HERMOSILLO, Son., (apro).- Ceci Patricia Flores Armenta, líder y fundadora de Madres Buscadoras de Sonora, fue alertada que es ella la siguiente en el orden de ejecuciones entre quienes rastrean a sus desaparecidos en la entidad.
“Señora, cuídese mucho porque sé que de ahí sigue usted”, cita el mensaje que recibió la buscadora en su bandeja de mensajes en Facebook, la medianoche del viernes 16 anterior.
Ceci revisa constantemente estos comentario porque es de donde recibe solicitudes de búsqueda, anuncios de actividades y notificaciones sobre parajes que serían considerados para rastrear.
La líder de las buscadoras describió que un perfil falso, en la plataforma de Facebook, con el nombre de Alexis Robles, le lanzó la advertencia de su siguiente ejecución, charlaron un poco y luego admitió que está «metido» en las filas de los gatilleros.
“Desgraciadamente me metí en esto y si yo le digo que se cuide es porque yo escuché al jefe decir que seguía usted, dio la orden”, advirtió.
Ceci Patricia resintió la profundidad desde donde se había originado el mensaje porque este tipo de amenazas también recibió Gladys Aranza Ramos, la buscadora que fue ejecutada por un comando la medianoche del pasado jueves al buscar a su esposo Brayan Omar.
Gladys Aranza había concentrado sus rastreos desde diciembre en los valles de Guaymas y Empalme, precisamente, en Ortiz, donde fue acribillada.
Ceci Patricia confesó que Gladys Aranza había sido alertada y amenazada que detuviera sus búsquedas porque acabarían con su vida.
En aquella ocasión, Gladys Aranza desestimó los anuncios porque el amor a su esposo Brayan Omar era superior y así encontró la muerte.
Lyah, la hija de ambos, crecerá sin los cuidados de sus padres, en una entidad donde los grupos criminales se disputan el territorio y los muertos solo representan la huella de sangre para lograr sus objetivos.
La líder de las Madres Buscadoras de Sonora recibió otras decenas de comentarios que la dejaron sin habla, hasta que se decidió a denunciar públicamente esa alerta.
Todo inició a la 1:05 horas del sábado. Alexis Robles mandó el primer mensaje a Ceci Patricia.
–– ¡Señora, cuídese mucho porque sé que de ahí sigue usted!
Ceci le reviró: ––¿Por qué les debo tener miedo?.
––¡No puedo decirle más! […] Desgraciadamente me metí en esto y si yo le digo que se cuide es porque yo escuché al jefe decir que seguía usted, dio la orden.
La buscadora insistió: ––¿Por qué se meten con nosotras? Y tuvo una respuesta que volvió la conversación al primer instante: ––Yo ya estoy muerto desde que me metí a esto, pero ya no puedo hacer nada ¡Señora, dios me la bendiga siempre!
Durante la conversación, Alexis le manifestó a Ceci que conoció a los dos de sus hijos que se encuentran desaparecidos.
Ceci soltó otra batería de preguntas al supuesto sicario: ––¿Y por qué me dices hasta ahora?, ¿De quién tengo que cuidarme?, ¿Del gobierno, de la mafia? Porque ya ni sabemos de quién nos cuidaremos.
Solo obtuvo respuesta a la tercera pregunta: ––De los dos. Ya no puedo más con esto, que dios me perdone.
Y añadió: ––No puedo decirle más porque si saben que yo le di información, de que usted se cuide… ¡Me van a matar!.
Ceci Patricia le dejó en claro que sabía que su perfil de «Alexis» era falso, que nadie sabría que él le había filtrado la información.
«Señora, por favor, yo nomás le digo esto. Claro que es falso, pero ellos (la mafia u organización) está en todo. Cuídese mucho, es todo lo que yo le puedo decir y por algo tuve que hacer un perfil falso», explicó Alexis.
Y Ceci le externó: «Qué miedo me tienen; por eso matan porque tienen miedo; porque se sienten menos ¿O qué les hacemos las mujeres? Si de una mujer nacieron. Quién quita y sea yo quien tenga que buscarlos cuando los desaparezcan (a ustedes) porque con la vida que llevan es lo más seguro (que ocurra)».
–– Yo nada les debo, a mí me deben, enfatizó Ceci Patricia. ¿Cómo sabes que sigo yo?
–– No se merece lo que le quieren hacer a usted, concluyó Alexis.
Ceci Patricia Flores Armenta busca a sus dos hijos desaparecidos. A Alejandro, quien fue privado de la libertad el 30 de octubre del 2015, en Los Mochis, Sinaloa. Desde entonces cambió su residencia a la comunidad de Bahía de Kino, en Hermosillo, Sonora, donde la madrugada del 4 de mayo del 2019, hombres armados se llevaron a otros dos de sus hijos, Marco Antonio de 31 años y Jesús Adrián de 15 años de edad.
El 10 de mayo siguiente, seis días después de la desaparición, le devolvieron a su hijo Jesús Adrián, «como regalo de Día de las Madres», como siempre le gusta decirlo a ella. Y hasta el día de hoy mantiene su incansable búsqueda de Marco y Alex.