No es un secreto. Durante la pandemia de COVID-19 las playas de Quintana Roo se volvieron refugios para miles que violaron el confinamiento. Extranjeros y mexicanos se pasearon, armaron fiestas y olvidaron la situación por la que el mundo tuvo que cerrarse.
Las aglomeraciones en los puntos turísticos provocaron contagios de COVID-19. Uno de los más sonados ocurrió en el atardecer de 2020. Jóvenes que habían asistido al Art With Me, festival que se llevó a cabo en Tulum entre el 11 y 15 de noviembre, habían presentado síntomas de la enfermedad después.
Lo mismo pasó en las fiestas de diciembre, al inicio del 2021, durante la Semana Santa. Jóvenes que retaron al virus. Fiestas en las que no hubo medidas de seguridad para frenar los casos. Las escenas de aglomeraciones tuvieron un golpe negativo esta semana.
El Gobernador del estado en la costa caribeña de México dijo el jueves que la región está en un “riesgo inminente” de volver al confinamiento ante el incremento constante de los casos de coronavirus.
Carlos Joaquín señaló que Quintana Roo, donde están Cancún, Cozumel y Tulum, acumula cinco semanas de subida de contagios.
El mandatario sugirió que el aumento del turismo durante las vacaciones de Semana Santa tuvo que ver con el repunte.
La evidencia anecdótica sugiere que los turistas se sienten atraídos por los balnearios mexicanos del Caribe en parte porque no hay cuarentenas y las medidas sanitarias son en su mayoría voluntarias. Muchos visitantes dejan atrás la mascarilla al llegar a sus hoteles o clubes de playa.
“Sabíamos que durante Semana Santa se corrían grandes riesgos, que podía haber un mayor numero de contagios. Desgraciadamente, se cumplió”, afirmó Joaquín.
Las tasas de contagio han bajado en el resto del país, pero Quintana Roo, donde el turismo supone el 87 por ciento de su actividad económica, no ha impuesto prohibiciones de viaje ni exige presentar una prueba negativa de detección del virus.
México nunca ha impuesto un confinamiento estricto al estilo europeo, pero el estado restringe actualmente algunas actividades, como la de hoteles y restaurantes, que trabajan con un aforo menor al habitual.
En el mayor nivel de alerta, al que la región aún no ha llegado, muchos de los negocios no esenciales tendrían que cerrar por completo. Joaquín señaló que el estado tienen todavía muchas camas de hospital disponibles. Este es uno de los criterios que se utilizan para decidir sobre el cierre de la actividad comercial.
Desde el inicio de la pandemia, Quintana Roo ha confirmado dos mil 677 decesos por COVID-19 y casi 25 mil casos confirmados por tests. Sin embargo, debido al escaso número de pruebas de detección que se realizan en el país, la cifra oficial es claramente menor a la real. Solo unos 226 mil de sus 1.8 millones de habitantes están vacunados.
A finales de marzo, el jefe interino de la policía estatal patrullaba las calles de Tulum recordando a la gente que llevase barbijo y se quejaba por el escaso número de personas que lo hacía.
“Lamentablemente se había venido relajando mucho la disciplina”, comentó Lucio Hernández Gutiérrez en aquel momento. “Fue verdaderamente frustrante ver a cientos de personas paseando sin el uso de cubrebocas”, especialmente turistas.