Madrid, 9 de julio (ElDiario.es).- La pandemia del coronavirus ha cambiado nuestras vidas, tal vez para siempre. Llevamos ya más de medio millón de muertos y 11.6 millones de casos en todo el mundo, según los datos actualizados del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de Johns Hopkins, con un número de casos y muertes que no para de crecer en países como EU y Brasil.
El desarrollo de vacunas suele llevar años de investigación y pruebas antes de llegar a la fase clínica, pero esta crisis ha acelerado todo el proceso. Empresas privadas y centros de investigación de todo el mundo están trabajando a un ritmo frenético para tener el próximo año una vacuna segura y eficaz que nos proteja contra los efectos del SARS-CoV-2.
A esta velocidad trepidante ha contribuido también la Administración de Donald Trump, que el pasado mes de mayo lanzó su controvertida Operation Warp Speed.
Este programa ha seleccionado, hasta el momento, cinco proyectos de vacuna que recibirán miles de millones de dólares en fondos federales antes de que haya pruebas de que realmente funcionan, entre ellas, está la de la Universidad de Oxford y Astra Zeneca y la de la biotecnológica estadounidense Moderna, según informa The New York Times.
El desarrollo de vacunas suele llevar años de investigación y pruebas antes de llegar a la fase clínica, pero esta crisis ha acelerado todo el proceso. Foto: Natacha Pisarenko, AP
Mercedes Jiménez, bioquímica de Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) prefiere “no comentar” la política estadounidense en la competición por la vacuna y destaca el “gran trabajo científico que se está llevando a cabo para conseguirla”.

								
        
			
			
			
			


