Isabel II: Ciudadanos de Edimburgo, Escocia, despiden a la monarca
Ciudadanos de Edimburgo, Escocia, ya despiden a la reina Isabel II en la catedral de Saint Giles donde ya se realiza una vigilia en honor a la monarca.
Ciudadanos de Edimburgo, Escocia, ya despiden a la reina Isabel II en la catedral de Saint Giles donde ya se realiza una vigilia en honor a la monarca.
Miguel Ángel Félix Gallardo, exlíder del extinto Cartel de Guadalajara, continuará en su domicilio su sentencia por el asesinato del agente antinarcóticos Enrique ‘Kiki’ Camarena, concedió un juez este lunes, de acuerdo con medios mexicanos. Este capo apodado ‘El Jefe de Jefes’ y ‘El Padrino’ fue arrestado en 1989 y sentenciado por el crimen de Camarena. Sus abogados habían impugnado su sentencia hace unos meses alegando que su estado de salud está deteriorado por su edad avanzada. El capo mexicano buscaba que los 33 años que ya ha pasado en la cárcel le sirvieran para computar sus dos sentencias en una y, así salir libre dentro de siete años, cuando cumpliría la primera (por delitos de crimen organizado, narcotráfico y armas de fuego). Félix Gallardo tiene 76 años y aún le quedan 44 por purgar. En la secuela de la serie de Netflix “Narcos: México” se narra la historia del Cartel de Guadalajara, formado en los años 80 por Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, alias ‘Don Neto’. El mexicano Diego Luna interpreta al ‘Jefe de jefes’, Félix en quien se centra la trama.
Por su amplia producción en los campos de historia y literatura, en los géneros de poesía, ensayo, novela y crónica periodística, Leopoldo Roldán Peniche Barrera fue elegido por unanimidad como recipiendario de la Medalla “Eligio Ancona”, máxima presea que otorga la administración que encabeza el Gobernador Mauricio Vila Dosal. Para la edición 2022 de este galardón, la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), a través de su Consejo Universitario, designó al jurado calificador, que integran la escritora Celia Pedrero Cerón, el antropólogo Carlos Bojórquez Urzaiz y el sociólogo Luis Ramírez Carrillo. El cuerpo colegiado, después de una revisión profunda y minuciosa, seleccionó a uno de los mayores exponentes literarios de la entidad, de quien destacaron sus aportes a la conservación de la cultura, memoria histórica y tradiciones del territorio. Roldán Peniche Barrea nació en Mérida y residió tanto en Los Ángeles como otras ciudades de los Estados Unidos; practica el periodismo cultural y ha conformado su creación literaria en torno a la identidad de lo yucateco, con cerca de 40 libros publicados. Destacan las novelas Aventuras de Cazador y Pequeño Tigre, e Historia del héroe y el demonio del noveno infierno, así como los ensayos y cuentos Mitología maya; Dioses mayas y mitología mexicana; Yum Pol, el escriba de Dios, y La pasión según Cristóbal Cupul. Igual, Memoria de los cafés de Mérida, Crónica negra del Virreinato y Crónicas del asombro 1 y 2, en este género, y en poesía, Versos de luna negra y Entre el sudor y el tiempo. Su última obra es Canek, combatiente del tiempo, que editó la Sedeculta, donde plasma la vida y lucha del histórico personaje. También, recibió el Premio de Literatura “Antonio Mediz Bolio” 1993, y las Medallas Yucatán 2011 y “Héctor Victoria Aguilar” 2015, del Ejecutivo y el Congreso estatales, respectivamente. Por décadas, colaboró en los suplementos culturales del Diario del Sureste y Por Esto!, donde dejó un valioso legado. Fue compilador de los Diccionarios de artistas plásticos, incluido en la edición 1981 de la Enciclopedia Yucatanense, y de Yucatecos Ilustres, que elaboró la Universidad Mesoamericana de San Agustín (UMSA) en 2001, así como coautor del de Escritores de Yucatán, de Cepsa Editorial, 2019. Con el otorgamiento de esta presea, se cumple el Artículo 5 del Decreto 126, publicado en el Diario Oficial, el 20 de julio de 1960. En 2020 y 2021, se declaró desierta; la de 2019 fue para Abraham Mafud, y en 2016, 2017 y 2018, Armando Manzanero, Arcel Medina Espadas y Raúl Vela Sosa, en ese orden.
Marciano Cantero, el cantante de Enanitos Verdes, murió este jueves a los 62 años, en Mendoza, donde estaba internado en la Clínica de Cuyo. Había sido operado de urgencia la semana pasada y le habían extirpado un riñón y parte del bazo. La noticia se supo hoy jueves a la noche. Según los primeros informes médicos, tuvo graves complicaciones con el único riñón que le quedaba. Durante los últimos días hubo gran preocupación entre sus fans y muchos mensajes de aliento en las redes sociales. Enanitos Verdes no sólo es una de las bandas pioneras en la exportación del rock argentino, sino que además posee la canción más escuchada en Spotify: Lamento boliviano, con más de 394 millones de escuchas. Su hijo, Javier Cantero habló para la prensa sobre su padre. Dijo: “Lamentablemente no pudo superar las complicaciones. Quiero agradecer personalmente a todos los fans, a todos los amigos de la vida, a la familia, todos los rezos y el apoyo que hemos recibido estos días. “Quiero que no solo lo recuerden como el compositor, el cantante y el artista que era, sino también como una persona maravillosa y mi mejor amigo en el mundo”. Horacio Eduardo Cantero Hernández, su nombre completo, dio sus primeros pasos en Mendoza junto al guitarrista Felipe Staiti y el baterista Daniel Píccolo. Juntos, a fines de los años ’70 se convirtieron en la banda más popular de Mendoza y decidieron probar suerte en Buenos Aires. Enanitos Verdes pegó el salto de popularidad con su segundo álbum, Contrarreloj, producido por Andrés Calamaro y con los hits La muralla verdes, Cada vez que digo adiós y Tus viejas cartas.
¿Qué consecuencias tiene la muerte de Isabel II, la reina de Inglaterra? Todo lo que tienes que saber sobre protocolo y las consecuencias nacionales e internacionales.
Durante varios minutos el actor fue elogiado por los asistentes a la proyección de “The Whale”, su nueva película
El exdirigente soviético Mijaíl Gorbachov, artífice de los primeros pasos de la Rusia moderna, ha muerto este martes en un hospital de Moscú a los 91 años de edad. Gorbachov ha fallecido tras una larga enfermedad, según el Hospital Clínico Central, informa la agencia Interfax. Gorbachov dirigió la Unión Soviética entre 1985 a 1991, primero al frente del Comité Central del Partido Comunista y del Soviet Supremo y ya después como presidente. Su carrera culminó en 1991, cuando dimitió tras el acuerdo de disolución suscrito con Bielorrusia y Ucrania, ya con el Telón de Acero en retirada. Premio Nobel de la Paz en 1990, simboliza el fin de una era para la otrora poderosa Unión Soviética y su legado sigue siendo incómodo en ciertos sectores, de tal forma que su imagen no es igualmente venerada que la de otros dirigentes asociados a épocas de grandeza.
La otra vez que se me ponchó una llanta Por Rigel Solís Un día se me ponchó una llanta del coche, aquí, frente a la casa, nada más había ido a la agencia por una promoción y de vuelta la llanta estaba inservible. Una llantera por acá, pensé, y es que no conozco mucho pues apenas voy para medio año habitando la hermosa y heroica ciudad y pueblo mágico de Valladolid de Iturralde Traconis, antigua urbe maya de Zací. Otra de las dichas de habitar el Barrio de Sisal es que en él se halla el taller Multiservicio Automotriz Patrón, que, como en su denominación indica, se dedica prácticamente a todo lo relacionado con los mantenimientos de los automóviles. Me cuentan que doña Francisca Alamilla llegó a Valladolid proveniente de Sotuta, que fue cocinera en el auge de los chicleros y que establecería su familia y posterior legado en el cuarto de manzana de tan emblemático barrio, que con el tiempo y hasta la actualidad establecería una tienda. Ahí, en 1949 nacería su hijo Antonio, mismo que llevaría su apellido y de quien desciende la Maestra Lolina Guadalupe, quien esto me cuenta, así como los hermanos Patricia Georgina, Karla Verónica y Jesús Carlos. Lolina recuerda a su papá felizmente contando sus pequeñas historias y se le iluminan los ojos cuando trata de relatar su gran Historia. Antonio era niño cuando doña Francisca fallece, así que tiene que crecer con sus hermanos Felícitas y Rogelio. Siendo apenas muchacho, enamora a quien sería su esposa, Guadalupe del Carmen Vivas Marfil, quienes muy jóvenes deciden iniciar una vida juntos y le da por primera hija a quien esto me relata. Don Carlitos, qué sepa la bola porqué le decían así a don Antonio, tuvo entre sus actividades laborales el ser empleado del hotel María de la Luz y posteriormente de la Llantera de Alcocer, de quien fuera otro de los pioneros de esta ciudad, don Juan Alcocer, que también fuera dueño de la gasolinera del mismo apellido. Y uno pensando en que un día se me ponchó una llanta. Don Antonio pasó a ser administrador de la Llantera de Alcocer con el esmero cual si el negocio fuera suyo, empeño y dedicación que aquel dueño reconoció y admiró al punto de tener que correr al llantero administrador para incentivarlo a emprender su propia empresa, época en la que no había auge y competencia, gesto que deja ver aquella visión de que el sol sale para todos y que hoy en día en el que muchos de quienes compiten con el codo en la costilla ajena no saben ver. Don Antonio quiso irse a Quintana Roo con la liquidación en la bolsa a cumplir el sueño cancunense, pero ¿qué es un hombre sin la sabia motivación y dirección de una mujer con talento y visión? De tal destino que con ése efectivo adquiere un terreno y funda Tecnillantas Santa Ana. Y así, don Carlitos se dedica al taller, a su casa y a comer; ah, cómo le gustaban los panuchos a don Antonio. Y comía y comía de todo y luego la diabetes y alguien le dijo que la insulina le permitiría comer de todo y todo fue saliendo mal. Primero fue la visión de un ojo la que se fue, cosas de la presión, de pronto una neumonía de quince días que lo induce al estado de coma, sin embargo, y para bien y felicidad regresa al cien de sus facultades y recuerdos., cual reseteo dirían hoy. Y es que llega el punto en que todo se complica, llega la pérdida total de la visión, el asunto del azúcar y la necesidad de la mentada y dolorosa diálisis. Con aquello la vida ya no es vida, si me voy a morir déjenme morir con mis panuchos y comiendo lo que quiera, decía don Antonio. De repente suena un redoble de batería y en seguida un dueto de Angélica María y Cesar Costa: te quiero, yo también; te espero ver, mi bien; y juntos hasta el fin sin temor de amar; un día te juré, yo siempre de amaré; e imagino a don Carlitos, que así le decían a don Antonio, abuelito materno del Ingeniero Jesús Antonio (quien de ahí heredase el gusto por los autos y la reparación de éstos) entre discos de vinil en su casa de la esquina de las calles 45 por 54 del Barrio de Sisal, donde un día se me ponchó una llanta, y yo pensé en un llantero y fui a unos metros a un taller. Pero esa es otra historia.
El poeta, compositor, promotor e investigador Luis Pérez Sabido recibió el Premio Internacional “Miguel Matamoros”, que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), en reconocimiento a sus aportaciones a la música de nuestro país y el Caribe, siendo el primer mexicano en obtenerlo. La titular de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta), Loreto Villanueva Trujillo, felicitó al ilustre yucateco, oriundo de Mocochá, y se complació al adelantar que se distinguirá su trabajo, enfocado en preservar y difundir la trova yucateca, más allá de nuestras fronteras. “Acorde con la encomienda del Gobernador Mauricio Vila Dosal, de reconocer a las personas que le dan identidad a nuestro estado y que, por sus logros, ponen en alto a nuestro estado, nos enorgullece estar aquí, anunciar y presumir, con este importante reconocimiento que le entrega la Uneac, que si bien es para él, es para Yucatán también”, destacó la funcionaria. Por su parte, Pérez Sabido manifestó sentirse sumamente emocionado y que “es el amor a la tierra, a su costumbrismo, a esa identidad que tenemos, con orgullo por haber nacido en la tierra de los mayas, la que nos ha hecho investigar, promover y difundir los aspectos más sobresalientes de nuestra cultura”. “Tenemos esa costumbre de ir hurgando por la historia, para encontrar a todos esos personajes que nos han dado sus conocimientos, para ese gran bagaje que, ahora, gozamos en Yucatán, de modo que me siento como el afortunado recipiendario de un premio que se inició en 1878, cuando coinciden, en la capital del país, José Martí y José Peón Contreras” detalló. Recordó que son muchos los vínculos que unen a nuestro estado con Cuba y que, por invitación de Miguel Barmet Lanza, presidente de la referida Unión, en 2015, llevó el Diccionario de la canción popular de Yucatán, editado en 2010, a la Biblioteca Nacional y el Museo de la Música del territorio antillano. Luego, en febrero de 2020, recibió la notificación de que era merecedor del Premio, por el contenido del mencionado libro, que exalta los sonidos de México, la isla y toda América Latina, pero debido a la pandemia, se pospuso la entrega. Barnet Lanza se lo otorgará este martes 23, a las 16:00 horas, en la Sala “Rubén Martínez Villena” de la sede de Uneac, y las palabras sobre su trayectoria estarán a cargo del director del Museo, Jesús Gómez Cairo, en presencia del Embajador de nuestro país en Cuba, Miguel Díaz Reynoso. Durante su estancia ahí, Pérez Sabido dará una charla ilustrada, “Historia de la canción yucateca”, en dicho Museo, y presentará su más reciente antología poética, Palabras de silencio, en la nueva sede de la Fundación Cultural “Fernando Arana”, que igual preside Miguel Barnet, autor del prólogo. El homenajeado nació el 7 de enero de 1940 y desde niño, sintió inclinación por la poesía y la música; en 1962, compuso su primera canción, “Injusta lejanía”, y desempeñó diversos cargos públicos tanto en el Ayuntamiento de Mérida como en el Gobierno del Estado. Creó las Serenatas del Parque de Santa Lucía, el Concurso de la Canción Yucateca y, en 1967, la presea “Guty Cárdenas”, que recibió en 1981; en 1970, asumió la Subdirección de Bellas Artes y, en 1976, la Dirección de Cultura estatal, donde instituyó los conciertos dominicales del Salón de la Historia. Fue en 1983 cuando publicó el libro Bailes y danzas tradicionales de Yucatán; de 1988 a 1995, dirigió el Museo de la Canción Yucateca; en 1993, Armando Manzanero musicalizó su pieza “Yo sé que volverás”, que grabó Manoella Torres; en 1994, se le confirió la Medalla Yucatán; en 1999, la de Mérito Artístico, y en 1998, la presidencia vitalicia de la Sociedad “Ricardo Palmerín”. Ingresó, en 2004, al Centro Regional de Investigación, Documentación y Difusión Musicales “Gerónimo Baqueiro Fóster”, que después dirigió. Ha publicado De Guty a Manzanero: 200 boleros yucatecos; Nueva antología de la canción yucateca; Serenatas de Santa Lucía: 40 años de trova yucateca, y Guty Cárdenas, su vida y sus canciones, y en 2006, el Congreso local le entregó la presea “Héctor Victoria”. Son de su autoría también el Álbum de canciones yucatecas y numerosos trabajos de investigación, publicados en revistas especializadas de México y el extranjero; su retrato al óleo forma parte de la galería de poetas del Museo de la Canción Yucateca. Han grabado sus composiciones, aparte de Manzanero y Torres, Luis Miguel, Chamín Correa, Crystal, Tania Libertad, María Medina, Rodrigo de la Cadena, Los Juglares, la Rondalla Universitaria de Yucatán, la Orquesta Típica Yukalpetén, el Conjunto Vocal Yucatán y la Banda Sinfónica del Estado, entre otros.
Con un ambiente de bohemia y romanticismo, amistades, familiares y representantes del sector artístico se sumaron al homenaje que se dedicó a la cantante, compositora, productora y arreglista Maru Boeta, en una noche de recuerdos y nostalgia, que incluyó concierto y develación de un óleo, en el Museo de la Canción Yucateca. El retrato de la intérprete, que habría cumplido 71 años el pasado 15 de agosto, obra del pintor Alonso Gutiérrez Espinosa, se incorporó a la Galería de Mujeres del recinto, para estar ahí permanentemente, junto con las distintas personalidades que han dado realce a la música local. Ante el presidente del lugar, Juan Rafael Molina Manzanilla, la titular de la Secretaría de la Cultura y las Artes, Loreto Villanueva Trujillo, precisó que, para la administración que encabeza el Gobernador Mauricio Vila Dosal, es prioridad recuperar y mantener siempre vivo el legado de nuestros artistas. “Nos damos a la tarea difundir sus obras, con la idea de que las presentes y futuras generaciones de creadoras y creadores puedan conocer nuestras raíces, en lo artístico y cultural; sigamos escuchando la música de Maru Boeta, para mantenerla presente, conocerla de primera mano, pues cada canción nos recordará algo entrañable que nos conmueva” destacó la funcionaria. Participaron en el homenaje el pianista Emilio Rosado Valle, el cantante Tony Martín, el trío Trovanova, el dueto Bingo Show, Los Juglares y Maricarmen Pérez, quienes interpretaron “¿Qué me diste, amor?”, “Así te amo”, “Cuando el amor acaba”, “Cariñito”, “La amante”, “¿Qué te está pasando?”, “A la vida”, “Cómo duele”, “Espérame” y “Quien puso”. Luis Pérez Sabido leyó dos sonetos clave en la vida de Boeta; uno lo escribió cuando ella presentó un disco, en 2009, y el otro, el día en que falleció. Mario Herrera III y Betty Yañez, La Bomba, presentaron un sketch y, para cerrar el programa, todas y todos los artistas se unieron para entonar “Disculpe usted”, que la cantante ofrecía al terminar sus actuaciones. María Asunción Boeta Zapata heredó su vocación al arte de su tía, la compositora y actriz Ofelia Zapata; desde joven, sintió inclinación por la música, aprendió a tocar guitarra y compuso sus primeras piezas. Durante 12 años, se desempeñó como coordinadora del Jardín de la Trova del restaurante La Parrilla y, en 2018, fundó la Terraza Ofelia. Brilló en diferentes escenarios, como los Teatros “José Peón Contreras”, “Armando Manzanero” y “Daniel Ayala Pérez”; en este último, fue productora del espectáculo familiar Revista Musical Yucateca, con los talentos de la Compañía de Teatro Regional de Mario III, el Ballet Folklórico del Estado “Alfredo Cortés Aguilar”, la Orquesta Jaranera del Mayab y varios cantantes, tríos o grupos musicales. Ingresó a la Mesa Directiva de la Sociedad Artística “Ricardo Palmerín”, en 2004, hasta su fallecimiento, el 23 de junio de 2020, cuando ocupaba el cargo de directora Artística; para 2017, en el marco de sus 30 años de trayectoria, esta asociación le otorgó la Medalla que lleva el nombre del mismo compositor. Su hija, María Teresa Barrón Boeta, dijo que “muchos conocieron a mi madre en alguna de sus facetas; sin embargo, mis hermanos y yo tuvimos la dicha de disfrutar de todas. Maru es ejemplo de las mujeres yucatecas que, todos los días, en diferentes escenarios, despiertan diciendo ‘sí puedo’; es el ejemplo de la mujer yucateca que, ante la adversidad, se levanta; es el ejemplo de que los sueños se logran”. Varios compactos recopilan la obra de esta ilustre yucateca, como sus boleros “Reencuentro”, “Esto es felicidad”, “Llegaste a mí” y “Qué difícil es”, entre muchos otros. Musicalizó “Soy el amor” y “Sin decir nada”, que escribió Pérez Sabido; “Hay fiesta en mi vida” y “Te enseñaré a besar”, del poeta Manuel Montes de Oca, y “Mi noche”, de la cantante Beatriz Eugenia. También, estuvieron en la velada la secretaria del Consejo Directivo del Museo, Elena Fernandez Moral; el presidente de la “Ricardo Palmerín”, Enrique Martín Briceño; los otros hijos de la tributada, Benjamín y Abril, y su hermana, María Ofelia Boeta Zapata.