Alberto Medina Ac, quien busca dignificar la apicultura con productos gourmet de miel, propóleo e hidromiel, lo que lo motivó a participar en el Taller Integral de Innovación, Propiedad Intelectual y Comercialización Tecnológica, organizado por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti). La capacitación, realizada en coordinación con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y la Universidad Anáhuac Mayab, reunió a 62 personas de Mérida, Oxkutzcab, Tixkokob y Espita que, como Edwin, conocieron las herramientas necesarias para proteger sus marcas, patentes, diseños industriales y modelos de utilidad, impulsando así la transferencia tecnológica. “Este curso me ha servido para colocar la metodología adecuada y abrir mi panorama en la parte de investigación y poder guiar a mi equipo de trabajo. Me han servido mucho las herramientas que me han enseñado para aterrizar mis ideas. Estoy muy entusiasmado de saber en qué otros cursos gratuitos podremos participar”, compartió Medina Ac, quien junto con su madre tiene una comercializadora llamada Goournectar, a la par que asesora otras iniciativas de ecoturismo. Al respecto, la titular de la Secretaría, Geovanna Campos Vázquez, aseguró que proteger la creatividad y las invenciones significa abrir camino al desarrollo económico y social de Yucatán. “El Gobernador Joaquín Díaz Mena ha señalado que el Renacimiento Maya debe ir de la mano de la ciencia y la innovación. Detrás de cada marca o patente está el esfuerzo de nuestra gente”, sostuvo. Desde el auditorio “Julieta Fierro” de la dependencia, se abordaron temas como la ruta de la investigación al mercado, el impulso al emprendimiento mediante propiedad industrial, la evaluación de proyectos con métricas internacionales y el Modelo de Estocolmo (KTH) de Innovación, que se está adaptando al contexto local para hacer más eficiente la transferencia tecnológica en la entidad. En su oportunidad, Mayra Patricia Mendoza Urcelay, directora Divisional de Protección a la Propiedad Intelectual del IMPI Sureste, explicó que es importante impulsar la protección industrial para poder salir al mercado y potenciar Yucatán en el ranking de innovación a nivel nacional. Asimismo, hizo énfasis en la estrecha relación que se construye con la Secretaría para promover estos temas. Por último, se invitó a la comunidad académica, personal docente, alumnado y gente con algún emprendimiento a sumarse a sus próximas actividades, entre ellas el Seminario de Propiedad Intelectual y el programa de Fortalecimiento, disponibles en formato virtual, donde se brindan asesorías y se resuelven dudas sobre invenciones y derechos de autor. La siguiente sesión se llevará a cabo el próximo 26 de septiembre y abordará el tema “Inteligencia Artificial y ciberseguridad”. Para conocer más detalles sobre esta y otras actividades, se puede consultar el sitio oficial ciencia.yucatan.gob.mx o seguir las redes sociales oficiales de la Secihti.

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Cinvestav desarrolla vehículos aéreos no tripulados más eficientes y seguros

Estos prototipos diseñados con despegue y aterrizaje vertical, ofrecen soluciones para inspección, monitoreo y transporte en entornos difíciles. El uso de drones ha crecido de manera exponencial en todo el mundo gracias a sus aplicaciones que abarcan desde la vigilancia y el monitoreo ambiental, hasta la agricultura de precisión, la inspección industrial y la entrega de suministros en lugares de difícil acceso. Sin embargo, muchas de estas operaciones aún enfrentan limitaciones técnicas importantes. Los drones multirrotor (los más comunes), aunque maniobrables y capaces de despegar en vertical, consumen mucha energía y tienen poca autonomía; mientras que los de ala fija, de aspecto similar a los aviones y diseñados como la mayoría de las aeronaves, son más eficientes en vuelo, requieren pistas para despegar y aterrizar. Esta disyuntiva ha motivado el desarrollo de soluciones híbridas que combinen lo mejor de ambas características. Por ello, un equipo liderado por Eduardo Steed Espinoza Quesada, investigador del Posgrado en Sistemas Autónomos de Navegación Aérea y Submarina (SANAS), del Cinvestav, propuso resolver este dilema con un enfoque innovador. Su proyecto se centra en diseñar y evaluar vehículos aéreos eléctricos no tripulados de vuelo híbrido (conocidos como H-VTOL, por sus siglas en inglés), que pueden despegar y aterrizar de forma vertical como los helicópteros, pero también realizar vuelo horizontal de largo alcance semejante al avión, con una mayor eficiencia energética y seguridad operativa. “El propósito de este trabajo fue explorar las ventajas de integrar la propulsión eléctrica distribuida (DEP) con rotores canalizados que aumentan el empuje (una combinación tecnológica poco explorada hasta ahora en aeronaves híbridas) para mejorar el rendimiento durante las fases de despegue, vuelo estacionario y transición al vuelo de ala fija”, señaló Juan Manuel Bustamante Alarcón, posdoctorante en el programa. El desarrollo de esta investigación partió de una configuración de ala voladora, equipada con dos rotores integrados dentro de su superficie y un sistema de rotores frontales abatibles. Esta configuración permite al vehículo cambiar de modo multirrotor a modo avión de manera suave y controlada. Para validar su propuesta, el equipo construyó dos prototipos: el XEVTOL-2FNW y el XEVTOL-4FNW, con cuatro y seis rotores, respectivamente. Su fuselaje está compuesto por un cuerpo central del que se extienden dos alas ligeramente inclinadas hacia atrás; en la parte media superior una cubierta que deja visibles algunos componentes electrónicos; mientras que en las alas y parte frontal se distribuyen varias hélices protegidas por anillos. Ambos modelos fueron sometidos a pruebas de vuelo al aire libre y ensayos en túnel de viento para comparar el rendimiento de los sistemas de propulsión con y sin conducto. Los resultados fueron comprometedores, el uso de rotores canalizados permitió incrementar el empuje en un 35 por ciento respecto a los rotores convencionales, lo que se traduce en un mayor rendimiento, generando más sustentación con menos consumo de energía eléctrica. Además, el prototipo de seis rotores (XEVTOL-4FNW) demostró ser 16 por ciento más eficiente energéticamente que su contraparte. Esta mejora se debe a una distribución del peso entre motores, característica esencial del sistema DEP, que no solo optimiza la potencia, sino que también aumenta la seguridad operativa al ofrecer redundancia en caso de fallos. Los ensayos en túnel de viento se realizaron con modelos a escala 1:2, ajustados a las condiciones reales de vuelo, lo que permitió evaluar el impacto aerodinámico de los rotores incrustados en el ala durante el vuelo horizontal. Aunque se observó una ligera reducción en la sustentación y un aumento en el arrastre aerodinámico, los beneficios operativos del sistema híbrido superan estas pérdidas, sobre todo en escenarios donde no es viable disponer de pistas de aterrizaje. Este tipo de tecnología abre nuevas posibilidades para enfrentar situaciones donde no se pueden usar aeronaves convencionales por falta de pistas o por condiciones adversas; por ejemplo, en parques eólicos, pueden realizar inspecciones aéreas precisas y ante emergencias, permiten misiones de rescate y búsqueda en lugares de difícil acceso o con infraestructura dañada. Además, su bajo impacto ambiental, al estar propulsados eléctricamente, los vuelve una alternativa sustentable para múltiples industrias. En perspectiva, el equipo de investigación prevé mejorar la gestión energética de sus prototipos, ampliar su autonomía de vuelo y ajustar el diseño aerodinámico para maximizar el rendimiento en ambas fases del vuelo.

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¿Por qué se nos olvida lo que íbamos a hacer?

Te ha pasado que vas decidido, cruzas la puerta… y de pronto, olvidas por completo qué ibas a hacer? Esta desconcertante experiencia es más común de lo que se piensa y tiene una explicación científica. En entrevista para UNAM Global, Laura Elissa Ramos Languren, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que esto ocurre cuando la atención está centrada, por ejemplo, en una película. “Si te levantas a la cocina por un refresco, pero al llegar olvidas a qué fuiste, es porque tu mente seguía enfocada en la historia de la televisión”. En otras ocasiones simplemente no se presta atención en dónde se dejan las llaves y, al buscarlas, surge la pregunta: “¿dónde las dejé?”. Esto puede deberse a una falla de atención, señala la especialista, ya que la memoria funciona como una mesa de trabajo mental donde se colocan las tareas que se realizan. Y, a veces, simplemente se olvidan. ¿Es normal tener olvidos? Sí, es completamente normal tener olvidos a lo largo de la vida, y estos pueden acentuarse con la edad. “Si mientras guardaba las llaves recibí una llamada telefónica, alguien me habló y además se me cayó el celular, son demasiadas tareas al mismo tiempo. El cerebro dará prioridad a alguna de ellas”, explicó. “Recupero el celular para que no se rompa, contesto la llamada o presto atención a la persona… y al final no puse atención a en dónde dejé las llaves”. Cuando el cerebro se satura Cuando el cerebro se llena de múltiples actividades, se genera estrés. Al igual que un celular con muchas apps abiertas —aunque solo veamos una en pantalla— el sistema sigue trabajando. Esa demanda provoca saturación, dificultad para concentrarse y, en consecuencia, olvidos. Por eso es importante priorizar la información que realmente se quiere guardar, añadió la académica universitaria. ¿Cuándo hay que preocuparse? Sin embargo, si los olvidos son frecuentes, puede ser necesario considerar si hay algún evento que afecte la memoria, como un proceso neurodegenerativo o un deterioro cognitivo. En esos casos, la académica recomendó acudir con un especialista que evalúe las funciones cognitivas. ¿Las mujeres pueden hacer varias cosas al mismo tiempo? En realidad, no es que las mujeres puedan hacer varias tareas simultáneamente. Existe un término llamado ejecución dual que plantea que podemos alternar entre tareas, pero no realizarlas todas al mismo tiempo ni con igual eficacia. Sin embargo, es cierto que el cerebro de las mujeres —sobre todo cuando son madres— se modifica para atender muchos más estímulos. Por ejemplo, pueden identificar el llanto de su bebé entre varios. Experimentos han demostrado que, entre grupos de niños, las madres reconocen fácilmente la voz de su hija o hijo. “El cerebro se adapta de tal manera que permite a las mujeres atender a sus hijos y a sí mismas al mismo tiempo. Quizá esto tiene que ver también con el contexto social. A las mujeres se les ha asignado la carga de las labores domésticas y la crianza”, apuntó Ramos Languren. Por eso parece que las mujeres “pueden con todo”, pero en realidad ha sido una exigencia del propio sistema. A los varones no se les impone esa misma carga. Cambios en el cerebro materno Desde el punto de vista neurológico, en el cerebro femenino se observan más conexiones interhemisféricas, es decir, entre el hemisferio izquierdo y derecho. También hay cambios en estructuras como: el hipocampo (clave para la memoria explícita y espacial), y la corteza cerebral, que sufre adaptaciones hormonales durante el embarazo, la lactancia y los primeros años del bebé. ¿Por qué? Las mujeres son las responsables de cuidar una nueva vida. Por eso el cerebro evolucionó de una manera para prestar atención al cuidado de un ser que está a su cargo y que al mismo tiempo, no dejen de cuidarse a sí mismas. Niebla mental: otras causas Existen padecimientos que pueden causar lo que se conoce como niebla mental, como el hipotiroidismo o trastornos del estado de ánimo que provocan desorientación y confusión. Por ejemplo, no saber qué día es o despertar de una siesta sintiendo que se durmió toda la noche. También se han reportado olvidos como secuela del COVID-19: desde no recordar a dónde se iba hasta no saber por qué se salió de casa o qué se iba a hacer. Multitarea: ¿una trampa cotidiana? En la actualidad, se espera que las personas sean multitareas, pero eso no es lo ideal para el cerebro. Lo mejor es mantener la atención en lo que se hace en el momento. “Nos han hecho creer que debemos estar en todo y ser exitosos. Ver una película, conversar, limpiar, todo al mismo tiempo”, explicó la especialista. Esta exigencia constante impide una correcta regulación de la atención. Si se continúa así en el día a día, la atención se debilita. ¿Se puede entrenar la atención? Sí. La atención se puede entrenar, y con ella también la memoria. Son procesos que van de la mano. “Cuando nos distraemos, solemos hacer un esfuerzo consciente por recapitular y recordar lo que íbamos a hacer. Es como regresar el casete”, dijo. Una persona no puede aprender algo si no está atenta o atento. No se puede pasar una información a la memoria de largo plazo sin concentración. Por ejemplo, al aprender un nuevo idioma, si no se pone atención en las palabras, difícilmente se almacenarán. ¿Cómo mantener un cerebro sano? Laura Elissa Ramos Languren recomienda seguir varias estrategias: 🍎 Comer de forma balanceada, ya que una buena nutrición favorece las conexiones entre las neuronas. ❤️ Cuidar la salud cardiovascular, ya que el cerebro depende del flujo sanguíneo, la glucosa y el oxígeno. 🩺 Mantener controlados los niveles de presión arterial y grasas en sangre. 🏃‍♀️ Realizar ejercicio regularmente. La actividad física oxigena el cerebro y favorece el aprendizaje. 🧠 Mantener el cerebro activo: aprender un idioma, jugar ajedrez, resolver ejercicios de estimulación, socializar, platicar con familia, amistades o vecinos. El cerebro tiene un fuerte componente social, y la amígdala —una región clave para procesar emociones— se fortalece con las conexiones humanas reales.  

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El futuro de los nuevos combustibles

Yucatán se consolida en la investigación de nuevos combustibles, pues científicos locales patentaron una nueva técnica para producir bioetanol a partir de la fermentación de la semilla del árbol de ramón (Brosimum alicastrum). La labor conjunta de especialistas de la Unidades de Recursos Naturales y Energía Renovable del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) permitió este logro, para la creación de combustibles más amigables con el medio ambiente. Por ende, el Estado se consolida en la investigación de nuevos combustibles, los cuales sustituirán al petróleo. El director de la Unidad de Energía Renovable del CICY, Raúl Tapia Tussell, explicó que este trabajo inició desde 2014 y actualmente se ha logrado la patente del Sistema de Producción de Bioetanol, al mismo tiempo que se aprovecha el árbol de forma sustentable. “Este combustible podría utilizarse como fuente de energía en autos, uso doméstico o industrial”, acotó. El coinventor de la patente afirmó que además de la obtención del biocombustible, en este proceso se obtienen algunos coproductos con potencial aplicación en alimentación animal y producción de bioenergía. “Este proyecto es una propuesta para atender la demanda de biocombustibles, tenemos esta nueva alternativa de bioetanol; la semilla del árbol de ramón tiene altos contenidos de almidón que pueden ser usados para la producción de energía”, expuso. Por su parte el coinventor y colaborador principal de este proyecto, Edgar Olguín Maciel, dio a conocer que esta patente del CICY, usa una metodología denominada bioproceso consolidado (CBP, por sus siglas en inglés), donde un organismo es capaz de producir enzimas y, al mismo tiempo, tiene la capacidad de fermentar los azúcares liberados en la hidrólisis para producir el bioetanol. Olguín Maciel detalló que en el proceso convencional de producción de bioenergía se utilizan enzimas comerciales para la hidrólisis del almidón así como altas temperaturas, lo que ocasiona que los costos de producción sean muy elevados. En cambio, con la metodología que usa el CICY el costo es menor y más amigable con el ambiente al utilizar enzimas (a partir de la implementación de un hongo nativo), además de la obtención de coproductos que aseguran el máximo aprovechamiento de la materia prima. Tapia Tussell señaló que hoy en día el proyecto se encuentra en fase de escalamiento, es decir, que se realizan pruebas en el laboratorio para obtener etanol del 85 al 90 por ciento para, eventualmente, hacer pruebas de combustión. “Queremos seguir trabajando en esta investigación desde nuevos enfoques que busquen aprovechar el árbol de ramón de forma sustentable, convirtiendo un residuo en nuevos productos de valor agregado”, subrayó. Las bondades  En el CICY, los resultados han comprobado la utilidad y las bondades que esta planta aporta desde hace 500 años, pues se tienen registros de que los mayas la utilizaban como sustento, y se han descubierto alternativas de uso, como la reducción del calentamiento global, debido a que puede captar grandes cantidades de dióxido de carbono, entre otras. El ramón es un árbol que ha sido utilizado como sustento alimentario por los mayas desde hace quinientos años y actualmente puede ser una alternativa para fortalecer la seguridad alimentaria en la región y el país. En un principio, Alfonso Larqué Saavedra (+) empezó a estudiar esta planta nativa, y empezó a divulgar los resultados de los estudios efectuados para que conozcan el potencial uso que tiene en la industria, la alimentación y la economía, además de los valiosos servicios ambientales que aporta. Incluso, determinó que el 16 de octubre de 2019 se realizara el “Primer Festival del ramón”, en el marco del Día Mundial de la Alimentación. La importancia del ramón a nivel productivo radica en que es un árbol que podría producir de 40 a 70 toneladas de semillas por hectárea por año, cantidad superior a lo que produce cualquier gramínea en sistemas intensivos, incluido el maíz. De hecho, reveló que esto ayudaría a reducir la alta dependencia de México en cuanto a importación de semillas (95 por ciento en soya, 30 por ciento en maíz, 78 por ciento en arroz y 50 por ciento en trigo). Además, resaltó las bondades del árbol de ramón, pues se utiliza para combatir enfermedades, como forraje, maderable, semilla comestible, sustituto del café, así como un aliado para combatir los efectos del cambio climático, ya que debido a su porte y follaje puede ser captador de una gran cantidad de bióxido de carbono (CO2).  

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Especialistas de la UNAM descubren nuevo linaje del Mamut

El hallazgo abre el panorama sobre la trayectoria de este animal en América y refleja la capacidad de las y los científicos del país para indagar en el pasado de la megafauna extinta mediante la paleogenómica.   Dos especies de mamuts existieron en América: el lanudo, que habitó latitudes altas del continente, y el colombino, que pobló de Canadá a Costa Rica. Hasta hace poco, el estudio evolutivo a partir de datos genéticos del segundo se centraba exclusivamente en el análisis de ejemplares estadounidenses y canadienses. No obstante, dicho enfoque cambió con el trabajo de Federico Sánchez Quinto, del Laboratorio Internacional de Investigación sobre el Genoma Humano (LIIGH) de la UNAM, y su equipo. “Por primera vez incorporamos información de latitudes tropicales al muestreo geográfico y encontramos que los mamuts de la cuenca de México tienen linajes mitocondriales muy diferentes a los reportados con anterioridad de Estados Unidos y Canadá”. Ello, además de ampliar el conocimiento sobre estos mamíferos, fortalece la paleogenómica mexicana como disciplina esencial en las indagatorias acerca de nuestro pasado. “Es el primer estudio genético de megafauna en el país. Haber conseguido la capacidad técnica, de recursos humanos e infraestructura para hacerlo aquí, nos permite saber más de nuestra historia natural”, indica María del Carmen Ávila Arcos, del LIIGH. Los hallazgos fueron publicados por la revista Science en el artículo titulado “Columbian mammoth mitogenomes from Mexico uncover the species’ complex evolutionary history”, y se desprenden de un trabajo liderado por la UNAM que forma parte de un proyecto interdisciplinario e interinstitucional mucho más amplio en el que la Universidad colabora con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Nuevos descubrimientos Los mamuts aparecieron en el registro fósil, por primera vez, en África hace seis millones de años, y después migraron a Eurasia, donde surgieron diferentes especies. Una de ellas fue el mamut de las estepas, el cual llegó al continente americano hace aproximadamente un millón y medio de años y, a través de un proceso de especiación, mediante hibridación, dio pie al colombino. “La evidencia sugiere que un evento de hibridación entre un linaje del mamut de las estepas, asociado genéticamente a una muestra de hace 1.6 millones de años del sitio Krestovka, y ancestros de los lanudos, dieron origen al colombino, que vivió en el continente americano hasta su extinción a finales del Pleistoceno, hace alrededor de 12 mil años”, explica el investigador. Esta especie podía medir más de cuatro metros de altura, pesar diez toneladas y sus defensas (coloquialmente llamadas colmillos) llegaban a alcanzar los cinco metros de largo. Durante la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (de 2019 a 2022) en la antigua base aérea militar de Santa Lucía, Estado de México, fueron descubiertos más de 70 mil fósiles de megafauna extinta. Se identificaron caballos, camellos, bisontes, perezosos gigantes y mamuts (a estos se les asocian arriba de 20 mil huesos), entre otros. “A partir del 5 de diciembre de 2019, hubo de uno a cinco hallazgos paleontológicos diarios. Hasta hoy, es la colección de paleofauna más importante de América Latina”, comenta Rubén Manzanilla, arqueólogo del INAH y responsable de los rescates. La cantidad de restos y la posibilidad de acceder a ellos poco después de su excavación y curación fueron clave para recuperar el ADN presente en los molares, añade Sánchez, quien recuerda la sorpresa que les ocasionó el análisis genético. “Esperábamos, a priori, que se parecieran mucho a los mamuts colombinos de Canadá y Estados Unidos, pero resultaron muy distintos. Dada la nomenclatura previamente publicada, lo nombramos clado (grupo) 1G”, el cual se divide en tres sublinajes: 1G.1, 1G.2 y 1G.3. La diferencia entre los tres es tan marcada como la de todo el clado de los mexicanos y los de Estados Unidos y Canadá. Dicha divergencia podría explicarse con el surgimiento de la especie. “Quizá el proceso de hibridación que les dio origen se llevó a cabo con una población de hembras lanudas en las que había una variación en el ADN mitocondrial (ADNmt) muy distinta una de otra. Una primera oleada de esa diversidad, posiblemente, llegó a la cuenca de México”, agrega. La datación de los restos apunta a una antigüedad de 12 mil a 20 mil años, lo que indica que estos mamíferos cohabitaron la zona hacia finales del Pleistoceno. Otro resultado relevante es la estimación del tamaño efectivo poblacional, es decir, una aproximación sobre cuántos individuos se reprodujeron a lo largo del tiempo para saber cuánta variedad genética pudo existir. “Conforme la Tierra se calentó tras el último glaciar máximo, la diversidad genética de lanudos de latitudes altas decayó por el rápido cambio en su ecosistema. En el caso de los de la cuenca, durante sus últimos 40 mil años, los tamaños poblacionales fueron pequeños, pero con una trayectoria constante, es decir, parece que no hubo un declive tan pronunciado como en los lanudos del este de Siberia”. El académico subraya que esa información es valiosa porque concuerda con reportes de especímenes de mamuts con malformaciones en la cuenca. “Una población reducida pudo provocar endogamia y dar pie a enfermedades congénitas. No obstante, las inferencias de su trayectoria demográfica deben ser confirmadas utilizando ADNmt de muestras más actuales”. Trabajo en campo y Juriquilla María Ávila explica que, al comparar el genoma mitocondrial de los individuos de México con los de Norteamérica y el resto del mundo, determinaron hace cuánto vivió el ancestro más reciente de cada sublinaje del clado 1G. “Esto posibilita fechar cuándo se separó cada grupo y qué tan diferentes son, genéticamente, entre sí. Los de la cuenca tenían mucha historia evolutiva y demasiado tiempo reproduciéndose, pues se dividieron de los del norte hace más de 400 mil años, mucho antes de la fracción entre las especies colombina y lanuda (registrada 200 mil años atrás). Esto no lo hubiéramos inferido a partir de los estudios existentes, limitados a muestras de latitudes templadas”. Para llevar a cabo los análisis, obtuvieron polvo de dentina de 83 molares de

Yucatán

Impulsa el Renacimiento Maya la investigación e innovación  

El rescate y preservación del maíz nativo, el fortalecimiento del campo, la producción avícola y apícola, la incorporación de la realidad virtual en el aprendizaje de las matemáticas, el impulso a la lengua maya y la promoción de la salud mental a través del arte, son algunos de los proyectos seleccionados en el programa “Investigadoras e Investigadores por Yucatán 2025”, impulsado por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti). La titular de la dependencia, Geovanna Campos Vázquez, señaló que esta convocatoria refleja la diversidad y creatividad que se generan en las universidades y tecnológicos del Gobierno del Estado, alentar a nuevos talentos en investigación y proponer soluciones a los retos actuales del entorno, poniendo la ciencia al servicio de la sociedad, tal como lo ha instruido el Gobernador Joaquín Díaz Mena. Subrayó que es la primera vez que se implementa un programa de este tipo y que, en su edición 2025, se seleccionaron 28 proyectos encabezados por docentes en activo, de los cuales más de la mitad corresponden a mujeres, lo que reafirma su papel central en la construcción del saber y en la formación de nuevas generaciones de científicas y científicos en Yucatán. Las propuestas cuentan con el respaldo de sus instituciones educativas, lo que garantiza un vínculo directo con la vida académica y social. Del total, 18 proyectos provienen del interior del estado, en los municipios de Peto, Maxcanú, Izamal, Valladolid, Progreso y Oxkutzcab, lo que contribuye a descentralizar el conocimiento, en concordancia con las políticas del Renacimiento Maya. Participan las Escuelas Normales de Educación Primaria “Rodolfo Menéndez de la Peña”, la de Dzidzantún y la “Juan de Dios Rodríguez” en Valladolid, así como la Universidad de las Artes de Yucatán (UNAY), que abordan temas relacionados con el arte, la cultura y la salud comunitaria. La innovación también florece en la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTM), donde se desarrollan iniciativas como el manejo del estrés laboral, la experiencia turística en estaciones del Tren Maya, la creación de redes de talento científico y la aplicación de inteligencia artificial (IA) para fomentar la creatividad. Se suman proyectos de las Universidades Tecnológicas del Centro (UTC), en Izamal, y del Mayab, en Peto, que promueven el uso de realidad virtual, riego inteligente y la conservación del maíz nativo. Desde Maxcanú, la Universidad Tecnológica del Poniente (UTP) apuesta por la producción audiovisual como herramienta educativa, un invernadero bioclimático inteligente para jícama y una granja avícola de vanguardia. Mientras tanto, el Instituto Tecnológico Superior de Progreso (ITSP) desarrolla proyectos enfocados en el aprendizaje de las matemáticas con IA, y el Tecnológico Superior del Sur de Yucatán, en Oxkutzcab, trabaja en horticultura sostenible y producción apícola. Asimismo, el Instituto Tecnológico Superior de Valladolid (Itsva) participa con una plataforma interactiva para rescatar la lengua maya, sistemas de riego sustentables, gestión de residuos sólidos, evaluación de dietas en aves de traspatio y el desarrollo de sistemas de reportes ciudadanos. Para asegurar su desarrollo, las y los participantes recibirán del Gobierno del Renacimiento Maya, a través de la Secihti, un apoyo económico mensual y el respaldo del Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico de Yucatán (Siidetey), que les brindará asesoría técnica, acceso a bibliotecas virtuales y uso de laboratorios especializados, además de que los beneficios se otorgarán por dos años, lo que garantiza que las investigaciones cuenten con bases sólidas y continuidad en su ejecución.