La abuela, quien alertó a la policía sobre lo ocurrido, hizo el llamado desde Mönchengladbach, ciudad cercana a Solingen, para decir que su hija habría matado a cinco de sus niños, que estaba en alguna parte con el sexto y que tenía planeado suicidarse.
Cuando los agentes llegaron a la vivienda en Solingen, en Bergisches Land, encontraron los cuerpos de los cinco niños muertos en un apartamento privado, un el tercer piso de un edificio residencial.
Tres niñas de año y medio, dos y tres años y dos niños de seis y ocho años. El sexto hermano, de once años de edad, ha sobrevivido y se encuentra ahora bajo custodia de su abuela.
La madre de los niños, de 27 años de edad, había sido arrollada unas horas antes por un tren de cercanías en el andén 11 frente al S-Bahn 1, a unos 35 kilómetros de distancia en la estación principal de Düsseldorf, por lo que se sospecha que fue ella quien mató a los niños y después trató de quitarse la vida, aunque sin éxito. A esta hora permanece ingresada con heridas graves pero con pronóstico de supervivencia.
Markus Röhrl, jefe de policía de Solingen, ha declarado que «es un crimen de una dimensión impactante». Hasta donde él sabe, «nunca nos ha pasado nada como esto en la historia de Bergisch».
El portavoz de la policía de Wuppertal, Stefan Weiand, informa que «no podemos decir nada sobre el motivo todavía. La madre tiene que ser interrogada». Los motivos aún no están claros
El psiquiatra y neurólogo Dr. Bernd Roggenwallner adelanta que «es difícil evaluar el asunto, ya que ni la causa de la muerte de los niños ni el motivo están claros. Existe amplia evidencia de que la madre se encontraba en estado alterado, pero no tenía una enfermedad psiquiátrica en su historial… Tal vez estaba desesperada».