Se termina 2020 y los habitantes de la Península de Yucatán no olvidarán principalmente lo activa que fue la temporada de huracanes, misma que dejó inundaciones históricas. Así mismo, antes de eso se tuvo eventos de calor y sequía y recientemente una turbonada “navideña”. Independientemente del COVID-19, la atmósfera dejó mucho de qué hablar este 2020.
Iniciando el año 2020, se presentó el primer acontecimiento; la oscilación Ártica llegaba a una fase positiva histórica no vista en décadas, lo cual bloqueo y debilitó la llegada de masas de aire frío desde el mes de enero y fue hasta finales de febrero cuando apenas se dejó sentir algo de bajas temperaturas. Poco después, para los meses de primavera y con el inicio de la pandemia, se tuvo una extensa onda cálida que dejó varias semanas sin lluvia y rompió algunos récords de calor en la región.
De pronto, desde finales de mayo retornaban las lluvias; pero de una manera no antes vista. La llegada del ciclón tropical “Cristobal” a la región propició precipitaciones torrenciales que dejaron inundaciones históricas. La temporada de lluvias y huracanes siguió su curso de manera normal y fue hasta el mes de octubre cuando se tuvo la llegada de la tormenta tropical “Gamma”, siguiendo los huracanes “Delta” y “Zeta”. Históricamente se contaban 4 ciclones tropicales en una misma temporada de huracanes en la Península de Yucatán.
Para el mes de noviembre comenzaron a llegar los primeros frentes fríos, uno de ellos también causando inundaciones, y finalmente en diciembre inició el desbordamiento de extensas masas de aire polar ártico y continental que hicieron disminuir la columna de mercurio a valores muy bajos por varios días. También en “navidad” se presentó un “norte” intenso con vientos de casi 90 km/h causando algunos daños.
¿Qué causó que el 2020 fuera tan variable?
Como se comentó al principio, este año que se va tuvo la influencia de un patrón anormalmente positivo de la oscilación Ártica, trayendo consigo olas de calor en la primavera y verano. Otro factor muy importante fue que desde abril se observaron temperaturas muy altas en el Atlántico, Caribe y Golfo de México, circunstancia clave para que se haya tenido la temporada de huracanes más intensa de la historia, agregando también la llegada del fenómeno de “La Niña” que aumenta la formación de estos fenómenos.
El mismo fenómeno de “La Niña” también propicia inviernos fríos y húmedos sobre la Península de Yucatán, patrón que se está presentando gradualmente en la región. De esta manera, 2020 marcó la historia meteorológica en la Península de Yucatán como uno de los más variables y sobre todo, más lluviosas.