Los cuatro sospechosos de haber cometido el viernes el sangriento atentado de la sala de conciertos Crocus, a las afueras de Moscú, han comparecido ante la justicia por primera vez con evidentes signos de violencia. Los atacantes, imputados por terrorismo, que podrían ser condenados a cadena perpetua, permanecerán de momento en detención preventiva. Los detenidos tienen nacionalidad de Tayikistán.

Las autoridades rusas no han confirmado la posible vinculación de los detenidos con el Estado Islámico, grupo terrorista islamista que ha asumido la autoría del ataque y ha publicado un vídeo grabado por los propios atacantes —con las caras difuminadas— en el centro de ocio durante su matanza. Al menos 137 personas fueron asesinadas y más de 140 resultaron heridas en el atentado.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se ha negado a hacer comentarios sobre la investigación. Peskov tampoco ha respondido las preguntas sobre el trato dado a cuatro sospechosos, tras conocerse las imágenes que los muestran con signos de violencia.

Hace unas horas, las autoridades rusas dieron a conocer que habían detenido a otros tres sospechoss.

Con información de El País

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