En un estudio elaborado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se encontró que en el 27 por ciento de las tortillas que se consumen en México había rastros de un herbicida cancerígeno: el glifosato, indicó la directora María Elena Álvarez-Buylla Roces.
La científica María Elena Álvarez-Buylla Roces explicó que debido a la pérdida de soberanía en el cultivo de maíz, México ha tenido que recurrir a alimentos transgénicos, en los cuales se ha aplicado glifosato, un herbicida que causa graves enfermedades en los seres humanos.
“El 82 por ciento de los alimentos analizados presentaron secuencias transgénicas. Las tortillas tenían secuencias recombinantes en el 90.4 por ciento y se detectó en 27.7 por ciento de ellas glifosato, un agrotóxico cancerígeno clasificado así por la Organización Mundial de la Salud”, agregó.
También demostró, con datos científicos, que se ha encontrado glifosato en las muestras de orina en niñas, niños, jóvenes y adultos de algunas comunidades agrícolas y en distintas regiones de México, como son Jalisco, Campeche y Yucatán.
La especialista resaltó que para que esto cambie es necesario recuperar la soberanía alimentaria nacional, a través del cultivo de maíz nativo, el cual tiene mayores contenidos de fibra, proteínas y antioxidantes, lo cual evita que se adquieran alimentos tóxicos o insalubres.
“El maíz es una planta humana cultural en el sentido más profundo del término porque no existe sin la intervención inteligente y oportuna de la mano no es capaz de reproducirse por sí misma. Al cultivar maíz, los seres humanos también se cultivaron y nos seguimos cultivando”, finalizó.
El Conacyt también ha detectado contaminación de ese herbicida en harinas, leche materna, sangre y orina; también Áreas Naturales Protegidas, agua y cultivos mexicanos.(Contralínea)