Las orcas que recorren los mares mexicanos son criaturas extraordinarias. Conocidas popularmente como “ballenas asesinas”, esta etiqueta no les hace justicia: son animales sociales, complejos y dotados de una inteligencia que continúa sorprendiendo a la ciencia. Viven en pods familiares liderados por hembras, poseen dialectos propios y transmiten conocimientos de generación en generación, mostrando una verdadera cultura marina.
Las orcas son mamíferos marinos extraordinarios, cuya esperanza de vida alcanza entre 50 – 90 años y cuyo tamaño puede superar los 9 metros. Poseen uno de los cerebros más grandes del reino animal, y muestran comportamientos complejos que apuntan a una cognición avanzada (Marino, 2007).
Técnicas de caza y cooperación
En nuestro país, las orcas despliegan tácticas de caza que combinan precisión, fuerza y cooperación. Algunas se varan intencionalmente en las playas de Baja California para capturar lobos marinos; otras generan olas para derribar focas de rocas; y también se han registrado ataques coordinados a ballenas grises, donde cada miembro del grupo cumple un rol específico. Estas estrategias demuestran una capacidad de comunicación y aprendizaje único en el reino animal.

Una de las revelaciones más sorprendentes proviene del reciente artículo de Pancaldi (2024), donde se documenta por primera vez cómo orcas en el sur del Golfo de California cazan al pez más grande del planeta: el tiburón ballena (Rhincodon typus).
En equipos organizados, desorientan a este gigante pacífico, lo voltean y consumen principalmente su hígado, una fuente energética excepcional. Este comportamiento apunta a la posible existencia de un ecotipo especializado, liderado por un macho identificado desde 1992 conocido como Moctezuma.
Estudios sobre inteligencia y conducta
Estudios neuroanatómicos revelan que la corteza cerebral de las orcas contiene áreas dedicadas a emociones, memoria y toma de decisiones, similares a las humanas (Marino, 2007). También se ha observado juego social, imitación de tácticas de caza por juveniles y comportamientos prosociales hacia humanos (Towers, 2024).
A diferencia de su temible apodo, no existe ningún ataque fatal registrado hacia humanos en libertad, y buzos mexicanos relatan encuentros cercanos donde las orcas simplemente observan con curiosidad (Urbán, 2022).
A pesar de su importancia en el ecosistema marino, las orcas mexicanas enfrentan múltiples amenazas: contaminación acústica, reducción de presas, tráfico marítimo y turismo no regulado.
La Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 las clasifica como en riesgo, y se han implementado programas de monitoreo en Baja California Sur para proteger sus rutas migratorias y zonas clave de alimentación (Urbán, 2022).

Las orcas son símbolo de inteligencia, poder y equilibrio. Conocer su comportamiento y la forma en que se relacionan con el entorno es el primer paso para protegerlas.
REVISTA BIÓSFERA


