El aguacate se ha convertido en uno de los ingredientes de las botanas consumidas durante el Super Bowl, muestra de ello es que desde hace varios años se registra un aumento en las exportaciones mexicanas de este fruto hacia Estados Unidos, las cuales tan solo en las tres semanas de enero previas al evento de 2021 alcanzaron un total de 66 mil 844 toneladas, esto de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera.
El aguacate Hass, cuyas características como pulpa y cáscara duras permiten un mejor manejo y almacenamiento, se ha vuelto el más comercializado a nivel mundial.}
Sin embargo, a más de 80 años de que esta variedad fue patentada, no se ha logrado generar una nueva que resulte más competitiva, explicó Luis Herrera Estrella, Investigador Emérito de la Unidad de Genómica Avanzada (UGA-Langebio) del Cinvestav.
Lo anterior se debe, en parte, a que un árbol de aguacate da frutos por primera vez hasta los ocho años y si se busca hacer el mejoramiento genético de este cultivo de forma tradicional (a partir de cruzas) el tiempo estimado para lograr una nueva variedad es de aproximadamente 50 años.
“Esta es una de las razones por las que nos ha interesado estudiar el genoma del aguacate, información necesaria para conseguir, en una sola generación, cultivos con mejor sabor, olor y mayor contenido de ácidos grasos insaturados, pero manteniendo las propiedades de vida de anaquel y de grosor de la cáscara del Hass, por ejemplo”, dijo Herrera Estrella.
A casi cuatro años de la publicación del genoma del aguacate, Herrera Estrella, quien encabezó ese esfuerzo, está retomando dicho estudio con el apoyo de los productores aguacateros y de agencias internacionales interesadas en la diversidad genética de las plantas, en especial de cultivos originarios de América Latina.
Actualmente, el precio de las nuevas tecnologías de secuenciación de genomas se ha reducido, esto ha hecho posible iniciar nuevos proyectos, uno de ellos en colaboración entre el Cinvestav y dos instituciones estadounidenses, la Universidad Estatal de Nueva York en Búfalo y el Instituto Salk, en San Diego, a fin de entender por qué el aguacate madura hasta que es cosechado.
“En la mayoría de los frutos el proceso de maduración, caracterizado por los cambios en su firmeza, color, sabor y textura, comienza cuando todavía están en el árbol, pero en el aguacate, esto no sucede; así, el agricultor no requiere bodegas con condiciones controladas a fin de conservar su producto y poder comercializarlo en el momento adecuado, como puede ser antes del Super Bowl”, mencionó Herrera Estrella, quien se encuentra realizando una estancia en la Universidad Tecnológica de Texas (Estados Unidos).
Entonces, a partir de esta nueva investigación se podría generar información útil para lograr que frutos, como el mango o la guanábana, no maduren en el árbol y tengan mayor versatilidad de ser comercializadas.
Por lo cual, “los estudios genómicos realizados en el aguacate pueden tener implicaciones en el mejoramiento de otros cultivos con miras a conseguir variedades adaptadas a fenómenos como la sequía prolongada, los periodos de temperaturas extremas y la aparición de nuevas plagas, de ahí la relevancia de continuar con la investigación, así como implementar un programa integral de mejoramiento genético a nivel nacional y los hallazgos se vean reflejados en beneficios para los agricultores”, señaló el investigador.
En 2019 se publicó, en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS, por sus siglas en inglés), el genoma del aguacate Hass y se reportó información del material genético de otras variedades, tal es el caso de la mexicana o criolla (P. americana var. drymifolia) y la guatemalteca (P. americana var. guatemalensis); así como de algunos parientes de este cultivo para conocer más de su proceso evolutivo.
En este artículo, en el cual participaron investigadores de 17 instituciones, incluido el Cinvestav, se encontró que el aguacate Hass tiene un componente genético del 39 por ciento de la variedad guatemalteca y el resto de la mexicana. También fueron identificados dos genes involucrados en la resistencia a patógenos.
La idea de analizar el genoma del aguacate era obtener información de referencia que permitiera buscar regiones en el ADN asociadas a ciertas características (tamaño del árbol, sabor u olor del fruto, entre otros) y de esta manera contar con marcadores específicos para el mejoramiento genético de este cultivo.
Es de destacar que el trabajo publicado en 2019 ha sido citado más de 100 veces y los datos usados por grupos de investigación de diversos países, entre ellos Australia, China, Estados Unidos y Nueva Zelanda, los cuales abordan temas como la identificación de biomarcadores basados en hormonas para definir la edad fisiológica del fruto de la variedad Hass o los mecanismos de este fruto contra varios patógenos, entre otros aspectos.
Si bien México es el principal proveedor de aguacate a nivel internacional, con una aportación de 45.95 por ciento de las exportaciones, el Super Bowl ha promovido la popularidad de este fruto y tan solo el día de este evento se han llegado a consumir 100 mil toneladas, de acuerdo con el documento “Planeación agrícola nacional 2017-2030”, publicado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.