Un sismo de magnitud 7,2 azotó el sábado el suroeste de Haití, dejando al menos 304 muertos y por lo menos 1.800 heridos en el desplome de edificios.
El primer ministro Ariel Henry indicó que estaba destinando todos los recursos gubernamentales disponibles para ayudar a las víctimas en las zonas donde los poblados fueron destruidos y los hospitales se encuentran rebasados por la llegada de heridos.
El epicentro del sismo fue ubicado a unos 125 kilómetros (78 millas) al oeste de la capital, Puerto Príncipe, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos. Se reportan daños generalizados en la nación más pobre del hemisferio cuando una tormenta tropical se acerca al área.
La agencia de protección civil de Haití tuiteó que el número de muertos es de 304, en su mayoría en el sur del país. Los rescatistas y civiles lograron sacar a muchas personas de los escombros, afirmó la agencia la tarde del sábado vía Twitter. Agregó que los heridos siguen siendo trasladados a hospitales.
Henry declaró un estado de emergencia de un mes en todo el país.
En conferencia de prensa, dijo que no solicitará ayuda internacional hasta conocer la extensión de los daños. Añadió que algunos poblados quedaron reducidos a escombros en su totalidad y el gobierno cuenta con personal en el pueblo costero de Los Cayos para ayudar a planear y coordinar las tareas de respuesta.
“Lo más importante es recuperar la mayor cantidad posible de sobrevivientes bajo los escombros”, dijo el primer ministro. “Nos hemos enterado que los hospitales locales, en particular el de Los Cayos, se encuentran saturados con gente herida y lesionada”.
Subrayó que la Cruz Roja Internacional y hospitales en las zonas no afectadas estaban ayudando para atender a los heridos, y exhortó a los haitianos a unirse.
“La necesidad es enorme. Debemos atender a los heridos y lesionados, pero también proveer de alimentos, ayuda, refugio temporal y apoyo psicológico”, dijo.
Más tarde, cuando abordaba un avión rumbo a Los Cayos, Henry reiteró que deseaba una “solidaridad estructurada” a fin de garantizar que la respuesta estaba coordinada para evitar la confusión registrada tras el sismo devastador de 2010, cuando la ayuda se tardó en llegar a la población después que hasta 300,000 personas perdieron la vida.
El presidente estadounidense Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris recibieron un informe el sábado por la mañana sobre el terremoto en Haití, de acuerdo con la Casa Blanca.
Biden autorizó respuesta inmediata y asignó a Samantha Power, administradora de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID), como la funcionaria sénior en la coordinación de las tareas de Estados Unidos para ayudar a Haití.
USAID colaborará en la evaluación de daños y brindará ayuda en la reconstrucción, detalló Biden, que llamó a Estados Unidos un “amigo cercano y duradero del pueblo de Haití”.
Un número creciente de países ofrecieron asistencia, entre ellos Argentina y Chile, que se dijeron preparados para enviar ayuda humanitaria.
″Una vez más Haití ha sido golpeada por la adversidad”, tuiteó el presidente chileno Sebastian Piñera. “Hemos tomado contacto con sus autoridades y estamos preparando un envío de ayuda humanitaria que sin duda, necesitan con desesperación y urgencia”.
Entre los fallecidos en el sismo se encuentra Gabriel Fortuné, por mucho tiempo legislador y exalcalde de Los Cayos. Fortuné murió junto con otras personas cuando su hotel, Le Manguier, se desplomó, publicó el periódico haitiano Le Nouvelliste.
Philippe Boutin, de 37 años y quien vive en Puerto Rico pero cada año visita a sus familiares en Los Cayos, dijo que su madre estaba rezando cuando comenzó el terremoto, pero pudo salir de su casa.
El sismo, comentó, coincidió con las festividades para celebrar al santo patrono de la localidad, por lo que era muy posible que el hotel estuviera lleno y hubiera más personas de lo habitual en el poblado.
“Aún no sabemos cuántas personas están bajo los escombros”, comentó.
En la pequeña Isla de Vaches, a unos 10,5 kilómetros (6,5 millas) de Los Cayos, el terremoto causó daños en un centro vacacional frente al mar que es popular entre funcionarios haitianos, líderes empresariales, diplomáticos y trabajadores de ayuda humanitaria.
Fernand Sajous, dueño del Abaka Bay Resort, dijo por teléfono que nueve de las 30 habitaciones del hotel se desplomaron, pero subrayó que en ese momento estaban desocupadas y por ello nadie resultó herido.
“Desaparecieron —así de fácil”, lamentó Sajous.
Los reportes de hospitales saturados se da al tiempo que Haití lidia con la pandemia de coronavirus y una falta de recursos para hacerle frente. Apenas el mes pasado, el país de 11 millones de habitantes recibió su primer lote de vacunas contra el COVID-19, donadas por Estados Unidos a través de un programa de Naciones Unidas para países de bajos ingresos.
El temblor también sucede poco más de un mes del asesinato del presidente Jovenel Moïse, un atentado que llevó al país al caos político. Su viuda, Martine Moïse, publicó un mensaje por Twitter para pedir la unidad del pueblo haitiano.
“Unamos nuestros hombros para ofrecer solidaridad. Es esta conexión las que nos hace fuertes y resistentes. Valor, yo siempre estoy a su lado”.
Las tareas de rescate se vieron afectadas por un deslave causado por el sismo, lo que bloqueó una vía importante que conecta los poblados afectados por el terremoto de Jeremie y Los Cayos, según la agencia de protección civil de Haití.
Los trabajadores de ayuda humanitaria dijeron que la actividad de pandillas en el distrito costero de Martissant, al oeste de la capital haitiana, también estaba complicando las labores de ayuda.
“Nadie puede viajar por el área”, aseguró Ndiaga Seck, un portavoz de la UNICEF en Puerto Príncipe, vía telefónica. “Solo podemos volar o tomar otra ruta”.
Seck señaló que la información sobre fallecidos y daños se tarda llegar a Puerto Príncipe debido al servicio irregular de internet, pero la UNICEF planea enviar suministros médicos a dos hospitales en el sur del país, en Los Cayos y Jeremie. La agencia también evaluaba las necesidades urgentes de la comunidad, incluyendo albergues y agua limpia.
Videos publicados en las redes sociales mostraron edificios colapsados cerca del epicentro y personas corriendo a las calles.
Los habitantes de Puerto Príncipe sintieron el temblor y muchos de ellos se lanzaron temerosos a las calles, si bien la capital no parece presentar daños.
Naomi Verneus, de 34 años y residente de Puerto Príncipe, dijo que el sismo la despertó repentinamente, cuando su cama comenzó a estremecerse.
“Me desperté y no me dio tiempo de ponerme los zapatos. Vivimos el terremoto de 2010 y lo único que pude hacer es correr. Después me acordé que mis dos hijos y mi mamá seguían adentro. Mi vecino entró y los sacó. Corrimos a la calle”, relató.
Paul Caruso, geofísico del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus iniciales en inglés), dijo que es probable que las réplicas continúen por varias semanas o meses, y la mayor registrada hasta el momento ha sido de magnitud 5,2.
La nación más pobre del Hemisferio Occidental es vulnerable a los sismos y huracanes. En 2018, un terremoto de magnitud 5,9 dejó más de una decena de muertos. En 2010 un terremoto de 7,1 devastó buena parte de la capital y cobró las vida de alrededor de 300.000 personas.
Hacia la tarde del sábado, la isla había registrado cuatro réplicas superiores a 5,0 y ocho por encima de 4,0.
El Centro Nacional de Huracanes ha pronosticado que la tormenta tropical Grace llegará a Haití hacia la noche del lunes o primeras horas del martes. (AP)